El Servicio de Salud Metropolitano Norte notificó en junio pasado a la veintena de organizaciones que ocupan las dependencias del ex hospital, del proyecto que pretende construir en los terrenos el nuevo Instituto Nacional del Cáncer. Se entregó como plazo para su desalojo el 31 de octubre próximo. Sus actuales ocupantes y defensores del patrimonio respondieron con una campaña que solicita incluir en la declaratoria de Patrimonio Histórico a todo el territorio donde funcionó el recinto.
Por Carmen Gloria Vitalic / Fotografías del CNM y de la serie «Hospitales: entre la resistencia y la resiliencia»
Alarma ha generado en diversas agrupaciones la información sobre el posible desalojo y la posterior demolición de dependencias del ex Hospital San José, emblemático establecimiento que atendió hasta fines del siglo pasado a millones de residentes de la zona norte de Santiago. En las últimas dos décadas varios organismos –privados y públicos- han dado uso a sus instalaciones gracias a un comodato, manteniéndose en la actualidad una veintena de organizaciones que se preocupan de su mantención. Se trata de servicios sin fines de lucro, entre ellas el Centro Cultural, Social y Deportivo Baldomero Lillo, la Agrupación Amigos del Parkinson, la corporación Centro de Trastornos del Movimiento (Cetram) e incluso la Unidad Patrimonial del Ministerio de Salud, entre otros. Sin embargo, un documento enviado el pasado mes de junio por el Servicio de Salud Metropolitano Norte mantiene en ascuas a todos estos grupos, pues se les informa que está en curso el proyecto para la construcción del nuevo Instituto Nacional del Cáncer, el cual tendrá lugar en el terreno del ex Hospital San José, dando como plazo para su desalojo el 31 de octubre del presente año. «De acuerdo a lo exigido tanto por el Ministerio de Salud, como el de Obras Públicas, a contar del momento de iniciarse el proceso licitatorio bajo la Ley de Concesiones, el área en terreno donde se levantará el nuevo Instituto Nacional del Cáncer, deberá encontrarse completamente saneada, libre de gravámenes y traspasada al Ministerio de Bienes Nacionales. Para efectos de la programación del proyecto licitatorio, el terreno del ex hospital San José no debe mantener comodatos vigentes» indica el escrito haciendo referencia al Plan de Gobierno 2018-2022.
A pocos días de la recepción del documento, representantes de la Comunidad Antiguo Hospital San José enviaron una carta al ministro del área, doctor Enrique Paris, en la que solicitan revertir la medida pues se trata de “vestigios históricos del siglo XIX, que no deben desaparecer porque es el único inmueble de salud que está quedando en pie y el único en Sudamérica, que reviste una relación de coexistencia entre un Cementerio y un hospital”. Esto se explica porque el recinto de salud fue ideado para tratar las pandemias que diezmaron a la población hace más de 100 años. El documento agrega que desde su cierre como hospital el año 1999 hasta la fecha se ha demostrado que “se puede realizar un trabajo en comunidad, conviviendo lo público con lo privado y conservar el patrimonio histórico de la salud y de la comuna, siendo un aporte en todo sentido”. Por ello el llamado a las autoridades es “poder contar con su apoyo y con el compromiso y sensibilidad patrimonial y social, para mantener en pie estas instalaciones y generar futuro”, firman los representantes.
Hoy sólo un tercio del otrora Hospital San José –que ocupaba un total de seis hectáreas- están protegidas con una declaración de Patrimonio Histórico del Consejo Nacional de Monumentos. Lo que piden sus ocupantes es que esta categoría se amplíe a la totalidad del terreno que ocupó el recinto y de esta forma evitar su demolición.
Un poco de historia
El Covid-19 no es la única pandemia que ha afectado al país. A fines del siglo XIX el cólera diezmó a la población y la gente tenía mucho miedo. Tanto es así que la peor noticia que le podían dar a un enfermo era que le ingresarían al Hospital San José porque significaba que estaba desahuciado. El terror se incrementaba al saber que el recinto hospitalario tenía –y aún tiene- como vecino al Cementerio General. Era una alianza estratégica de la época pues ambos estaban conectados por puertas interiores para que los cadáveres infectados pasaran directamente al campo santo y así se evitara la propagación del mal que se esparcía con facilidad en épocas previas a los antibióticos.
El Hospital funcionó como tal desde 1872 cuando inició sus actividades -a pesar de no estar terminada su construcción, a causa de una epidemia de viruela- y cerró sus puertas en 1999. Su nombre original fue Lazareto de El Salvador y estaba a cargo de las Hermanas de la Caridad San Vicente de Paul. Las religiosas se hacían cargo de todo, desde actuar como enfermeras hasta llevar el registro de infectados, quienes se encomendaban a la imagen de San José que estaba en la entrada. En esos años se atendía a enfermos de males mortales como tuberculosis, viruela o tifus, entre otros.
Desde el punto de vista arquitectónico también hay mucho que decir. Se trata de una antigua casa colonial con amplios corredores, gran cantidad de salas y otras instalaciones muy espaciosas, unidas por pasillos abiertos para facilitar la ventilación. A partir de 1929 moderniza su vieja estructura. En esa época tenía capacidad de 400 camas para enfermos de tuberculosis y fue considerado pionero en el tratamiento del mal.
En 1999 los funcionarios fueron trasladados a un nuevo edificio construido al frente. En ese minuto un grupo de ellos se organizó para tramitar la declaración de Monumento Histórico de las clásicas instalaciones, lo que ocurrió en diciembre de ese mismo año beneficiando a un tercio del ex hospital, gracias a “sus valores arquitectónicos y por el legado histórico del edificio al ser parte de la memoria de la salud en Chile”, señala el documento.
Su entorno
Sara Ruiz es guía patrimonial y el ex hospital es su parada preferida. Creadora de @patrimoniochileno, es una férrea defensora de las dependencias del ex recinto de salud. A su juicio la importancia de defender su patrimonio es porque allí “se combatió tres pandemias: la viruela, el cólera y por sobre todo la tuberculosis, llegando a ser pionero en esta área y referente internacional. También representa mucho para las personas que viven en la zona norte de Santiago porque en él funcionan organismos que entregan diversas soluciones y porque es un importante pulmón verde para la capital”.
Sara lamenta que por el anuncio de desalojo “ya dos organizaciones que trabajaban en la parte no protegida se han ido del lugar, como son Medicina China y el Hogar de Cristo”. Por ello también organizó la recolección de firmas on line para suspender la demolición del San José: “la recepción ha sido positiva por parte de la comunidad tanto de los usuarios del hospital como de los funcionarios que ahí trabajaron. También se han sumado muchas de las organizaciones que actualmente están en el lugar porque se trata de un recinto que funciona por y para la comunidad. Son casi dos décadas en que las personas han conocido y se han beneficiado por todo este trabajo, por lo que también dirigentes vecinales de la comuna de Independencia han entregado su apoyo, así como otras organizaciones patrimoniales que están apoyándonos”.
Por ahora, queda esperar que las autoridades de salud se manifiesten respecto a la relevancia de preservar el legado del ex Hospital San José.
- Puedes firmar la petición en contra de la demolición y desalojo en ex hospital San José aquí
- Declaratoria de Inmueble de Protección Histórica del Consejo de Monumentos Nacionales que protege un tercio de los terrenos
- Plano que muestra el área protegida y la queda sin protección
- Notificación del desalojo del Servicio de Salud Norte a Corporación CETRAM