*Por Paulina Cabrera C. / Fotos de Paulina Cabrera C. y Gonzalo Orellana H.

No importaron ni los más de 30 grados de temperatura, ni las más de dos horas en llegar a la cima. Subir el cerro Renca junto a un inspirador grupo de personas, es un privilegio por todos los lados que se le mire. Más aún si a eso le sumas la vista desde lo alto, la contemplación de la naturaleza, la suma de nuevas historias y la reflexión de cómo estamos haciendo ciudad.

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Freddy Navarrete y Scarlett Morey de Trekking Tour Cerro Renca fueron los anfitriones del trayecto hasta la cumbre del cerro Renca (905 msnm), el tercero más alto de la capital, en donde está ubicada la gran cruz blanca que se instaló con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II en 1987 y que por su ladera sur mantiene la palabra “Renca”, lo que queda de la mítica frase de “Renca la lleva” que hizo famosa la comuna pero que siempre dividió a los renquinos por estigmatizar a la comunidad.

Crédito de foto: Paulina Cabrera

El sábado 2 de febrero partimos por las que son las nuevas instalaciones del parque metropolitano Cerros de Renca en construcción y que pretende de aquí a 30 años transformar 207 de las 839 hectáreas que conforman el conjunto de cerros, que además del Renca incluye al Colorado, la Puntilla, Lo Ruiz, Cóndor y los dos menores llamados cerro La Cruz y Las Perdices. 

El sendero que hacemos tiene su primera parada en un canelo, «foye» en mapudungún y que por su simbolismo mágico-cósmico es un árbol sagrado para los mapuches.

Casi un kilómetro después, nos detenemos en la famosa Cueva de don Emilio, que según la leyenda que nos cuenta Freddy, alude a Emilio Lazo, quien gastó toda su fortuna en excavar el cerro en busca de oro y piedras preciosas. Sin embargo, sólo encontró agua, abandonando la cueva a su suerte. De la historia no hay mayores registros que el boca en boca y el recuerdo de los renquinos de que el túnel lleva mucho tiempo ahí, al menos 70 años. “Mi abuelo que llegó en los 60 ya la conocía. Cuando yo era chico por este lugar corría mucha agua, me llegaba hasta las rodillas. Y eso es porque el cerro está vivo, tiene napas subterráneas”, nos revela el anfitrión sobre el túnel que estos días de verano se siente totalmente húmedo.

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Pero una historia aún más misteriosa es la del mito del “Cabeza de Chancho”, quien habría nacido con la cabeza deforme y que generó burlas en todo su entorno. Unos dicen que era el hijo de don Emilio y otras versiones indican que fue una guagua abandonada y alimentada por una chancha. De lo que si hay consenso, es que en los años ochenta se lo podía ver por las noches, asustando a la gente e incluso robándose a los niños para llevarlos a la cueva. “La leyenda dice que se los comía…. y la cosa es que en plena dictadura, para explicar la desaparición de los niños o en vez de decir va a venir el cuco si no te comes la comida, se decía va a venir el cabeza de chancho a buscarte”, recuerda Freddy.

Crédito de foto: Gonzalo Orellana

Mirando desde el poniente

En los alrededores de le cueva de don Emilio, está también un mirador recientemente habilitado, con vista al sur oriente de la capital. Desde aquí se ve claramente la autopista Costanera Norte, el río Mapocho, el San Cristóbal y la diferencia en alturas de construcción, con las más bajas cercanas a Renca y las torres que denotan el centro y el sector más acomodado de la ciudad al fondo y en los faldeos de la cordillera.

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Siguiendo con el camino, llegamos a las famosas letras de Renca, estructuras en metal, desde donde hacemos una nueva parada. Es aquí donde comienza otra experiencia del tour, cuando nuestros guías nos piden cerrar los ojos para imaginar el Renca anterior de la llegada de los españoles, cuando era un frondoso cerro con espinos.

Crédito de foto: Paulina Cabrera

“La tierra de Renca era disputada entre españoles e indígenas por lo fértil y su posición estratégica. Imagínense este lugar sin casas, sin torres, sin micros, ni autos, ni edificios, cuando el Mapocho estaba al mismo nivel de la calle”, nos hace reflexionar el líder del trekking sobre la historia que se pasa por alto en los colegios. Aquí nos habla sobre el tambo inca que existió en lo que es hoy la Plaza de Renca, de que José Manuel Balmaceda nació en Lo Boza en lo que era la viña Santa Teresa de lo Boza, del cementerio indígena que habría estado bajo la calle Viña del Mar y de las dos casonas coloniales en ruinas que sobreviven en la comuna.

Crédito de foto: Gonzalo Orellana

Ya en la cima, estamos en el punto natural más alto del lado norte de la ciudad y desde donde vivimos el atardecer más lindo en lo que llevamos de año.  Cerramos un círculo entre todos quienes participamos para agradecer el momento y el viento sacude el polvo, las latas de la cruz y a nosotros mismos, acompañándonos a nuestro regreso cuando empiezan a aparecer las primeras estrellas.

  • Sigue a Trekking Tour Cerro Renca para asistir a sus recorridos
  • La invitación es a ir al menos cuatro veces al año para vivir el cerro en todas sus estaciones
  • Trekking Tour Cerro Renca es un proyecto del colectivo Alkütun, Cultura en Altura creado por Freddy Navarrete a fines de 2017 y que tuvo su primer recorrido el 2 de septiembre pasado. Tremenda iniciativa de nueve jóvenes apasionados por la naturaleza, la cultura y nuestros orígenes

Crédito de foto: Gonzalo Orellana

 

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Crédito de foto: Paulina Cabrera

Crédito de foto: Gonzalo Orellana

Crédito de foto: Paulina Cabrera

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Crédito de foto: Paulina Cabrera

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