El proyecto -que nace de un convenio entre la Fundación Sendero de Chile y el Parque Metropolitano de Santiago- imparte talleres para desarrollar huertos en la ciudad y así crear conciencia para ser “soberanos” de nuestros alimentos.

En una hectárea del cerro San Cristóbal siguen creciendo las hortalizas y verduras de Vivero Cumbre. Este 2021 se cumplen ocho años, desde que la Fundación Sendero de Chile, recuperara estos terrenos para convertirlos en un gran huerto, tiempo de experiencias y aprendizajes que les ha permitido ir perfeccionando las técnicas de agricultura urbana. 

Hoy se encuentran experimentando con la inoculación de hongos en los cultivos, lo que ayuda a optimizar el agua y nutrir a las especies. “Esta técnica se llama micorrizas y se trata de una simbiosis entre un hongo (mycos) y las raíces (rhizos) de una planta. Lo que hacemos es buscar un hongo o un conglomerado de hongos particular para la especie, en este caso, partimos con el quillay y frutillas nativas y los resultados son impresionantes, cómo el hongo colabora y asiste por debajo a la planta, trayéndole agua y minerales. Es como una gran huerta, y esto es un muy buen augurio frente a los tiempos de cambio climático que está haciendo de las suyas” nos dice entusiasmada Constanza Avendaño.

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

Este trabajo es parte de la investigación de Vivero Cumbre, en donde se desarrollan talleres y un programa de voluntariado, donde quienes participan se pueden llevar para la casa los frutos de la cosecha, porque como dicen “todo lo que se cosecha se consume”. 

El trabajo de los voluntarios en la huerta es vital: “aquí vivimos una experiencia de aprendizaje, de conexión. Todos son un aporte y eso es reconfortante, es lo que experimentan las personas, sentido de identidad y pertenencia. Durante el transcurso de los años hemos crecido muchísimo gracias a la colaboración y compromiso de un tremendo equipo de voluntarios. Muchos están desde los inicios como Chintia con su perrita chicha y otros que se han ido sumando en el camino. Los alumnos en práctica también pertenecen a la  familia Vivero y en conjunto hemos desarrollando proyectos muy fructíferos para el fortalecimiento del espacio” indica Constanza quién siente el lugar como un hijo propio. 

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

En cuanto a los cursos, en este centro de educación y cultura ambiental se han desarrollado de riego, lombricultura y agroecología. Y para septiembre se espera que puedan celebrar su aniversario con la actividad Somos Cerro, en alianza con la Fundación Soy Cuerpo, que combina senderismo y conexión con los sentidos, con una tarde de agroecología. Para octubre en tanto, el plan es desarrollar la tercera versión de la Escuela de Agricultura Urbana, que contiene ocho sesiones los días sábado y en donde los alumnos saldrán convertidos en unos verdaderos huerteros. 

Vivero Cumbre. Fotografía: Simón Galano.

Modelo a replicar
Para Constanza existen pocas instancias como el Vivero Cumbre en Santiago. Si bien reconoce existen proyectos de huertos urbanos, muchos de ellos no se mantienen en el tiempo, “no por falta de interés de las personas, sino por falta de voluntad de voluntad política y falta de conocimiento de armar estos convenios”. En ese sentido, asegura que el proyecto que lidera Sendero de Chile es un buen ejemplo a seguir porque han identificado a los distintos actores del mundo público y privado que se requieren para dar uso a los espacios públicos. Asegura que cualquier parque urbano podría ser escenario de cultivos dada la fertilidad del suelo capitalino, y que en donde la tierra ha sido muy utilizada o hay exposición a polución, puede adaptarse a través de diferentes técnicas.  

“Hemos ido identificando las aristas de un proyecto agroecológico colectivo más global, en Chile no existen leyes de huertos, no hay normas asociadas a formalizar estos procesos comunitarios, hay un montón de vacíos”, recalca Constanza. De ahí que valore la alianza que ha desarrollado en el último tiempo con la Huerta Bellavista que se ubica a los pies del cerro, «ellos están abajo y nosotros arriba, hemos hecho algunas actividades en conjunto y queremos seguir fortaleciendo ese lazo, porque es distinto trabajar un huerto desde la comunidad, desde los vecinos, que un huerto en la punta del cerro donde la gente que llega no necesariamente son los vecinos del parque, son personas de otras comunas que sienten ahí un lugar que los envuelve, se sienten parte y aprenden un montón”.

Todos unidos por la pasión por la tierra y el caminar por senderos.  

  • Sigue a Vivero Cumbre
  • Actividad gratuita Somos Cerro: 4 de septiembre de 2021, previa inscripción. 
  • Programa de voluntariado: Lunes, miércoles, viernes y sábado de 10.30 a 16.00 horas, previa coordinación con Vivero Cumbre

 

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

Vivero Cumbre. Fotografía: Catalina Infante.

Vivero Cumbre. Fotografía: Simón Galano.

Vivero Cumbre. Fotografía: Simón Galano.

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