«Lo esencial de mi trabajo es la acción de los personajes, en ningún diorama van a encontrar una figura estática, cada mono está en el lugar preciso y se podría ver lo que está pensando» asegura Rodolfo Gutiérrez, el artista tallador en madera reconocido por las escenas históricas que desde los años ochenta se exhiben en el metro de Santiago.

Sus manos han recreado desde personajes históricos, como Cristóbal Colón y Bernardo O ‘Higgins, hasta escenas sacadas de los libros que transportan al cruce que hizo Diego de Almagro por la cordillera de Los Andes, la fundación de Santiago y el terminal de tranvías que alguna vez hubo en Tobalaba con Providencia.

Empezó desde niño, autodidacta, haciendo dibujos e historietas y luego trabajando la greda, la plasticina y la madera.
«Cuando estaba terminando de estudiar vi que podía vender las figuras», recuerda sobre sus cursos de contabilidad que nunca ejerció. Así, desde sus 20 años no paró más.

Zerreitug, el seudónimo que nace de su apellido escrito al revés, es autor de cientos de figuras, que ha expuesto y vendido a coleccionistas o que en su conjunto han dado vida a representaciones históricas llena de detalles. Incluyendo a personajes extra con los rostros de sus propios hijos o señora. «Si se comparan unos con otros se puede ver cómo han ido creciendo mis hijos» revela sobre las figuras presentes en las escenas que retratan un pedazo de nuestra historia.

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En sus más de 40 años de trayectoria ha realizado 80 dioramas. Los primeros 11 que hizo fueron por encargo del museo de la Casa Colorada. Luego vinieron los de la Galería de la Historia de Concepción y en 1981 el primero para el Metro, con la representación de la construcción del puente Cal y Canto y que fue ubicado en la estación de mismo nombre.

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«Las escenas históricas han sido de elección en común acuerdo con el Metro, en muchas manda el nombre de la estación. Por ejemplo en Hernando de Magallanes es el navegante portugués en el barco cruzando el estrecho. Era fácil de elegir también en Los Dominicos con la Iglesia de los Dominicos con todo un ambiente de 200 años atrás y en la estación de Maipú el abrazo entre O ‘Higgins y San Martín era lo más indicado» explica.

«Para cada uno de estos dioramas se hace una investigación, carpetas con fotos, recortes, leyendas» afirma sobre su obra que congela un momento. Horas, días y meses de trabajo en su casa taller en El Arrayán, a punta de martillo, formón, tempera y barniz, que convierten un trozo de madera en escenas inolvidables.

Revisa en qué estaciones del metro puedes encontrar los dioramas de Zerreitug

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