*Por Gonzalo Orellana Hidalgo

¡Hola amigos! Bienvenidos al primer capítulo de Código Hidalgo. Esta será un espacio para hablar sobre misterios o cosas “extrañas” de Santiago, basado en cosas que he leído en varios libros. Partiré con algo que pasa inadvertido para la gente no católica y que es tradición desde casi principios de la Iglesia. Pero ¡no!, no se espanten, esta no será una clase de religión… Más bien es la revisión de algo un poco pertubador de la misma.

Una antigua tradición católica constaba de traer reliquias de santos o mártires al momento de construir o inaugurar una iglesia. De esta manera se aseguraba la santa protección y limpieza espiritual del lugar.

Un pequeña definición de reliquia podría ser: parte del cuerpo u objetos utilizados de alguien considerado santo y que se usa para su veneración.

Y obviamente Santiago no podía ser menos: Podemos encontrar trozos de madera, huesos, y hasta sangre de santos en varias iglesias de la capital.

La Cruz de Cristo

Las reliquias más importantes de la ciudad son los trozos de la que habría sido la cruz en donde murió Cristo. Estas pequeñas astillas pueden ser vistas en lo alto del altar principal de la Iglesia de la Veracruz en el barrio Lastarria (de ahí el nombre de la pequeña iglesia) o en una pequeña custodia a los pies del altar de la crucifixión en la Basílica de La Merced.

Las reliquias de la que sería la Cruz de Cristo en la Basílica de La Merced.

Esta última fue un regalo del rey Carlos V a la orden mercenaria y fue enviada a Chile en el siglo XVIII. Por desgracia esta pieza sagrada fue robada (y recuperada) en 2007, por lo que actualmente se aprecia en una vitrina con vidrio reforzado.

Iglesia de la Veracruz en barrio Lastarria.

Tumbas, sangre y …

En la Catedral Metropolitana también es posible encontrar restos de santos. Al ser la principal Iglesia de Santiago (y del país) abundan reliquias en cantidad, como por ejemplo un par de santos mártires romanos: San Macrini y San Marcos. Los datos de sus vidas son todo un misterio, ya que sus huesos fueron extraídos de unas catacumbas en Roma y nunca se encontró registros de ellos o se supo sobre las causas de muerte.

La figura de San Macrini en la Catedral Metropolitana.

Se pueden apreciar bajo los altares laterales de San José y del Salvador respectivamente. Se trata de dos figuras de cera, una de ella contiene restos en su interior, mientras que la otra expone las reliquias en un frasco a los pies de la escultura.

También es posible encontrar en la Catedral una gota de sangre del Papa Juan Pablo II, recientemente donada. De hecho, se puede ver el certificado de autenticidad emitido por el obispado de Cracovia.

La gota de sangre de Juan Pablo II.

Sin embargo, me detendré en los que a mi parecer son los dos casos de reliquias más curiosas del lugar. La primera se encuentra en el monumento a los Mártires de la Batalla de la Concepción, donde existe una urna con los corazones de cuatro oficiales que lucharon en esta contienda en la ciudad peruana de Concepción en 1882, durante la Guerra del Pacífico. Aquí se encuentra el corazón del capitán Ignacio Carrera Pinto (¡Sí! El del billete de mil pesos!).

En esta urna se guardan los cuatro corazones.

Otra rareza en reliquias se pueden encontrar en la Capilla del Sagrario, un pequeño espacio contiguo a la catedral reservado para la veneración de la imagen de la Virgen del Carmen. Sitio que fue bastante conocido en abril de 2008, tras el ataque incendiario que recibiera la imagen religiosa. Al año siguiente, terminada su restauración y durante la ceremonia de entrega, se le añadieron varios detalles en la vestimenta de la Virgen. Nada más y nada menos que restos de Santa Teresa de Los Andes y de San Alberto Hurtado. Así es: La Virgen carga consigo dos trozos de huesos de los dos santos chilenos. La imagen se puede visitar todos los días, pero hay que tener buen ojo para ver los pequeños relicarios qué penden de su cuello.

Los trozos de huesos de Santa Teresa de Los Andes y San Alberto Hurtado en la imagen de la Virgen del Carmen en la Catedral Metropolitana.

La más peculiar

Pero las que se llevan el premio mayor de las enigmáticas reliquias, son las de la capilla del Monasterio San José de las Carmelitas Descalzas en Ñuñoa.

Durante el siglo pasado las religiosas vivieron en el Monasterio del Carmen Alto, que se ubicaba frente al cerro Santa Lucía. Tras su demolición en la década del 40, la hermandad se trasladó a un pequeño recinto en Pedro de Valdivia 3542, a pasos de avenida Irarrázaval.

Al interior de la capilla es posible ver varios tesoros, pero el que más destaca y el que más se protege, es un relicario que contiene más de 60 reliquias de distintos santos y mártires. Todos juntos y revueltos.

La súper reliquia con restos de más de 60 santos y mártires religiosos en la capilla del Monasterio San José de las Carmelitas Descalzas en Ñuñoa.

Y eso es todo. Hasta acá les dejo esta aventura a lo Indiana Jones por Santiago… Salgan a recorrer Santiago y nos cuentan con qué se encuentran.

Nos vemos en el próximo capítulo.

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