Quien no los ha visto en la calle. De color rojo y de dos pisos, es casi imposible no notar que están ahí. Son los llamados Hop On-Hop Off, los buses de Turistik, que en dos horas (si no te bajas en ninguna parada) te llevan por el centro y el sector oriente de nuestra capital.
Hace unos días tomamos uno. Partimos cerca de las 11.30 frente al Museo Nacional de Bellas Artes, junto a tres brasileños que me preguntaron donde quedaba el Mercado Central.
Con ojos de turista en el Santiago de siempre, comenzamos nuestro viaje. Camino a Plaza de Armas, revimos el cerro Santa Lucía (ex Huelén) y los detalles art decó de las construcciones en la esquina de Monjitas y San Antonio. Unos segundos más allá, la propia Plaza, con su Pérgola, la estatua del fundador Pedro de Valdivia y una vista privilegiada hacia la Catedral Metropolitana. Fue en este lugar donde hace 475 años partió la ciudad. Cuando apenas era un pedazo de tierra demarcada, que luego pasó a tener un jardín de plantas circular enrejado.
Siguiendo por calle Monjitas, el audioguía te hace mirar al ex Congreso Nacional con sus columnas y jardines, y en donde sesionó el Parlamento hasta el golpe militar de 1973.
El recorrido gira luego hacia la Alameda para llegar a la Plaza de la Constitución y el Paseo Bulnes.
Aquí, claramente se roba la película el Palacio de La Moneda, que con su arquitectura de Joaquín Toesca, impresiona con su técnica de construcción de 1786. Esa que usó cal de la hacienda Polpaico, arenas del río Maipo y piedras de la cantera colorada del cerro San Cristóbal.
Y también por su historia, en ese 1846 de cuando Manuel Bulnes inaugura la costumbre de usarla también como casa del Presidente (tradición que termina con Carlos Ibáñez del Campo en 1958) y en aquel 11 de septiembre de 1973 de cuando fue bombardeada por los militares que se tomaron el poder.
Admirando la bandera chilena que vuela con el viento, vemos luego la Torre Entel, y al dar la vuelta por Paseo Bulnes (ideado en los años treinta por el urbanista Karl Brunner como parte del proyecto monumental Barrio Cívico), una seguidilla de edificios y monumentos que merecen de todas maneras una bajada. Hablamos de las estatuas de los generales O´Higgins, San Martín, Carrera y Bulnes y las fachadas del Club de la Unión, la Bolsa de Comercio, la Universidad de Chile y la Biblioteca Nacional.
Continuando con el paseo, pasamos por el frontis del cerro Santa Lucía y su hermoso mural en homenaje a la poetisa Gabriela Mistral, realizado por Fernando Daza en 1970. Lo que viene es la Universidad Católica y Plaza Baquedano con el monumento dedicado al comandante en jefe del Ejército que peleó en las guerras contra la Confederación Perú-Boliviana y la del Pacífico.
Ya en Providencia, nos recuerdan que la comuna debe su nombre a la congregación que llegó al lugar en 1853. Grupo de religiosas proveniente de Canadá, que tenía como destino Oregon (Estados Unidos), y que tras una gran inundación y no tener cómo volver a su país, aceptan la invitación de un capitán chileno para venir en barco al sur del mundo.
El bus nos lleva después por las arboladas de calles Ricardo Lyon, Lota y Los Leones para dar una vuelta luego a la zona baja de El Golf, el Sanhattan chileno, en donde las torres de edificios espejados nos muestran el lado más comercial y financiero de la capital. En caso de ir un domingo, la parada recomendada es Plaza Perú en donde se instala una feria de anticuarios.
El recorrido continúa por El Golf, desde donde miramos mansiones que datan de mediados del siglo XX, y que pertenecían a la familia de la acaudalada Isidora Goyenechea, y el complejo Costanera Center, con su querido y no querido edificio de 300 metros de altura, el más alto de Latinoamérica. Aquí es cuando Drandra Almendra, la guía de 20 años que nos entrega datos extras del recorrido, nos cuenta que los argentinos recalcan orgullosos que su arquitecto fue su compatriota César Pelli Clarke.
El Hop On – Hop Off continúa hasta el Parque Arauco (oficialmente donde parte el recorrido) y de ahí emprende hasta el sector del Hotel Sheraton y Lo Contador, desde donde vemos el río Mapocho, el Parque de las Esculturas (con más de 30 obras al aire libre de escultores chilenos) y la Torre Santa María.
Ya bajando por calle Los Conquistadores, las siguientes paradas se encuentran a escasos minutos. La primera en Patio Bellavista, para quienes quieran comprar y comer, y la segunda a los pies del cerro San Cristóbal, desde donde se puede acceder al Parque Metropolitano, el más grande de Chile y Latinoamérica y el cuarto en el mundo, con sus 722 hectáreas.
Es aquí donde se produce para los turistas extranjeros, otro gran atractivo. La Chascona de Pablo Neruda, casa que debe su nombre a Matilde Urrutia, amor del Premio Nobel y apodada así por su gran cabellera rojiza. A lo que se sumará ahora el nuevo teleférico, que está pronto a reabrir.
Y para terminar, previo paso por los murales de Bellavista, llegamos al punto de partida, en Bellas Artes. Un recorrido para hacerlo una decena de veces, solo o acompañado, sintiendo el viento, disfrutando las nubes y admirando río, cordillera, cerros, edificios y gente.
Para tener en cuenta:
- Si bien el recorrido se inicia en Parque Arauco, puedes tomar el bus en cualquiera de sus 13 detenciones. El servicio opera entre 9.30 y 18.00 horas. Considera que hasta las 16.30 horas puedes abordar el bus y completar el circuito completo sin bajarse.
- Si como a nosotros, te gusta una nueva perspectiva para mirar la ciudad, escoge los asientos del segundo piso. Lleva una chaqueta extra (si eres friolent@), tu cámara de foto y tu libreta de anotaciones. Ideal si eres extranjero porque te sorprenderás por los contrastes de la capital, y más ideal aún, si eres santiaguino, porque te asombrará redescubrir las calles y edificios desde otra altura.
- Los buses pasan cada 30 minutos y el pasaje cuesta $22.000. Hay descuentos si compras por www.turistik.cl
- Y ATENTOS que dentro de los próximos días regalaremos dos pases gratis para que puedan vivir la experiencia 🙂
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