En un lejano 1899 Manuel Cifuentes se convirtió en el primer arquitecto titulado de la Universidad Católica. Diseñó la Casa Central de su alma mater junto a Emilio Jecquier en 1910 y 16 años más tarde trajo a la vida el conjunto de casas de fachada continua del Barrio Viel y su joya El Teatro Cousiño.

En calle San Ignacio, a unas cuadras del Parque O ‘Higgins, podemos encontrar esta construcción destinada a la entretención de la entonces Caja de Empleados Particulares.

“La manera de hacer ciudad era construir villas con teatros, porque esa era la ‘televisión’ de la época. El Teatro Cousiño nació como muchos otros, como el Huemul, el Esmeralda y el Teatro Cariola” explica el también arquitecto UC Leonardo Suárez, responsable de la declaratoria de Monumento Histórico del inmueble.

En sus inicios, el Cousiño tenía como público a niños y adolescentes que esperaban ansiosos semana a semana las aventuras espaciales de la serie Flash Gordon. El espacio, con 300 butacas, también era sede de reunión del equipo de fútbol del barrio. Sin embargo, en la década de los cincuenta la aparición de los hermanos Salim y Miguel Zacur lo llevarían a su época de gloria. Un show de revista con vedettes, humoristas y cantantes, lo transformarían por los próximos 23 años en el famoso Humoresque.

A este escenario se subieron las estrellas del momento: desde el actor y comediante Daniel Vilches y una curvilinea y joven vedette Paty Cofré, hasta tangueros como Alberto Castillo, Alfredo de Angelis y Miguel Caló. No por nada le decían el “Municipal chico”.

Filas de personas se agolpaban en la puerta para ver el último espectáculo de mujeres de escasa ropa, baile sincronizado y rumba show.

Sin embargo, con el golpe militar y el apagón cultural la bohemia quedó detenida por al menos una década. Leonardo nos cuenta que con la interrupción de la vida nocturna, el teatro cayó en el abandono, teniendo aperturas esporádicas que terminaron siendo sede para una Iglesia Evangélica.

De derecha a izquierda los integrantes de Ciudad Viel: Alexis Flores, Natalia Ríos y Leonardo Suárez.

Cambió el siglo y Mariam Zacur, heredera de los hermanos del Humoresque, arrendó el espacio a Mario Contreras, un productor de obras de teatro para colegios que ocupa el espacio para ensayos.

Paralelamente los vecinos se organizaron y lograron que el barrio se declarara Zona Típica. De esta manera, no se pueden construir edificios en altura en el cuadrante ubicado entre las avenidas Matta, General Rondizzoni, Viel y San Ignacio.

También lograron recursos del Fondart para restaurar la construcción de misteriosa figura indígena en su fachada, devolviéndole el color rojo original.

Luchas lideradas por Mireya Pinto Millán, con quien nació la asociación cultural Ciudad Viel que año a año realiza talleres dirigidos a la comunidad.

“El teatro es un símbolo barrial, un punto de encuentro para todos los vecinos, no sólo relevante a nivel de barrio si no que también como monumento histórico” indica Natalia Ríos, parte de Ciudad Viel. Su colega Alexis Flores, también profesor de los talleres, destaca el compromiso de los alumnos que llegan incluso de otras comunas a aprender de ilustración, encuadernación, restauración de muebles y folclor latinoamericano.

Precisamente el día que llegamos a conocer el teatro, se estaban graduando los participantes de estos cursos. Fue una tarde de bailes de los alumnos, diplomas y homenajes a la vedette Maggie Lay que no entraba en el lugar hace 30 años.

Después de los aplausos, la noche cerró con la animada presentación de la orquesta Huambaly. Ahí, la sensación era que hasta las murallas del teatro se pusieron contentas. Se apagaron las luces y todos nos movimos con el mambo y el cha cha chá.

Dónde: San Ignacio 1249 (metro Parque O ‘Higgins)
Cómo visitarlo: Tienes que esperar la celebración del Día del Patrimonio. Ciudad Viel espera realizar ese día un espectáculo de revista como de antaño.