Abierto los siete días de la semana, el espacio recreado en el Santiago de principios del siglo XX, ofrece la experiencia de un comercio de barrio, emplazado en este gigantesco edificio neoclásico de 1913. El lugar es un viaje al pasado, en donde puedes comprar golosinas como las clásicas sustancias y galletas de champagne, además de artículos de perfumería y limpieza, frutas, verduras y hasta empanadas.
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- Anda a conocer el Emporio Moneda en calle Cienfuegos 99. Abierto de lunes a domingo de 9.00 a 21.00 horas.
En estantes de maderas recuperadas y una vitrina que perteneció a la famosa tienda Gath & Chaves se disponen alimentos, snacks y artículos cotidianos para el hogar. Al otro lado del mesón atiende con la elegancia acostumbrada, José Antonio Ilianovich, dueño del Emporio Moneda, el nuevo hito patrimonial y comercial del Barrio Brasil.
En el que fuera uno de los salones del Palacio Larraín Mancheño, administrado desde más de una década por Ilianovich, abrió este 14 de septiembre este particular almacén, que asegura ser el primero en su tipo en todo el país. “Este espacio donde se desarrolla el emporio era un antiguo salón del Palacio Larraín que prácticamente mantuvo su uso original durante 50 años. Por la década del 60 se rompe la antigua ventana y se transforma en una salida directa a la calle. El salón tuvo un uso residencial durante mucho tiempo hasta ahora, cuando nace este proyecto, un espacio de barrio tradicional para ofrecer a los vecinos una alternativa amigable también con el patrimonio”, asegura su propietario quien junto a Doña Sofía, atienden el local con vestimenta de antaño.
Sobre el mesón vemos un dispensador de papel roneo para empaquetar las compras, y detalles de ambientación como un teléfono antiguo, la fotografía del almacén Bilbao que funcionó en en Barrio Yungay a principios de 1900 y hasta un tambor antiguo, con los que se vendía aceite a granel. Sin embargo, una de las piezas estrellas del local es la hermosa máquina registradora de bronce que utilizan para los pagos en efectivo.
¿Nos decías que se trata del primer emporio 100 por ciento de época del país?
Así es. Hoy día existen distintos formatos de emporio, tenemos Humberstone y otros casos en Valparaíso y Santiago pero son solo maquetas, están detenidas en el tiempo pero no funcionan. Acá usted tiene la virtud de que es un espacio que es completamente funcional y que está adaptado a las necesidades del presente ¿Qué quiere decir eso? Pagar en efectivo y también pagar en tarjeta de débito por ejemplo.
Y los productos que tienes acá son cotidianos, los clásicos de un almacén
Exactamente, nosotros hicimos un estudio de mercado y obviamente ofrecer estos productos de la vida cotidiana genera ese intercambio que nosotros buscábamos con el barrio, acercar el edificio a la comunidad. Prontamente vamos a inaugurar una línea de productos chilenos que son mermeladas caseras, merquén y así vamos a ir ampliando la línea de venta dentro del almacén.
Y cuéntame sobre el mobiliario porque me imagino que lo trajeron de anticuarios ¿De dónde salió?
Mira, me vas a creer que todo el mobiliario está hecho por mis manos. Este es un proyecto que tardó un poco más de dos años en realizarse. Restauré el techo, pinté las paredes, pensamos y estudiamos bien los colores y todo lo que tú ves acá como madera es yeso (dice indicando los pilares con adornos florales).
Los mesones los hice de un ropero antiguo. Entonces, claro, los muebles tienen sus detalles que son propios del tiempo y eso también le da carácter y realismo al espacio.
El emporio se transforma en otro incentivo para financiar el proyecto completo del Palacio, sumándose a las visitas guiadas
Sí, esta es otra línea que va a apoyar, es un brazo comercial en el cual también son nuestros trabajos, nosotros atendemos el negocio pero también va a ayudar a darle mayor visibilidad al Palacio.
¿Y los vecinos me imagino que están contentos?
La gente entra muy curiosa. Algunos piensan que el negocio no funciona, que es una maqueta o que dicen «¡Uy! ¿Cuántos años estuvo cerrado este negocio y no lo conocíamos?» Yo en broma les digo, hace 100 años que estaba cerrado, pero entre broma y broma después nosotros les comentábamos que es un negocio moderno y con este espíritu del pasado.
Esta vitrina, por ejemplo, perteneció a la tienda Gath & Chaves. Pronto le vamos a poner iluminación y le queremos poner publicidad de la época. La idea es ir nutriendo el negocio de muchos toques que nos inviten al recuerdo.
¿Y el Palacio Larraín, cuál es su estado actual?
Nosotros seguimos con más fuerza enfocándonos en transformar lo que es el segundo nivel en la Casa Museo y abrir nuevos espacios en el tercer nivel, todo lo que es dedicado al servicio, una sala de fotografía, una sala de juguetes para niños y así esto va creciendo. La idea es que el barrio también dialogue con estas nuevas propuestas.
El patrimonio debe tener las garantías para que pueda desarrollarse de una manera armoniosa. Son proyectos muy bonitos pero a la vez muy frágiles.
Mucha gente pasaba y nos decía en esta semana de apertura “oh, yo siempre quería saber qué había aquí adentro de esta casa, que estaba cerrado”. Ahora usted puede entrar, puede conocer y eso es una forma también de democratizar los espacios a través de la cultura y del patrimonio.