Estoy sentado en el hall de un edificio por el que han pasado 54 intendentes. Afuera Santiago corre y la gente suda, pero aquí hay un silencio, un frescor y una tranquilidad que sorprenden considerando que son las tres de la tarde de un viernes.
La luz natural cae por los vitrales del techo e intento imaginar cómo corrían periodistas por estos pasillos. Y no era detrás de los intendentes cubriendo alguna noticia, eso fue después, sino armando sus notas en sus máquinas de escribir, discutiendo enfoques con sus editores.
Si aún no adivinan dónde me encuentro, acá termina el misterio: estoy en la Intendencia Metropolitana, en la esquina de Morandé con Moneda (al lado del palacio de gobierno), que originalmente fue la sede del conservador Diario Ilustrado.
Los dueños de este medio de comunicación compraron la mansión que existía en el lugar y le encargaron al arquitecto Manuel Cifuentes Gómez, el primero en titularse como tal en la PUC y encargado de crear también la sede central de esa universidad, que delineara la nueva ubicación del periódico. Él diseñó un inmueble de cinco pisos y un subterráneo que comenzó a construirse en 1914 y fue terminado dos años después.
Ésta es parte de una serie de construcciones de estilo neoclásico que fueron realizadas entre las décadas de 1910 y 1920, como la casona Harrington, el Museo de Bellas Artes, la Estación Mapocho y el palacio Piwonka, entre otros. Aunque en 1928 el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo adquirió este edificio neoclásico para que la intendencia comenzara a operar aquí, afortunadamente las intervenciones han sido mínimas. Lo más evidente es la inscripción IS en parte del suelo, lo que significa Intendencia de Santiago.
Pero la escalera de mármol que se bifurca, y permite subir al segundo piso y llegar al amplio hall del segundo piso, se mantiene intacta. Dan ganas de acostarse en el suelo para apreciar aún mejor los vitrales que les mencioné, donde los dibujos aluden a áreas que eran importantes para el Diario Ilustrado, como la agricultura, la educación y la religión, entre otros.
En el tercer piso hay unos balcones con sillones para apreciar aún mejor la escalera y detalles como columnas, pilares y arcos de medio punto. Llegar más arriba es complicado y de hecho el área donde se ubica el reloj, una de las características exteriores más llamativas de la intendencia, está cerrada con llave. Este reloj es uno de los pocos de su tipo presentes en el centro de Santiago y que aún funcionan correctamente.
De acuerdo a la web del gobierno regional, “la estructura general del edificio es de albañilería de ladrillo reforzada con pilares metálicos. El espacio central se levanta sobre pilares de hormigón armado. Los cimientos son de hormigón y los entramados de los entrepisos y de la techumbre son de madera”.
A pesar de funcionar como una repartición pública, no es difícil entrar a este lugar declarado Monumento Nacional en 1976. Apenas se cruza el acceso, es posible contar con información sobre el edificio y su historia (incluso en inglés). Además, no ponen mayores condiciones para recorrer el hall y sacar fotos si planteas que vas a estar algunos minutos.
Cuándo: de lunes a viernes entre 09:00 y 18:00 horas
Recomendación: para ver fotos de cómo era la Intendencia cuando funcionaba en el edificio que hoy ocupa el Museo Histórico Nacional, visiten fotografiapatrimonial.cl