El espacio, que sufrió graves daños durante el terremoto de 2010, reabrió sus puertas con una renovada curatoría, nuevos espacios y una propuesta inclusiva. La que fuera primero la casa de Mateo de Toro y Zambrano,  lugar de reunión de los próceres O’ Higgins y San Martín y el primer Centro Comercial de la ciudad, vivió un proceso de restauración que respetó los más de 240 años de la casa colonial. Hoy regresa con su histórica colección extendiendo su recorrido temático hasta el presente siglo, mediante piezas prehispánicas, dioramas, pinturas, maquetas, impresiones 3D y pantallas interactivas.  

Tuvieron que pasar 14 años, pero valió totalmente la espera. El Museo de Santiago, Casa Colorada, reabrió sus puertas el 31 de agosto pasado, reencontrándose con su fiel público que siguió atento la anhelada reinauguración y también estrenándose ante una nueva generación de visitantes que toma nota de este histórico centro cultural.

La dedicación puesta en los trabajos de restauración y el pensar hasta en el más mínimo detalle saltan a la vista durante todo el recorrido del Museo. Desde lo impecable de sus muros, cielos, maderas y herrerías recuperadas, hasta los pisos dispuestos para que los más pequeños alcancen a ver los dioramas de Rodolfo Gutiérrez, conocido como Zerreitug. Precisamente estas últimas representaciones en madera de momentos de nuestra historia, son una de las grandes atracciones del lugar. A las nueve que ya eran parte de la colección del Museo de Santiago, se sumaron otras dos: la escena que retrata el encuentro del conquistador español Pedro de Valdivia con los 14 caciques que habitaban el valle del Mapocho y por otra parte, la forestación del cerro Santa Lucía durante su conformación como parque y paseo a fines del siglo XIX.

Otro de los puntos altos de la curatoría del espacio son las atractivas animaciones que ilustran la línea cronológica de Santiago. Está por ejemplo una maqueta 3D del mapa de la Región Metropolitana que revela quiénes fueron los primeros habitantes del territorio y sus principales características; además de la animación de un clásico mapa del Santiago fundacional en donde vemos la dimensión de lo que eran las inundaciones provocadas por las crecidas del Mapocho. A estas se agregan ilustraciones antiguas animadas, que explican entre otros, quien fue la mítica Quintrala, las fiestas religiosas que se celebraban durante La Colonia y los distintos roles de quienes trabajaban en las casas patronales. Y también una asombrosa panorámica interactiva del Santiago de 1850, enfrentada con una fotografía de la capital del año 2022.

En cuanto a las piezas que resguarda la Casa Colorada se cuentan un ladrillo original de su construcción; un retrato de Pedro de Valdivia de Pedro Subercaseaux de 1910; un cañón español y el resto de uno de los Tajamares del Mapocho. Sin embargo, si hablamos de los objetos con mayor valor emocional sin duda está la que fuera una de las tazas del local La Gallina. La pieza exhibida en la primera sala del museo, fue entregada en persona por Jorge Cristi, hijo del dueño de la pastelería, famosa por sus sanguches de ave pimiento y que funcionó en la mansión mientras esta fue centro comercial.

Según revela el director del Museo de Santiago, Andrés Mosqueira, durante la primera semana recibieron la visita de más de 4 mil personas. “Mucha gente viene a ver el museo a reencontrarse fundamentalmente con los dioramas. A mí me llama mucho la atención cómo los dioramas están en el imaginario de las personas. Y también vienen a reencontrarse con la casa, porque la casa es como un ícono dentro del centro histórico”, indicó.

¿Y qué es lo que se viene ahora? ¿Cuáles son los panoramas que va a poner la gente? 
Sí, bueno, septiembre es como también un momento de la casa. Porque don Mateo fue el propietario de la casa, Mateo de Toro Zambrano salió de aquí a la reunión del Cabildo Abierto esa mañana del 18 de septiembre. Pero estamos pensando en algunas actividades muy pequeñas, de pequeño formato. El día 12 tuvimos el lanzamiento de un documental sobre los quechuas urbanos. Y tenemos un ciclo de conversatorio que estamos programando también un poquito más al futuro. Estamos ahora centrados fundamentalmente en la cantidad de gente que viene y que nos quiere visitar. Eso para atenderlos bien, ajustando un poco los tiempos también. Es como una especie de marcha blanca para poder evaluar cómo vamos a ir funcionando en este tiempo.

¿Y en lo personal, luego de ver terminada esta que ha sido tu gran cruzada? ¿Cómo te sientes ahora?
Me siento feliz. Estoy profundamente contento, agradecido. Creo que se han cumplido las expectativas que teníamos. Ver a la gente entrar, sorprenderse, ver una cosa que está muy bien hecha, que está bellamente terminada. Yo creo que el derecho a la belleza es algo que es inherente a los seres humanos. Y desde lo público podemos responder también a esa expectativa. La gente se puede encontrar con un lugar digno, que está muy hermosamente terminado, con muchos detalles. Y eso para mí me llena absolutamente de alegría y de orgullo también.


Sala por sala
El Museo de Santiago cuenta con ocho salas reacondicionadas que recorren la historia de la capital. El recorrido se inicia con fotografías de archivo y objetos en exhibición, le sigue una sala con imágenes en video que dan el contexto social y geográfico de la capital y luego el espacio dedicado a los primeros habitantes del Valle del Mapocho. La cuarta sala relata la fundación de Santiago, mientras que la quinta se detiene en la formación de la ciudad como territorio colonial. Aquí se encuentra el diorama más grande de todos, que es una réplica de la misma Casa Colorada en sus tiempos coloniales. Lo atractivo es que los visitantes pueden subirse a las bancas para poder apreciar la obra desde arriba.

La sexta y séptima sala abordan los inicios de la República y el crecimiento de la ciudad, incluyendo su evolución habitacional y morfología, para terminar en una octava sala donde se invita al público a reflexionar sobre la actualidad y los temas pendientes, especialmente a nivel habitacional y calidad de vida.

Terminado el recorrido cronológico, el museo dispone del nuevo centro de documentación y punto de lectura con bibliografía especializada en Santiago y una sala de exhibiciones en donde se presenta parte del material ocupado en la restauración y un documental con las de la Casa Colorada que resume el trabajo de los últimos 14 años.

  • Dónde: Merced 860, metro Plaza de Armas. Santiago.
  • Cuándo: Martes a viernes de 10.00 a 18.00 horas. Sábado hasta las 14.00 horas. Domingo cerrado.
  • Cuánto: Entrada liberada.

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