Hasta comienzos del siglo XX cuando moría un recién nacido, el cuerpo del niño se velaba a vista pública en un altar que se colocaba en la misma casa. Era el llamado rito del angelito, celebrado especialmente en el campo, y que también se pudo ver en algunos de los barrios más populares de Santiago. Fue precisamente esta escena la que hizo al cineasta Patricio Kaulen filmar la película Largo Viaje (1967), en donde un niño recorre toda la ciudad para devolverle a su hermano muerto, las alas de papel de volantín que le pusieron durante su velorio, y que según su abuelo, le servirán para volar al cielo.
El protagonista de la historia es Enrique Kaulen (hijo del director) quien nos lleva por un Santiago que ya no existe. «Santiago era muy distinto, no había la delincuencia que hay ahora. Tenía 10 años y me movía por todas partes en micro. Es bonito ver Largo Viaje y percibir cómo se ha ido modificando todo. La casa en la calle Gálvez hoy no existe. Construyeron una plaza y luego edificios. También sale el Mapocho y avenida La Paz que parecía campo. Y el club de tiro donde comienza la película en Lo Curro, que existió y que después se convirtió en la mansión de Pinochet«, contó en 2009 al diario La Nación, el mismo Enrique Kaulen a los 50 años.
Por eso resulta tan interesante ver esta película una y otra vez. Porque se respira la ciudad de hace cinco décadas, con el agitado centro con sus locales comerciales y galerías; la calle San Diego; los transeúntes vistiendo sombrero; la Iglesia de La Merced; los potreros y conventillos de calle Gálvez, cercanos al Paseo Bulnes; delincuentes y prostitutas; un hotel, un bar y una fuente de soda; la pobreza debajo de los puentes del Mapocho; el ajetreado comercio de la Vega (que se mantiene igual al día de hoy) y la Pérgola de las Flores. Además del trayecto de una micro que recorre desde calle Arturo Prat a avenida La Paz, y que nos deja en los alrededores del Cementerio General.
Todo un viaje de 88 minutos que nos transporta a una ciudad en blanco y negro, llena de diferencias sociales y con personas y edificios perdidos en el tiempo.
Ve la película completa:
Mi padre, Alfonso Naranjo, fue uno de los productores de esta pelicula, y pionero del cine chileno. Mi madre, que aun vive, tiene vividos recuerdos de esta, y del Santiago antiguo.
Guauu!!! No conociaa esta peli. la encontré en internet. Es una obra maravillosa!… Vivo en un depa aquí en Mapocho!….. Increíble!!!!
que bueno que te gustó, es hermosa!!