“Tengo fotos de distintas épocas del año y hasta agosto del año pasado el humedal aún seguía con agua pese a la sequía. Ahora canalizaron el agua, pero ¿dónde está esa agua? Aquí hay algo que no cuadra” asegura Lorena Márquez una de las vecinas que se ha opuesto firmemente a la destrucción del tranque que pese a encontrarse en terreno privado, contaba con una biodiversidad positiva para toda la zona.
- Revisa un video con el antes y el después (todas las imágenes fueron proporcionadas por los vecinos)
Por Paulina Cabrera C.
El humedal de Los Trapenses ya no existe más. En noviembre de 2019 comenzaron los trabajos para encauzar las aguas que lo alimentaban devolviéndolas a la quebrada El Carrizo. Y lo que antes lucía como una laguna que servía de bebedero para distintas aves y otros animales, luce hoy rellena de tierra.
Las retroexcavadoras siguieron el mandato de los dueños de los terrenos: la Congregación de los Monjes Trapenses, propietarios del paño que en la actualidad es administrado por la Fundación Cultural Agrícola La Dehesa.
El cuerpo de agua era un tranque construido por la orden religiosa en los años 30, y también es o era conocido con el nombre de embalse Punta de Águila. Está ubicado en la comuna de Lo Barnechea y contaba con una superficie aproximada de 81 mil metros cuadrados. “En esa área existe presencia de aves y mamíferos, como pequenes y zorros, y especies arbóreas como litres y espinos. Regula la erosión del agua y controla eventos extremos, ya que no hay data de inundaciones en el sector. Y a su vez contribuye a colaborar con la salud física y mental de las comunidades que habitan en el sector, por constituir un lugar de recreación y aporte de valores estéticos por el paisaje y presencia de vegetación y fauna”, reconoce la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) en su resolución del 23 de abril de 2020.
Pronunciamiento que estudió la denuncia de un grupo de vecinos que reclamó contra las obras que terminaron por rellenar el embalse y con ello, perjudicar la biodiversidad del lugar. Sin embargo, la ley no alcanzó. En la resolución de la SMA se concluyó que de acuerdo a la normativa vigente, la especificaciones del que era este cuerpo de agua no ameritan ingresar el caso al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental; que de acuerdo al actual Plan Regulador comunal no se encuentra en una zona protegida; y al mismo tiempo que no cuenta oficialmente con la categoría de “humedal” la cual debe ser declarada por oficio por el Ministerio de Medio Ambiente o a petición del municipio. Todo esto, pese a que sí forma parte del inventario nacional de humedales.
Por otra parte, el proyecto denominado “Canalización Quebrada El Carrizo y eliminación embalse Punta de Águila” cuenta con la autorización de la Dirección General de Aguas Región Metropolitana del Ministerio de Obras Públicas desde julio pasado, dado que se estima “no entorpece el libre escurrimiento de las aguas y no significan peligro para la vida y/o salud de los habitantes”.
El gran temor de los vecinos: un proyecto inmobiliario
El Reglamento que acompaña la nueva Ley 21.202 que protege a los humedales urbanos, se encuentra en espera de toma de razón de parte de la Contraloría General de la República. En esta normativa se establecen los mecanismos de cómo postular ecosistemas a la categoría de humedales, los que son descritos como “todas aquellas extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas en estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina, cuya profundidad de marea no exceda los seis metros y que se encuentren total o parcialmente dentro del límite urbano”.
Precisamente a la Contraloría, 105 vecinos de Lo Barnechea recurrieron a fines de agosto para denunciar la destrucción del Humedal Los Trapenses por parte de Fundación Cultural y Agrícola La Dehesa, con el fin de adecuar el terreno para una posible venta a una inmobiliaria. Al mismo tiempo que reclaman que no se respetó el Plan Regulador Metropolitano por no cumplirse con la distancia del traslado del cauce de las aguas, quedando muy cercano a la línea de cierre oficial del terreno contiguo a casas colindantes, específicamente el condominio Puente Piedra.
Al mismo tiempo que solicitan al organismo fiscalizador investigar el actuar de la municipalidad de Lo Barnechea, que consideran ha caído en “evidente abandono de sus deberes”, dado que pese a intensas gestiones de parte de la comunidad, se mostró pasivo en la protección de este ecosistema.
El Plan Regulador comunal actual señala que los terrenos son una zona inundable y parte de la quebrada El Carrizo, por lo que no tiene asignado un uso de suelo. Esto, implica que por ahora no se permite construir. Sin embargo, los vecinos temen que se cambie el uso de suelo, y finalmente lo que era un hermoso y silencioso entorno natural se convierta en una obra inmobiliaria o industrial.
“Estamos con escasez hídrica y se dan el lujo de secar un humedal. Nadie hace esta obra a pito de nada, hay clara evidencia que son los mismos que están construyendo más arriba en La Dehesa, vienen depredando los cerros. Este paño vale millones… Ahora estamos investigando dónde está el agua, todo el mundo quiere quedarse con agua y los proyectos grandes necesitan agua. Las construcciones en altura necesitan agua” asegura Lorena Márquez quien vive en el sector hace 18 años.
Lorena fue de las primeras vecinas que al momento de partir los trabajos, fue hasta la municipalidad a preguntar qué estaba pasando. Se organizó con otro grupo de habitantes aledaños con quienes comenzaron las gestiones para impedir la destrucción del humedal.
Si bien, el cuerpo de agua ya se desecó, hay una posibilidad de que se transforme en una área verde. Según Lorena el “alcalde nos ofreció que en el próximo Plan Regulador esto quedara como un área verde, pero nosotros queremos que reconozca que ahí hay un humedal y que tratemos de restaurarlo, no perder un humedal. Esto recién pasa después de presionar, en las conversaciones del Plan Regulador, el que puede salir en tres años más… pero ahora nadie te asegura que los dueños de los terrenos hagan todo tipo de acciones y finalmente construyan”.
Y agrega: “estos cambios afectan a toda la Región Metropolitana, el daño ambiental es muy grande y no puede ser que sea a costa de lo que sea. Ahora los animales están volviendo, las aves están volviendo porque se fueron las máquinas, pero ¿por qué bajan los animales?, porque no tienen qué comer más arriba”.