*Por Diego Escobedo

En la jungla de asfalto acechan depredadores de mármol, bronce y hierro. Y es que Santiago es una ciudad de leones. No sólo porque están en el escudo y bandera de la capital, sino porque entre las comunas de Santiago y Providencia todavía es posible encontrar diversas estatuas de estos intimidantes felinos. Cada una con su historia y su propia simbología. Desde leones vigilantes, a otros que son símbolos de poder o de libertad.


Muchos mitos giran en torno a los icónicos leones de Providencia. Ubicados en la intersección de las avenidas Los Leones con Nueva Providencia, han sido protagonistas de diversas historias. La más polémica de todas, la versión equivocada que afirmaba que  habían sido traídos desde el Perú como parte de un trofeo tras la Guerra del Pacífico.

Reposición de esculturas en Av. Los Leones con Nueva Providencia. Crédito de foto: José Luis Rissetti, Taller Montes Becker

Otra indicaba que fueron ensamblados en la prestigiosa fábrica francesa Val d’Osne durante el siglo XIX. Sin embargo, durante su restauración, se descubrió que no eran de hierro (material que trabajaba Val d’Osne), sino de bronce y que habían sido elaborados cerca de los años ´50. “Lamentablemente no eran originales. De hecho encontramos que eran una copia de mala factura. Tanto así que los parches de hierro eran todos de yeso con virutilla, era una cosa verdaderamente asquerosa”, afirma Luis Montes Rojas, escultor y académico de la Universidad de Chile.

Estos leones de bronce, encargados al escultor chileno José Carocca Laflor, son una réplica de los leones originales de hierro, los que efectivamente fueron fundidos por Val d’Osne y creados por el escultor Paul Edouard Delabrière. Las figuras pertenecían a Ricardo Lyon (el animal figura en su escudo familiar) y marcaban la entrada de su fundo “chacra de los leones”. Tras haberse loteado su terreno, los leones pasaron a adornar la vía pública. Sin embargo, las estatuas fueron destruidas en 1930 por desconocidos “en alguna violenta revuelta política”, según los archivos de la Municipalidad de Providencia.

El lenguaje del rugido

Poco después de iniciada la conquista de Chile, Pedro de Valdivia, consciente de que a la capital más austral del imperio no le podían faltar sus honores heráldicos, solicitó al emperador Carlos V un escudo para la naciente ciudad de Santiago del Nuevo Extremo. Este fue concedido el 5 de abril de 1552, en una cédula que estipulaba sobre el escudo “que haya en él un león de su color, con su espada desnuda en la mano en campo de plata y por orla ocho veneras de oro en campo azul”. De ahí en adelante, la imagen del león no se desligaría de Santiago.

Restauración de leones del Palacio Cousiño. Crédito de foto: José Luis Rissetti, Taller Montes Becker

Al león se le relaciona tradicionalmente con la heráldica y la nobleza, pero su simbolismo fue difundido originalmente por los antiguos hebreos: la tribu de judea tenía como símbolo al león, el que simbolizaba abundancia y riqueza. A lo largo del siglo XIX, diversos palacios fueron construidos con estatuas de leones en sus pórticos. Los Cousiño, por ejemplo, instalaron estas estatuas en la entrada de su palacio en Lota, y en dos de sus propiedades en Santiago: la viña Cousiño-Macul, y el recientemente reabierto Palacio Cousiño. Estos últimos también están siendo restaurados por Luis Montes. “Son similares a los que están en el parque de Lota, y eso es porque ambos corresponden al catálogo de Val d’Osne”, afirma el escultor, quien espera reinstalar dichas estatuas en julio próximo. Montes agrega una particularidad sobre los leones de la viña Cousiño-Macul: están hechos de cerámica, pero procurando imitar el diseño Val d’Osne.

También es posible encontrar estatuas de leones el Cementerio General, desde leones rugiendo, hasta llorando, como los que se ven en el mausoleo de la familia Lyon. “Esos me gustan mucho por el contraste de la figura. La connotación original que tiene el león como símbolo de fortaleza, incorrupta, inexpugnable, y el momento del final. Cuando el león se quiebra y pierde el amo. Creo que son los leones más lindos que hay en Chile”, afirma Christián Salazar, creador del blog de patrimonio urbano e histórico Urbatorium.

León en el acceso poniente del cerro Santa Lucía. Crédito de foto: Diego Escobedo

La simbología que occidente le ha dado a estas estatuas no se detiene ahí. Cuando los leones tienen una esfera en su pata derecha, corresponden a “leones tenantes”: están jugando con la pelota, serenos, pero vigilantes. Ejemplo de ello son los leones del cerro Santa Lucía, encargados por el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna, que se ubicaron primero en el Castillo Hidalgo, y que hoy podemos encontrar en la entrada poniente del cerro. Otro, son los leones ubicados en el Palacio Schacht, actual Fundación Cultural de Providencia.

Para la iconografía cristiana, cuando el león se encuentra junto a un libro, representa a San Marcos, el evangelista. En la misma línea, cuando está aplastando a un cocodrilo o una serpiente, representan al triunfo del bien sobre el mal, de forma similar a la imagen del arcángel San Miguel aplastando al demonio. De ahí que los leones más famosos de Santiago, ubicados en Los Leones con Nueva Providencia, figuran aplastando un cocodrilo y una serpiente, siguiendo el diseño que tenían los leones Val d’Osne originales.

Pero de todos los existentes en la ciudad, sólo los leones ubicados en el cerro Santa Lucía fueron fundidos por la marca francesa, de la cual llegaron en total cerca de cuatrocientas piezas a nuestro país. “Hacia 1860, se hizo muy famosa la casa Val d’Osne vendiendo mobiliario a países de Sudamérica.  Como había una especie de euforia por ser modernos como los franceses, porque estábamos enrollados con España, empezaron a usar el modelo francés, que también tenía toda una connotación revolucionaria y de vanguardia”, afirma Salazar.

Símbolo de fuerza

Siguiendo esta tendencia, el león pasó a ser visto como un símbolo de sometimiento a la monarquía española. Razón que motivó a crear un nuevo escudo para la comuna de Santiago, sin la imagen del león, y con la cordillera y la palabra “Mapocho” al centro. El emblema no prosperó, y el último alcalde en usarlo fue Ismael Valdés Vergara en la década de 1910.

Por la misma época, Chile celebró su primer centenario de vida independiente, y la figura del león se retomó, primero con un regalo hecho por la colonia italiana: la estatua de un león escoltado por un hombre alado, la cual fue ubicada en Plaza Baquedano. Una interpretación dice que el ángel, con aspecto mancebo y representativo del pueblo chileno, levanta una antorcha altivamente mientras acaricia el lomo del feroz felino, representativo del pueblo italiano. Mientras que otras aseguran que es al revés, el león representa al pueblo chileno, y el ángel al italiano.

León donado por la Colonia Suiza ubicado en Alameda con Av. Brasil. Crédito de foto: Diego Escobedo

La colonia suiza no se quedó atrás, y regaló un león que se estableció en el bandejón central de la Alameda, cerca de la esquina con Avenida Brasil. El presidente de la colonia suiza, Luis Hüe Druz, dijo para su inauguración que «el noble animal, el león que protege el escudo de Chile, tiene una alta significación: es el emblema del valor, de la energía y de la magnanimidad, que son las virtudes del pueblo chileno a quien la colonia suiza lo dedica con toda sinceridad». No obstante, dada la similitud con la estatua de la colonia italiana, algunos comentaristas de la época encontraban la figura como “sinónimo de falta de ocurrencia por parte de los artistas, sin comprender que se trataba de un emblema ancestral”, afirma Liisa Flora Voionma, autora del libro Escultura Pública: del monumento conmemorativo a la escultura urbana (2005).

León en la Catedral Metropolitana. Crédito de foto: Diego Escobedo

“En un sentido alegórico, el león representa siempre la fuerza. En este caso representa la libertad de la joven república. Pero también es símbolo del poder monárquico. Ese puente entre la monarquía y la independencia es muy interesante. El significado del león depende de cada época, se interpreta de distintas maneras”, señala la investigadora finlandesa, quien también acota que el león “sigue siendo un símbolo muy importante para Santiago”.

A nivel de heráldica, la influencia del escudo del león traspasó las fronteras de Santiago. Los escudos de las primeras comunas en formarse de la capital, entre ellas Providencia, Recoleta y Nuñoa, tienen el mismo borde del blasón azul con las conchas amarillas y la corona. Mismo diseño del escudo santiaguino, pero con distintas imágenes al centro. “El león solamente permaneció acá. Hay un vínculo histórico de la ciudad de Santiago muy fuerte con la figura del león. Y no es raro que eso, consciente o inconscientemente se refleje en la ornamentación urbana. En la arquitectura, por lo menos la clásica, uno ve hasta los años ´50 muchos leones en las fachadas y en los grutescos de los edificios”, señala Salazar, quien también apunta que “aunque los reconozcamos como figuras con un cierto valor icónico, son figuras que ya están en retirada. Los leones que quedan son sobrevivientes. Son el símbolo del Santiago que pasó”.


Crédito de foto: José Luis Rissetti, Taller Montes Becker

Leones en el pórtico del Hotel Fundador. Crédito de foto: Diego Escobedo

León en el Patio 32 del Cementerio General. Crédito de foto: Diego Escobedo

Leones llorando en el Patio 50 del Cementerio General. Crédito de foto: Diego Escobedo

Los famosos leones que dan el nombre a una de las importantes avenidas de Providencia. Crédito de foto: Diego Escobedo

La estatua de un león escoltado por un hombre alado en Plaza Baquedano. Crédito de foto: Diego Escobedo

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