*Por Paulina Cabrera C.
“El Premio Nacional sería muy bonito, como completar una carrera de tantos años” nos dice al teléfono Rodolfo Gutiérrez, Zerreitug, creador de los famosos dioramas del Metro.
El artista en madera, que tiene a su haber las 24 escenas históricas instaladas en prácticamente todas las líneas del tren subterráneo, es uno de los nombres nominados al reconocimiento que entrega un jurado compuesto por representantes del Ministerio de Cultura, la academia y el último galardonado. Y es que 50 de sus 75 años los ha dedicado a inmortalizar momentos históricos con un nivel de detalle impresionante.
Sus últimos dos trabajos están en la nueva línea 3 del Metro. “En la estación Libertadores está el diorama que representa a O’Higgins y a San Martín, que vienen con el ejército después de la batalla de Chacabuco. Hay carretas con heridos, no gente de la ciudad, sino caminado hacia Santiago entrando al principio de la ahora calle Independencia con Vespucio Norte” nos explica. En tanto en la estación Chacabuco, la escena se centra en una “caravana de llamas que traían los incas a comercializar con los mapuches antes de la llegada de los españoles. Está ambientado en los años 1420, 1430 y es una montonera de como 300 llaneras arriando a las llamas con sus cajas para llegar al valle del Mapocho”.
Zerreitug, cuyo seudónimo corresponde a su apellido al revés, ya ha sido reconocido por la Municipalidad de Santiago ( Premio de arte gestión y patrimonio 2015), por la Unesco (Premio a la conservación de monumentos nacionales categoría trayectoria 2018) y por la Municipalidad de Concepción (medalla en homenaje por su aporte artístico 2019). Y además por sus seguidores -entre los que nos encontramos nosotros- que hemos seguido de cerca su trabajo.
¿Cómo tomas esta nominación por tu trabajo?
Para mí es muy importante, de partida estoy muy agradecido del público que siempre ha reconocido mi obra y la ha apreciado.
Ha sido muy bonito el reconocimiento oficial de las instituciones, entonces el Premio Nacional sería muy bienvenido y estaría muy contento de ser postulado, es una esperanza de un reconocimiento oficial y nacional.
Nos decías que son 24 las escenas que has hecho para el Metro y de las cuáles varias tuvieron un proceso de restauración hace poco
Hace dos años, estuvimos dos años seguidos junto a mis hijos Felipe y Mónica trabajando para restaurar los dioramas. Fuimos estación por estación, abrimos los dioramas, sacamos todas las figuras y las trajimos a la casa para limpiarlas, pintarlas de nuevo y barnizarlas y también se repintaron los fondos con óleos. Fue una restauración total y los dioramas quedaron prácticamente nuevos, algunos de ellos tienen más de 30 años y presentaban desgaste por la presión y el smog. Quedaron como nuevos como los últimos cuatro que hice. Está bien completa la colección del Metro.
¿Hay algún momento histórico pendiente que te gustaría realizar?
Hay varios, hay tanta historia en Chile que en 24 escenas es poco lo que se abarca, de Arturo Prat no me ha tocado hacer nada, y el Estadio Nacional me gustaría hacerlo con una escena de toda la gente que se junta alrededor del Pilucho, gente esperando a alguien y al fondo se vería el Estadio con personas caminando con banderas chilenas.
Y de todos los que has hecho, ¿cuál es tu favorito?
Nunca he hecho un diorama apurado, por lo que cuesta quedarse con un favorito. Cuando los hago, lo hago lo mejor posible, a consciencia cada personaje. Ningún mono está repetido, ni es porque sí, son todos individuales, están hechos especialmente para los dioromas. La dedicación mía es la misma para un diorama grande que para uno chico, les tomo cariño.
