En el último año ya recuperaron dos edificios en Barrio Bellas Artes y República y están iniciando el tercer proyecto en calle Londres 20. El restaurado bloque de departamentos de Monjitas 506 espera recibir a sus primeros habitantes durante el segundo semestre de este año, una vez que se aprueben los permisos de servicios básicos y la recepción final de parte de la Municipalidad de Santiago. 

Sentarse y mirar por la ventana de la casona de Monjitas con Mosqueto es conectarse con el corazón del Barrio Bellas Artes y al mismo tiempo sentirse plácido, en un espacio confortable, seguro y acogedor. Cada rincón del edificio -protegido como Inmueble de Conservación Histórica- fue minuciosamente recuperado y modernizado, manteniendo la belleza de la propiedad ideada en los años 40.

Interior del edificio de Monjitas 506, con vista a los murales del Metro Bellas Artes. Fotografía de Cassá Estudio.

La construcción es parte del Conjunto Mosqueto, tres edificios contiguos que pertenecieron al grupo Brieba – Costabal y Garafulic, estos dos últimos, arquitectos responsables de las obras de expansión de la Basílica de Lourdes.

En sus inicios, el bloque de Monjitas 506 tuvo fines residenciales tal como sus edificios “hermanos”, sin embargo con el paso de los años derivó a oficinas y luego al conocido Hostal Andes, hasta que fue comprado y acondicionado con la idea de ser nuevamente espacios de oficina. Sin embargo, tras el estallido social y la pandemia, el inmueble de cuatro pisos fue puesto nuevamente en venta, siendo adquirido por Cassá Estudio, una inmobiliaria dedicada exclusivamente a rehabilitar construcciones patrimoniales.

De derecha a izquierda los tres hermanos Duch: Tomás, Simón y Joaquín, nacidos en Concepción. Fotografía de Cassá Estudio.

“Confiamos en el centro. Edificios que fueron abandonados por el estallido social o por la pandemia están vacíos y los dueños no saben qué hacer con ellos. Entonces es la oportunidad para salir a buscar este tipo de activos, siempre con la mirada a largo plazo. Las cosas son cíclicas y creemos que ya pasó el peor momento. Al final es hacer la apuesta hoy día para que en dos o tres años más, cuando la economía se haya recuperado, esto ya tenga un valor”, indica Simón Duch quien junto a sus hermanos Tomás (su gemelo) y Joaquín, están detrás del innovador proyecto inmobiliario.

Acompañados de la oficina Arquitectos y Asociados y la constructora Vergara del Valle, han dado con la mano de obra precisa para abordar los desafíos de las transformaciones, con profesionalismo y materiales de alta gama. Revestimientos, pisos e instalaciones de primer nivel que se acercan a las comodidades de un hotel de cuatro estrellas. Desde la fachada y la gran puerta de entrada del edificio, hasta las habitaciones y espacios de los 13 departamentos, completamente equipados con secador de pelo, plancha, refrigerador y encimera de cocina incluida. Uno de ellos, un dúplex con subterráneo y acceso a un pequeño patio interior. Además de tecnología de punta, con acceso electrónicos. Como dicen los hermanos Duch, es cosa de llevar la maleta con ropa y estás listo para quedarte a vivir.

Interior edificio de Monjitas 506. Departamento duplex full equipado. Fotografía de Amo Santiago.

¿Cómo nace la idea de Cassá Estudio?
Simón:
Los tres teníamos ganas de hacer algo hace mucho tiempo, llevábamos como 5, 7 años trabajando cada uno independiente en el mundo inmobiliario y de inversión, siempre con el bichito de por qué no se rehabilitan edificios. Así que cuando volví de estudiar, buscamos un proyecto. Encontramos el primer edificio en República y tras la tramitación de los permisos con el Consejo de Monumentos, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y la Dirección de Obras de la Municipalidad de Santiago, comenzamos las remodelaciones. Queremos que Cassá Estudio sea un aporte a la ciudad, que podamos recuperar barrios y trabajar con lo existente.

¿Cómo llegaron a la casona de Monjitas?
Tomás: A través del portal inmobiliario llegamos a una corredora que tenía en venta esta casa. Tenía la obra gruesa terminada y los dueños querían arrendarlos para oficinas, nos interesamos en comprar y llegamos a acuerdo en marzo de 2022. Tras los permisos y el proyecto de construcción, partimos los trabajos en agosto del año pasado. En seis meses renovamos las instalaciones eléctricas, cañerías y acondicionamos los 4 pisos y subterráneos para transformarlos en 13 departamentos.

Interior edificio de Monjitas 506. Fotografía de Amo Santiago.

Están realizando una apuesta importante en tiempos en que el centro de Santiago ha sido escenario de aumento de delincuencia, pérdida de espacio público, temas de basura…
Simón:
Pensamos estar 20 años haciendo esto, estamos apuntando a largo plazo. Lo inmobiliario es a largo plazo y va agarrando plusvalía. Cuando recuperamos este edificio de Monjitas, los vecinos nos felicitaron, quieren pintar  su fachada también. Hemos conversado con varias personas que felices quieren renovar.
Además, uno ve los esfuerzos que se están haciendo en materia de seguridad, falta mucho pero creemos que ya pasó el peor momento. Está el proyecto Eje Alameda – Providencia, hay un enfoque por recuperar el centro. La ola de recuperación se contagia.

Cuéntanos sobre el proyecto de República
Simón
: Ese lo partimos antes, pero la remodelación estará lista para fines de mayo después de ocho meses de trabajos. Son las mismas terminaciones que el de Monjitas. Se trata eso sí de una construcción del año 1929, con escalera de mármol y baranda de bronce y patios interiores. En ese, estamos acondicionando 14 departamentos.

Y está el tercer proyecto, que son dos edificios en la esquina de las calles París y Londres, ese es el más grande (2.500 m2), donde esperamos contar con 43 departamentos de entre 30 a 60 metros cuadrados.

Se aprecia una decoración minimalista y una paleta de colores que invitan al descanso y la desconexión dentro de Santiago
Tomás:
Tratamos de hacer espacios acogedores, los colores dan una sensación de paz y armonía, aunque tiene un toque industrial por lo que dejamos los tubo emt a la vista. Todo está hecho con mucha calidad.
Simón: Como es un edificio que no se va a vender, dijimos «tenemos que hacerlo muy bien» porque tiene que perdurar en el tiempo, que tenga poca post venta, entre más bonito, mejor nos van a ir y mejor van a tratar el edificio las personas que estén acá.

¿Qué opinan del negocio inmobiliario, en donde muchas veces se superpone lo comercial por sobre la calidad de la construcciones?
Simón
: En Chile lo que pasó fue un boom inmobiliario en donde todo fue netamente negocio, y en donde el edificio daba lo mismo, era la forma de hacer la rentabilidad y se dejó de lado lo que era planear algo que fuera bueno para vivir. Fue una expansión para la ciudad pero llegó un punto en que la ciudad no puede seguir creciendo, entonces empieza a transformarse lo que ya existe. Cada vez quedan menos terrenos inmobiliarios en el centro. Las personas se están dando cuenta que hay mucho valor patrimonial, que frente a edificios abandonados, algunas inmobiliarias los compraban y hacían otra cosa, ahora hay mucha más conciencia de que esto tiene valor, que hay que proteger.

¿Esperan que esta recuperación de edificios patrimoniales sea una tendencia?
Simón: Así lo esperamos, es difícil partir porque para una inmobiliaria grande estos son proyectos muy chicos, no son rentables. Entonces creemos que va a partir de a poco con inversionistas medianos o chicos como nosotros. Nuestra intención es crecer, hay un potencial gigante en Valparaíso, en el sur, en Concepción, de dónde somos.

 

Calle Monjitas, años 70. Fotografía de Armindo Cardoso, Biblioteca Nacional Digital.

El edificio de Monjitas antes de su restauración. Fotografía de Cassá Estudio.

La esquina de Monjitas con Mosqueto, tras la recuperación del edificio. En el primer piso está en arriendo un amplio local comercial de dos pisos y 160 metros cuadrados. Fotografía de Cassá Estudio.

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