*Crédito de fotografías enero 2025: Aurora Becerra Leal para Amo Santiago.
La Inmobiliaria Nialem, perteneciente a la familia Hites, comenzó hace seis años el proyecto para revitalizar el edificio que resultó prácticamente destruido en un incendio el 2013. Hoy la construcción luce completamente remodelada con una reinterpretación de su fachada y tres de sus cinco cúpulas originales. “Es un homenaje” a la mansión que existió aquí, asegura el arquitecto Andrés Orezzoli de Estudio M+G, a cargo de las obras.
En el año 1893 el político, diplomático y abogado Luis Aldunate Carrera (1842 – 1908) mandó a construir su mansión en una de las esquinas más importantes de Santiago: Alameda con Ejército. En donde existía una vivienda colonial de la sucesión Valledor, el arquitecto José Benito Manheim proyectó un palacio de dos pisos construido en albañilería de ladrillo, siendo el primer nivel destinado a tres casas de renta, y el segundo, a la residencia familiar, con una altura que hoy equivale a cuatro pisos. La lujosa construcción se transformó rápidamente en una de las protagonistas de la adoquinada avenida que conducía al entonces Parque Cousiño (hoy Parque O´Higgins), en donde cada septiembre se realizaba (y se realiza) la Parada Militar.
No cuesta imaginar a los Aldunate entrando por la puerta de avenida Ejército 3, para luego subir una escalera de caoba y llegar al hall circular, que impresionaba por sus ocho columnas corintias, además de sus cuatro atlantes y cuatro cariátides de tamaño natural. Según describen los historiadores Mario Rojas Torrejón y Fernando Imas Brügmann, autores del libro La Ruta de los Palacios, alrededor de esta área se ubicaba el salón principal, de estilo Luis XV, también finamente decorado con guirnaldas, ángeles y columnas. Mientras que los dormitorios miraban hacia la Alameda, siendo uno de los más grandes el de la esquina, bajo la cúpula, que contaba con un bow-window y acceso a un baño con piso de mosaicos.
Lujos, detalles y pomposidad que comenzaron a desvanecerse tras la muerte del patriarca en 1908 y la de su viuda, Felicitas Echeverría Valdés, en 1919. Ese año su hijo Luis compra a la sucesión tanto el palacio como sus tres casas de renta, pero no se queda con ellas y vende la propiedad completa. Ya en la década de los 60, el primer piso cambia de rubro y da paso a locales comerciales, mientras que el segundo nivel, queda subestimado y se destina a bodegas. En ese estado de semi abandono, es declarado el 2011 Inmueble de Conservación Histórica por la Municipalidad de Santiago y en esta situación lo sorprende el incendio del 2013.
Fuego, abandono y reconstrucción
Todo indicaba que la historia del Palacio Aldunate llegaba a su fin con el siniestro que destruyó por completo su interior la madrugada del 10 de noviembre de 2013. Sin embargo, la fachada en ruinas llamó la atención de la Inmobiliaria Nialem, que apostó por la completa remodelación de la mansión para así devolverla a la ciudad literalmente de las cenizas. Compraron la propiedad, iniciaron los trámites de permisos municipales el 2019 y encargaron su renovación a los arquitectos Andrés Orezzoli, Germán Venegas y Esteban Araya del estudio M+G. Los trabajos comenzaron el 2024 y tras año y medio de labores, la obra gruesa está terminada, lista para ser arrendada.
Según adelanta Orezzoli, en el primer nivel se instalarán cinco locales comerciales y en el segundo -en donde se ubica un amplio espacio abierto- se espera contar con un proyecto atractivo, idealmente un centro de extensión o de educación. «Sin desmerecer a nadie, queremos que las personas que habiten esto estén a la altura del trabajo que se hizo» asegura, sobre la construcción que implicó una inversión de 1,5 millones de dólares.
¿Con qué se encontraron cuando comenzaron las obras?
Con un cerro de escombros. Fueron tres meses sacando pircas del porte de cuatro sandías. Fue mucho más de lo que el constructor previó. Entre los restos había también una mano y un codo de las cariátides originales, además de unas cajas fuerte antiguas que nunca pudimos abrir.
¿Cómo fue el trabajo de recuperación del Palacio?
Si tú ves fotos de los años anteriores al incendio, el primer piso de la fachada ya tenía modificaciones, hicieron una placa comercial que no calzaba con la arquitectura, entonces tuvimos que retraernos y reinterpretarla como era originalmente. Lo que hicimos es una recuperación de la fachada y del hall de acceso, que está ubicado en el mismo lugar donde estaba ubicado originalmente. No queríamos hacer una imitación radical de partida, porque es muy difícil de hacer y no era la idea hacer un falso histórico.
Las cúpulas también son un homenaje a las cúpulas originales. Este edificio, como saben, era conocido como el Edificio de las Cúpulas. Tenía cinco cúpulas maravillosas y reinterpretamos tres. Estamos rehaciendo los frontones decorativos con moldes, siguiendo los ornamentos. La vista principal va a ser muy parecida a como era originalmente. Las ventanas no son del material original, pero tienen la forma original. El color también es el original, el que descubrimos tras siete capas de colores diferentes durante un siglo.
Le decimos ex Palacio Aldunate porque lo queda es lo que estás viendo acá, reinterpretamos el edificio lo mejor que pudimos.
¿Que opinas sobre el renacimiento patrimonial de Santiago Centro, dado que hoy se suman varios proyectos que están recuperando construcciones antiguas?
Me parece bien que eso suceda, un poco tarde, pero es bueno que suceda. Y creemos que este edificio va a ser un aporte en esa línea, para esta zona y para el centro de Santiago también.
¿Y qué le dirías a quienes no bajan el centro?
Que tengan confianza en que el centro está tirando para arriba, que los índices así lo apuntan en el tema residencial desde hace mucho tiempo, y en el tema comercial también. En las grandes ciudades del mundo el centro se mantiene y es importante. Acá no veo por qué vaya a ser diferente.