Quien es descrito así por el poeta Rubén Darío, ocupa un lugar determinante en la construcción de nuestra capital. El proceso de “Transformación de Santiago” que lideró marcaría un antes y un después en la ciudad de fines del siglo XIX.
Emocionado por cumplir su sueño, Benjamín subió a la imponente Roca Tarpeya del Cerro Santa Lucía ataviado en su traje y sombrero de copa. De estatura poco más que mediana, con tendencias a corpulento, tenía lo que se dice una hermosa cabeza de pensador, ojos verdosos de mirar decidido, bigote abundante y oscuro (así lo describe Samuel Ossa en su libro Mis recuerdos de don Benjamín).
Debió sentirse orgulloso ese 17 septiembre de 1874, al mirar desde lo alto, el logro de convertir el peñón de rocas, en un jardín aéreo, paseo público para el disfrute de los ciudadanos. Símbolo del triunfo de la higiene por sobre lo insalubre, y por el cual mandó a abrir caminos entre las duras piedras y a plantar jardines entre sus grietas. Como diría el escritor Daniel Barros Grez, “el arte fue en auxilio de la naturaleza, convirtiendo las rocas en estatuas, engalanándolas con árboles, flores, y arbustos de mil colores y formas”.
Está claro que su ideal era Europa. Del viejo continente mandó a traer jarrones, fuentes de agua e impresionantes esculturas, como la de Neptuno, y el desaparecido caballo que estaba sobre un pórtico por la entrada de calle Merced. Otro de los orgullos de su paseo, es la construcción de La Ermita con piedras de la cantera de Pelequén y desde donde repicó la campana que perteneciera a la Iglesia de la Compañía de Jesús, destrozada en 1863 en el que es el peor incendio del que se tenga memoria.
Los santiaguinos y santiaguinas de alta sociedad caminaron por los senderos del Santa Lucía, subieron sus escalas, se divirtieron en el carrusel de la Terraza de Hidalgo y comieron en el desaparecido restaurante que se encontraba en la actual Terraza Caupolicán. Desde allí admiraron un Santiago despejado, con bajas construcciones que dejaban ver una majestuosa cordillera y acudían los 31 de diciembre para esperar el Año Nuevo.
Se necesitó un centenar de presos y numerosos obreros pagados, albañiles, mineros, canteros y peones para tal magna obra que demoró dos años y que dejó un déficit de 50 mil pesos de la época.Deuda que sería asumida por el propio Vicuña Mackenna, quien tras hipotecar sus bienes y los de su esposa, doña Victoria Subercaseux, quedaría arruinado. “Con todo esto, no se acaba en mi alma esa locura insondable que se llama patriotismo” diría el Intendente.
Sus detractores le bautizarían de forma peyorativa como el “loco” Vicuña Mackenna”, el “loco del Santa Lucía”. Pero no sólo el hermoseamiento de este cerro sería fruto de su espíritu incansable. Mientras fue Intendente de Santiago (1872-1875) se propuso modernizar la ciudad y convertirla en el “Paris de América” con el lema “recreo y arte, salud e higiene”.
Cumpliría obras sociales de alto impacto como la canalización del río Mapocho, la arborización de plazas y avenidas, la dotación de agua potable y la construcción del Camino de Cintura que marcaría el límite con los arrabales y su pobreza. En total 20 medidas, parte de un gigantesco plan modernizador. Tal cantidad de logros le valieron una contundente popularidad que lo llevaron directo a su proclamación como candidato presidencial, sin embargo, las reticencias de algunos de sus propios correligionarios le obligaron a apartarse de los partidos oficiales y a poner en práctica la llamada «Campaña de los pueblos», basada en el contacto directo con la ciudadanía. Pese a su éxito, poco antes de las elecciones, Vicuña Mackenna decidió renunciar a la postulación, en medio de un agitado clima político.
Ya antes había estado ahí donde pasa la historia. Con 20 años, este ferviente defensor del movimiento liberal, participó en el motín encabezado por el general Urriola en 1851 contra el Presidente Manuel Bulnes. Fue tomado prisionero y condenado a muerte, logrando escapar de la cárcel disfrazado de mujer. Así partiría el primero de sus exilios. Durante su huida, recorrió México, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Irlanda, Francia y Argentina. Volvería al país gracias a una Ley de Amnistía, pero nuevamente su oposición al gobierno, esta vez de Manuel Montt lo llevaría al destierro. En 1861 desafiando su prohibición de retornar a Chile, se reintegró a la vida política tras la asunción a la presidencia del liberal José Joaquín Pérez.
Fue diputado y senador durante 20 años desde donde defendió el sufragio libre y también la ocupación de la Araucanía, para aplacar la que según él, era la barbarie de brutos indomables y enemigos de la civilización.
Dueño de una pluma privilegiada escribió y escribió: libros, ensayos y artículos de prensa. Se han contado 190 volúmenes y folletos de su autoría y se dice que su biografía de O´Higgins, de 485 páginas, le habría tomado apenas tres días.
Político, periodista, bombero, historiador, filántropo. La multiplicidad de sus intereses y su carácter progresista quedó plasmado en todo lo que hizo.
Nació el 25 de agosto de 1831 en la casa que perteneciera Ignacio de la Carrera, en el antiguo número 63 de la calle de Agustinas, entre Morandé y Teatinos. Murió en el verano de 1886, en su fundo Santa Rosa de Colmo, en Aconcagua. Su muerte fue sentida y llorada. La clase política y la intelectualidad del país, le rindieron un masivo homenaje. Sus restos descansan hoy en la Ermita del Santa Lucía que tanto amó.
Fuentes de investigación y referencias:
- Fuentes documentales y bibliográficas para el estudio de la Historia de Chile. Homenaje a Vicuña Mackenna Tomo 2º, Universidad de Chile
- Museo Benjamín Vicuña Mackenna
- El patrimonio urbano como ideología urbanística y tecnología simbólica. El caso de la intendencia de Benjamín Vicuña Mackenna
- Memoria Chilena
- Biblioteca del Congreso Nacional
* Este reportaje es parte del proyecto Biografías de Amo Santiago, personajes que marcaron la historia de la capital y que contempla también una versión de podcast publicado en los canales de Spotify de Amo Santiago y prontamente en el del Museo Histórico Nacional. Este proyecto está financiado por el Fondo de Medios del Consejo Regional y del Ministerio Secretaría General de Gobierno.