Coladores, cucharones, ralladores de verdura y hasta envases plásticos son parte de los objetos impensados que borda la artista visual Valeria Faúndez. Trabajo impregnado de color y delicadeza que no sólo nos habla de su precisión y paciencia, sino que también de su ir más allá de los límites y de su profunda reflexión sobre el rol de las mujeres, del que dice existe una «obsesión» por el hacer de lo ordinario algo bello y el estereotipo histórico respecto a los quehaceres del hogar, que vinculan lo femenino siempre al ámbito decorativo o doméstico.

Es precisamente esta observación, la que ha hecho de su disciplina un transitar por utensilios cotidianos, que ha transformado en obras únicas e irrepetibles con flores y retratos. Destaca su serie dedicada al fútbol chileno, en donde vemos a un Arturo Vidal, un Iván Zamorano, un Gary Medel y hasta un grupo de la selección en abrazo triunfante sobre unas delicadas blondas de tortas y papel volantín. Metódico y laborioso oficio que  la llevado a protagonizar más de diez exposiciones, dentro y fuera del país.

corazonmini ¿Por qué escogiste la técnica del bordado como medio de expresión, cuáles son tus inspiraciones, tu imaginario?
El interés surgió de una observación muy particular  cuando estaba en el liceo. En una clase, que era de hombres y mujeres, se nos dividió en la tarea de la realización del ejercicio, entre un bordado de amplia complejidad para las mujeres, como el punto cruz y otro ejercicio mucho más simple para los hombres, un pespunte de mantelería. Me llamó la atención esa división que se hizo por género, encontré “injusto” que a las mujeres se nos diera la labor más estricta y ese germen de idea lo agarré cuando estaba en la Universidad donde empecé a trabajar el bordado vinculado a esta noción de género, de lo femenino, de cómo las mujeres en el fondo estamos en esta oscilación entre lo práctico decorativo simbólicamente hablando, de estas labores que antiguamente estaban sumamente en boga que era que las mujeres son el símil de las labores del hogar, que tenían que hacer cosas, tenían que saber tejer, bordar, cocinar. Y yo me agarré un poco de eso de una manera un poco irónica al inicio, que eran todos estos trabajos en coladores y objetos de cocina bordados, que tienen cierta cuota de humor y sin sentido al hacer estos grandes ornamentos sobre estos objetos que casi no tienen valor. De alguna manera hace evidente este esfuerzo que es constante, sobre todo en el género femenino por querer hacer cosas bellas, por querer hacer cosas bonitas, por tapar, por tapizar los sillones, por ir con mantelitos, esta noción de que siempre las cosas ordinarias sean bellas. 

Crédito de foto: ValeriaFaundez.cl

Crédito de foto: ValeriaFaundez.cl

corazonmini Cuéntanos un poco del uso de tu técnica, el trabajo de la imagen
Los bordados sobre papel son en su mayoría retratos. Me pasó que lo que quise hacer era enfocarme sobre todo en la piel, generar una segunda piel a través de la técnica del bordado, esa es la metáfora. Entonces desde ese punto de vista me veo en la obligación de hacer congeniar distintas técnicas, en este caso la pintura, que se vea el contraste entre lo pintado y la textura del bordado y para hacer más eficaz el trabajo, porque el bordado genera demasiado tiempo.

Yo trabajo sola, no tengo ayudantes ni asistentes, entonces tengo que hacer ciertas concesiones para, uno resaltar lo que yo quiero que sea lo que este transmitido a través del bordado, y ser más eficaz en la construcción de las imágenes. También he incorporado blondas de pastelería en papel y plásticas y otras mantelerías que son doradas, esa es un poco la amalgama. También tengo una serie de papelerías que son una especie de manteles retratos de futbolistas. Aquí los personajes están bordados y el fondo está hecho con papel de volantín que también habla de la fragilidad, de esta especie de celebración que tenemos con el fútbol, porque este papel es como un papel de fiesta… entonces siempre ocupo los elementos de manera simbólica.

Crédito de foto: ValeriaFaundez.cl

 corazonmini ¿En los coladores, ocupas sólo punto cruz?
No todos, todos los que son azules, tienen una malla que es como perfecta para el punto cruz… ese es punto cruz, que genera una pintura como pixelada, con colores más parcializados, menos realista por así decirlo, genera patrones a partir de la imagen… y es lo más tradicional en bordado, es lo que te enseñan las abuelitas… entonces me gustó jugar con esta cosa de que el objeto mismo, que es este objeto de uso, utilitario, que venden en los negocios de todo a mil.

Es perfecto en su estructura para incorporar la técnica, casi idóneo, dejaba la trama perfecta y a partir de eso empecé a trabajar y generé unas especies de instalaciones, no era que solamente trabajara el objeto, si no que generé una especie de paisaje interviniendo muchos objetos del cotidiano, de la casa, de la cocina, para hablar por una parte de la problemática del genero de esto de que la mujer que tiene que ser funcional y al mismo tiempo tiene que ser estética, tiene que ser bonita… y hacer también la contradicción de que son estos objetos industrializados, pero cambiarles su sentido de existencia a través de incorporación (transformarlo en único)… y de ahí me lancé, estoy en eso hasta el día de hoy…

corazonmini Como toda artista nos imaginamos que tus obras tienen algo de ti, ¿Cuál es el valor que le das al trabajo manual?
Mi pelea constante y le he tratado de dar el quite a la gente que dice ‘por qué no lo haces a máquina, porque no te ayudas de la máquina para hacerlo más rápido’… Mi perseverancia está en hacerlo manual, es mi pancarta de lucha. En la Universidad vi que el arte contemporáneo ocupa muchas técnicas, tecnología, reproducción; yo no estoy contra eso, pero sí mi lucha personal es plantearme siempre proyectos que me fuercen, me obliguen a hacerlo manual. De ahí que trabajo con papeles, con soporte de plásticos que son con volumen, que son imposibles de hacer mediante la máquina.

Para mí es una revalorización de lo artesanal, que hay una cosa insuperable, que va a ser siempre la mano del hombre en que incluso el error te lleva a nuevos resultados que la máquina no puede hacer y entonces ese es un poco mi lema. Salvar de la industrialización desmedida, estoy un poco con el rescate de lo ordinario, de lo producido en masa, hasta incluso alguien le podría ver una veta ecológica entremedio porque he trabajado con materiales de desecho. Me pasa eso, frente a los tiempos acelerados de producción, mi manera de responder es a través de un proceso lento y absolutamente manual, que es lo que produce el bordado y que obviamente es hasta terapéutico. Cuando hago talleres, la gente responde a eso porque estamos siempre en un nivel de aceleración constante en la vida, y esto es lo contrario y la gente se sorprende. Es inaudito que la gente se pase un mes completo bordando un retrato, como que no les cabe en la cabeza y eso precisamente lo quiero cuestionar.

corazonmini Tu trabajo también tiene una vinculación con los geográfico, háblanos de cómo te relacionas con la ciudad
Actualmente el enfoque de los proyectos que tengo pensado tienen que ver bastante con el tema de la reflexión de la ciudad en cuanto al tema del paisaje. Yo me crié la mayor parte de mi vida en Temuco, me vine a  estudiar a Santiago y me pasa ahora que tengo este contraste: la vida de departamento en estas grandes torres que están metidas en la gran urbe pero que tienen ausencia de paisaje. No hay jardines, el verde está súper focalizado, es caro vivir con plazas o áreas verdes cerca. Entonces eso me generó un súper nostalgia por esta vida que se da más en las regiones, que tiene más vinculación con los paisajes.

Temuco está en la Novena Región, al lado de volcanes y lagos, entonces mi próximo proyecto tengo ganas de hacerlo en esta visualidad que extraño, esa nostalgia de jardín, de lugar de juego. Quiero hacer un conjunto de trabajo sobre descartes de construcción, ventanas, pequeños ángulos de madera de estas construcciones que se están echando abajo para construir los edificios.

X