Una nave para volar al mundo de las artes escénicas. Desde septiembre de 2015 habita en el Barrio Yungay un lugar de creación y residencia para artistas performáticos, de la danza, del teatro y la música. Estamos hablando de NAVE, un espacio inédito en el país, que recuperó una casona de principios del siglo XX, y abrió sus puertas para que creadores pudieran trabajar, investigar, ensayar y llevar a cabo sus proyectos.

Aquí la figura esencial es la de residencia, en donde artistas de Santiago, de regiones y fuera de Chile, tienen la opción de compartir sus experiencias durante semanas con sus pares y también con la comunidad, que es testigo de sus procesos creativos.

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Crédito foto: NAVE – Fernando Ramírez

Para ello, el lugar de más de 2.000 metros cuadrados cuenta con una nave central, una gran sala con capacidad para unas 200 personas (500 si están de pie), que permite conciertos, pasarelas, fiestas y eventos y en donde hace algunas semanas disfrutamos un ciclo de cine mudo con música electrónica en vivo (hay sillones de diseños particulares y en el escenario, cojines para ver el espectáculo cómodamente).

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Crédito foto: NAVE – Bruno Gilberto

NAVE también tiene una carpa de circo en color rojo y amarillo en su azotea, una sala con piso de danza permanente, dos estudios con piso de madera (ideal para recepciones privadas y seminarios), además de cuatro habitaciones para la residencia de diez alojados. Recintos amplios y en donde la altura va entre los 4 y 8 metros.

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Crédito foto: NAVE

Un imponente edificio recuperado por el arquitecto Smiljan Radic, que pudo ver la luz gracias al mecenazgo de la familia Peón-Veiga Petric, que financió los arreglos del inmueble que dejó como legado para la comunidad (En un acto de filantropía digno de seguir, el empresario Rodrigo Peón-Veiga junto a su hija bailarina Javiera, una de las dos codirectoras artísticas del lugar, vieron el potencial de la idea e hicieron realidad el proyecto).

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Crédito foto: NAVE

“Eran 8 casas, las cuales se incendiaron varias veces y terminaron de caerse luego del terremoto de 2010. La fachada del edificio es la única estructura que se mantuvo parcialmente en pie luego de estos episodios y en eso consiste el proyecto arquitectónico, en vaciar todo y reconstruir manteniendo la fachada original en su totalidad”, revela la directora artística María José Cifuentes.

Así en este espacio, renovado e impecable en sus instalaciones, se potencia el trabajo de los artistas que pueden contar con tiempo, una infraestructura de primer nivel y la asesoría y compañía de otros artistas.

Para María José “en nuestro país no existían espacios que permitieran la investigación artística, experimentar o simplemente pensar residiendo semanas en un mismo lugar. Por eso NAVE busca generar instancias enfocadas en la creación dando énfasis al proceso de investigación, más allá de un producto final o exhibición de obra”.

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Crédito foto: NAVE

Si bien la construcción se realizó con fondos privados, el centro experimental ha logrado desarrollar actividades con fondos de programación internacional como Iberescena y de Movilidad como PICE, además de asociaciones con Centros de Cooperación internacional como Goethe-Institut Chile. “Sin embargo, se necesitan socios potentes para dejar de depender de fondos internacionales y dedicarnos más a las necesidades locales”, puntualiza la directora artística del espacio administrado por la Fundación Patrimonio Creativo.

Actualmente se encuentran dos convocatorias abiertas: una para artistas nacionales y otra para extranjeros. En esta última, el único recurso es el espacio, por lo que los artistas deben cubrir sus gastos de alimentación y traslados (incluyendo los pasajes para venir a Chile). En cuanto a la convocatoria nacional, los criterios de selección son bastante abiertos, ya que entendemos que en Chile no hay espacios de creación, salas de ensayo o espacios realmente profesionales. En Antofagasta, Temuco, Concepción, Valparaíso, hay una gran cantidad de artistas dedicados a la danza. Sería súper interesante que esa gente pueda venir a Santiago y al menos tenga un espacio de trabajo que les permita desarrollar otro tipo de práctica. Queremos privilegiar los espacios de residencia para este perfil de artista” agrega María José.

De esta manera, cada vez que la NAVE se abre a los creadores y a la comunidad, pareciera que su nombre crece un poco más, que se mueve y se desplaza entre arquitectura, danza, pasado y futuro.

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Crédito foto: NAVE

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