Organizaciones socio ambientales coinciden en la necesidad de educar a quienes visiten este y otros atractivos del Cajón del Maipo. “Es un bonito trekking, gratis, con bonita vista, pero lo terminamos hundiendo, hay que sensibilizar, educar, pero también es sentido común. Hoy ser sustentable tiene que ser un deber, parte de los valores de las personas”, asegura Cristián Nuñez, presidente de la Cámara de Turismo del Cajón del Maipo.
No subir con mascotas ni drones, guardar distancia con la fauna del lugar y especialmente no dejar rastro ni basura, son parte de las recomendaciones para los turistas.
El debate sobre la falta de administración del lugar tomó fuerza con la viralización de la fotografía de Esteban González, tanto así que este martes 3 de agosto se conoció la decisión de la Municipalidad de San José de Maipo de solicitar al Ministerio de Bienes Nacionales (dueños de los terrenos) cerrar el acceso al Mirador por tiempo indefinido.
Un cóndor abre sus alas al borde de un acantilado. A escasos metros, lo rodean más de 30 personas con sus cámaras fotográficas. La imagen tomada por Esteban González en el Cajón del Maipo, deja de manifiesto cómo este lugar se ha vuelto un polo turístico sin control, generando un impacto tanto para las aves como para el sector que cada fin de semana acumula los rastros de sus visitantes.
“Yo hacía esta ruta cuando no venía casi nadie. Traía unos profesores universitarios que necesitaban ver la anidación y era cómo entrar a un gallinero, podías ver hasta 50 cóndores. Hoy sólo ves a los más jóvenes y únicamente en temporada”, recuerda Pablo Melo, fotógrafo y vecino de la comuna sobre los paseos que realizaba el 2005.
Lo que era una experiencia contemplativa de pocos se hizo popular hace ya unos cuatro años. Bastó un artículo en internet y fotografías compartidas en redes sociales, para que muchos quisieran repetir la hazaña: el trofeo de tomarse una selfie, como si esta foto fuera la única misión del sendero. Hoy son cientos los visitantes que llegan cada fin de semana a este lugar, el cual no cuenta con administración, ni medidas de seguridad. Sólo un cartel -instalado por la agrupación Somos Trekking y el Ejército, ex dueño de los terrenos- que intenta educar a los turistas en cuanto a respetar el entorno, recomendando no dejar basura, ni molestar a las aves.
Para Cristián Nuñez, presidente de la Cámara de Turismo del Cajón del Maipo, lo ideal sería que el Mirador de Cóndores se cerrara mientras no hubiese una gestión y fiscalización adecuada, “pero entendiendo que esa no es la solución, entonces creo que con la municipalidad y las organizaciones sociales turísticas se puede ir generando una guía para hacer educación en terreno, de sensibilización a los vecinos de la RM para que sean conscientes y respetuosos. Llevarse por ejemplo, su basura de vuelta. Lamentablemente no está instalada la cultura turística de montaña y se crean externalidades como lo que vemos en la fotografía. Es una presión sobre el ecosistema y sobre el mismo cóndor declarado en peligro de extinción”.
Fue tal el debate, que este martes 3 de agosto, se conoció que la Municipalidad de San José de Maipo decidió solicitar al Ministerio de Bienes Nacionales cerrar el acceso al mirador por tiempo indefinido. «La opción que queremos implementar es cerrar el lugar. No por ser egoístas, porque se podría contraponer con el tema de los senderos libres y el proyecto de acceso libre a las montañas. No tenemos problema con eso. Pero en este momento el lugar está sobrepasado. Antes El Mirador de Cóndores era un lugar que solo conocía el cajonino. De un tiempo a esta parte comenzaron a subir fotografías, porque es un lugar muy bonito, agradable y accesible. Ahora parece balneario. Parece un camping», aseguró el alcalde Roberto Peréz a la Revista Cajón del Maipo.
Si bien el trayecto de 5 kilómetros a la plataforma rocosa no tiene dificultades técnicas, se requiere de un buen estado físico: son alrededor de tres horas para subir hasta los 2.000 metros de altura. “Hay gente que sube con zapatos y jeans. Papas y hasta abuelitas, y es imposible… ellos no llegan”, observa el ecologista Pablo Melo sobre las pendientes que requieren fuerza y estabilidad en las piernas.
De ahí, que otro punto en conflicto del Mirador sea la falta de seguridad, tal como revela Cristóbal Estay, parte de la Fundación de Desarrollo Sostenible Cajón del Maipo. “La ruta en sí no es peligrosa, tiene mediana intensidad, pero estando arriba es un lugar alejado en caso de que alguien se accidente. No puede ser que hayan 200 o 300 personas bordeando los precipicios y que no exista un mensaje de alguien hacia ellos. Es cosa de tiempo para que pase algo”, nos dice el geógrafo recordando el accidente de junio de 2019 cuando dos niñas brasileñas fallecieron tras un derrumbe en el sector del embalse El Yeso.
En ese sentido advierte que “el Mirador de Cóndores es tan masivo como el puente El Cristo (donde están las rocas Las Melosas) que se hizo famoso hace un par de años, y en donde el entorno es naturalmente inseguro dado que el puente no está del todo reparado y hay zonas junto a un precipicio directo al río. Ambos son símbolos de cómo se manifiesta la falta de gestión turística en la comuna”.
Camino por recorrer
El registro del cóndor rodeado de personas generó una preocupación transversal en distintas organizaciones socio ambientales. A través de una declaración conjunta, la Cámara de Turismo Cajón del Maipo, la Asociación de Guías Locales, el Comité Ambiental Comunal, la Fundación de Desarrollo Sostenible Cajón del Maipo, la Municipalidad y la red de emprendedoras de mujeres, rechazaron públicamente el titular de diario que acompañó la fotografía y en donde se leía “La historia del cóndor que acepta fotos en el Cajón del Maipo.
“Lo que muestra la foto es terrible, la gente lo disfrutó yo mismo lo disfrutaría, pero esto tiene una serie de impactos de corto y largo plazo. Ese cóndor nunca estuvo feliz de ser ´un cóndor modelo´, los cóndores no tienen esa necesidad de socializar con otras especies como los humanos, sino que al contrario son seres súper solitarios, esta foto representa una invasión terrible de sus espacios. Es un círculo vicioso, porque por esa portada van a haber más personas que quieran venir” recalca Cristóbal Estay.
Pilar Valenzuela, coordinadora de la campaña Queremos Parque, asegura por su parte que «la fotografía muestra algo brutal, gente cada vez más cerca para sacarse la selfie. Estás obligando al animal a volar o no estás permitiendo que sus padres se pueden acercar, estás interrumpiendo una situación natural. No sabes los efectos de eso y no debiese ocurrir, no se persigue a los animales silvestres».
En una visión más positiva, Eduardo Pavez, Director del Proyecto Manku -iniciativa liderada por la Fundación MERI y AvesChile por que busca proteger al cóndor andino- recuerda que hace unas décadas, el problema era la caza y el mito de que los cóndores se llevaban corderos, terneros e incluso a niños. Ahora «pasamos de una sociedad indiferente a la naturaleza y en muchos casos depredadora en la que el cóndor era un trofeo de caza, a una sociedad que busca y que da valor al contacto con la naturaleza y a sus elementos vivos como las aves y los cóndores. El mensaje de algunos pioneros que llamaban hace algunas décadas a subir a la montaña y a contactarse con la naturaleza dio frutos. Ahora entramos a una nueva etapa, a la de enseñar a la gente cómo disfrutar de esta de forma responsable. En esa etapa estamos y de ello da cuenta esa fotografía».
En ese sentido, si bien valora el entusiasmo de los visitantes por subir a disfrutar de la naturaleza y tratar de inmortalizar un momento que considera maravilloso, Eduardo Pavez enfatiza que «la perturbación que puede implicar la presencia humana en el campo, especialmente cuando es masiva, en los períodos y espacios de reproducción de la fauna y en sus refugios, puede ser dañina. La habituación de la fauna a la gente, también trae problemas e implica riesgos para la fauna. Nunca alimentarla, y al botar basura y desechos en el campo, uno puede estar alimentándola y generando habituación y riesgos para su salud. Por lo tanto, hoy el desafío es ‘EDUCAR’ y pulir ese entusiasmo de la gente por salir al campo».
En el mismo ánimo, Esteban González, autor de la imagen que se hizo viral, hay dos maneras de ver la situación: “lo positivo es que la gente está saliendo, está buscando otras cosas que hacer, se veía gente no experimentada que quizá nunca había subido un cerro, sin equipo, y con zapatillas comunes en terreno súper resbaloso. Y está la otra parte, que es que falta educación ambiental, porque habían unos escuchando música, tirando basura, y eso sobrecarga el sector. Pude ver filas y filas de gente subiendo… era como ir a un mail prácticamente. Entonces no hay que restringir a la gente que quiere ir, pero sí motivarla a respetar y conservar”, asegura Esteban que no imaginó la repercusión de su captura tomada el 16 de julio pasado.
Campaña de educación y declaratoria de Parque
El consenso cruzado entonces es la educación, apelando a actividades turísticas más responsables y planificadas que cuenten con una visión integral y en donde la experiencia sea valiosa y disfrutada, oportunidad que indican las organizaciones, se abre con la nueva administración municipal.
«Hay que ordenar el tema del turismo, profesionalizarlo, no es turismo el que venga gente a comer la empanada a la plaza, sino ofrecer un buen servicio con opciones para todos los bolsillos, donde se encuentre artesanía y productos locales, con identidad y emprendimientos turísticos regulados, porque hay mucho pirata», describe Pablo Melo. En ese sentido, Cristóbal Estay agrega que existe una oportunidad para que el Cajón del Maipo se convierta en un referente, para que de aquí a 10 años se destaque por cómo se pudo impulsar un turismo sustentable que además integre a la comunidad local.
Pilar Valenzuela va un paso más allá y asegura que la solución es declarar las 142 mil hectáreas del Cajón del Maipo que pertenecen a Bienes Nacionales en Parque Nacional. “Si fuera declarada área protegida del Estado, habría guarda parque, plan de manejo y administración. El problema es que como no es de nadie y Bienes Nacionales no administra, es lo que ocurre en todo ese territorio, tomas de terreno, usos que no corresponden y el uso descontrolado como el que vemos en el Mirador de Cóndores. No hay ninguna razón para no declararlo parque, no se requiere ley ni cambio de Constitución no hay ningún impedimento para que el gobierno declare la intención y hagamos el parque» recalca.
La posibilidad de que el sector se transforme en Parque Nacional es aún una opción lejana, dado los intereses mineros que se mezclan en la discusión, sin embargo hay una cosa clara: fortalecer los mensajes para visitar el Mirador de Cóndores y otros puntos de la comuna de manera responsable, generando el mínimo impacto posible y como dice Eduardo Pavez, resguardar este lugar porque «es un privilegio y un patrimonio único de Santiago».