¿Sabías que el Palacio Echaurren fue la primera casa con luz eléctrica? o ¿que en lo alto de la fachada del Palacio Ochagavía existieron dos desaparecidas esculturas? La Ruta de los Palacios y las Grandes Casas Santiago no es sólo un libro de Fernando Imas Brügmann y Mario Rojas Torrejón (de los cuáles regalamos en conjunto varios ejemplares vía sorteo), sino que también es una experiencia para contestar estas y otras preguntas, redescubriendo las antiguas mansiones en donde vivió la clase más acomodada de fines del siglo XIX y la mitad del XX.
Hace unas semanas fuimos invitados a participar de este recorrido que tiene como punto de partida el Palacio Campino Irarrázaval, construido en 1912 y que es obra de los arquitectos Alberto Cruz Montt y Ricardo Larraín Bravo. Nadie podría imaginar con el bullicio y ajetreo de la principal avenida de la capital, que tras la puerta de Alameda 1452 te encuentras con una grandiosa mansión que perteneció a Carlos Campino y Trinidad Irarrázaval. Construcción en donde la pareja vivió junto a su hija enferma y su servidumbre traída desde Inglaterra al más puro estilo de la serie Downton Abbey. En el lugar, donde hoy funciona la Asociación de Pensionados de las Fuerzas Armadas, está la entrada por donde pasaban los carruajes, un recibidor en donde aguardaban los invitados antes de ser anunciados y una majestuosa escalera de mármol con muros decorados por el artista Carlos Alegría, que permiten llegar a un hall de doble altura que distribuye los salones más importantes de la residencia. Espacios con molduras, parqués y lámparas de bronces y cristal, con estrechos balcones que “obligaban” a las mujeres a permanecer erguidas a vista de los peatones que circulaban por la Alameda.
Una casona poco conocida y no muy habitual en las rutas patrimoniales en donde también vivió (y murió) el Presidente Juan Antonio Ríos y que muestra el nivel de detalles y anecdotario que entrega el transitar acompañado por Fernando y Mario, que guían a la veintena de participantes como si se tratara de un paseo de amigos, que entra y sale de los palacios y mansiones.
La ruta en la que participamos y que se centró en el Barrio Dieciocho, nos permitió conocer por ejemplo la historia de José Domingo Torres, mayordomo del Palacio Iñiguez (1908), excelente cocinero conocido por sus alfajores y mistelas que con ayuda de su patrón, Eduardo Iñiguez, fundó la Confitería Torres en uno de los locales comerciales del recinto. Y también la del Palacio Ariztía (1917) que en su interior contempla amplios espacios, una claraboya con vitrales y pequeñas lucarnas, las cuáles se abrían las noches de fiesta para dejar entrar el sonido de la orquesta que se ocultaba en el entrepiso. Un pasado glorioso para este inmueble, que funcionó como sede de la Cámara de Diputados en Santiago, y que hoy vive un impresentable abandono con daños y robos incluidos.
Pedazos de nuestra historia que también nos llevaron a admirar la arquitectura de las casas Cruzat (1913), Besa (1909) y Barros Borgoño (1923) en calle Dieciocho, a entrar en el Palacio Astoreca y a sorprendernos con la capilla de las monjas filipenses en la que es hoy sede de la Universidad Tecnológica Metropolitana (fíjate en los vitrales en que se puede ver a una imagen de santo con un letrero con letras chinas).
Visitas que terminan en las puertas del icónico Palacio Cousiño, que espera resolver su tema de permisos municipales para volver a abrir a la comunidad tras su restauración post terremoto.
Una ruta verdaderamente imperdible y recomendada para los amantes del patrimonio arquitectónico y de quiénes lo hicieron posible. Lo mejor es que también te dan de regalo un libro de esta fabulosa ruta, para que así puedas volver y seguir recorriendo.
- Próxima fecha Ruta de los Palacios: Sábado 6 de mayo a las 11.00 horas
- Pregunta por valores y disponibilidad de cupos en contacto@brugmann.cl
- Más fotos de nuestro recorrido en Facebook/AmoStgo
- Dato extra: Este jueves 4 de mayo la dupla de Brügmann Restauradores estará dando una charla con entrada liberada en La Liga Chileno-Alemana. A las 20:00 horas en Av. Vitacura 5875 (entre el Club Manquehue y la Clínica Alemana).
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Siempre me intrigó el palacio arriba de la Confitería Torres… Qué bonito poder conocer su historia <3
Para Pau ,
Palacio Íñiguez
Palacio Íñiguez.
El Palacio Íñiguez o Edificio Íñiguez es una edificación ubicada en Santiago, la capital de Chile, en la esquina de Avenida Alameda Bernardo O’Higgins con calle Dieciocho. Construido en 1908 para Eduardo Iñiguez Tagle como su residencia, fue obra de los arquitectos y constructores Alberto Cruz Montt y Ricardo Larraín Bravo.
El edificio posee tres pisos y mansarda, en estilo renacimiento francés y una gran cantidad de detalles que lo caracterizan. En su ornamentación, se incorporaron estatuas, medallones y guirnaldas; uniendo el frontón ondulado y balcones levemente curvos dándole al edificio una particular dinámica y especial movimiento.
El primer nivel fue destinado para albergar locales comerciales, entre ellos la tradicional Confitería Torres, o Café Torres, mientras que los pisos superiores fueron destinados para residencia de la familia Íñiguez Undurraga. Actualmente es utilizado para oficinas e instituciones que han modificado su arquitectura interior original.
La manzana comprendida entre la Alameda, Dieciocho, San Ignacio y Alonso Ovalle era sólo un sitio eriazo rodeado por cuatro altas murallas con una gran puerta hacia la Alameda que tenía un letrero “Dios y Patria” que la coronaba. Era el llamado “patio de las carretas” y su dueño Don José Miguel Iñiguez Iñiguez tenía su residencia en la calle Bandera 121. A este patio llegaban los productos de los fundos Tantehue y Popeta para ser comercializados en Santiago. Con el pasar del tiempo mi padre, Eduardo Iñiguez Tagle heredó dicha esquina y comenzó a edificar su casa en ella, pues residía en su fundo Santa Ana y tenía a su familia en la casa de su suegro, Francisco Ramón Undurraga Vicuña. En esta casa que se comenzó a construir en 1908 está enclavado el “Centenario Torres” de hoy. Véase sobre la ventana del tercer piso, habitación en que nació el que escribe estas líneas un medallón que el arquitecto Ricardo Larraín Bravo hizo colocar con las iniciales de mi padre entrecruzadas.
Guido Íñiguez Undurraga.
buenísimo Francisco, muchas gracias por el tremendo aporte.
Saludos!
sí, entretenido el tour, muy recomendable!