El tango es un viaje sólo de ida. Porque cuando entras al mundo del bandoneón ya no quieres volver a salir. La pasión de sus compases y la sensualidad de sus pasos, hacen que este género musical y danza sean simplemente irresistibles.
Esta emoción es la que corre por las venas de los integrantes del Quinteto del Revés. Rodrigo Ugarte, Edgard “Galo” Ugarte, Rodolfo Jorquera, Germán Toledo y Rocío Acosta forman la agrupación que nació el año 2011 y que hoy se reparte entre giras y presentaciones en tanguerías y bares de Santiago.
Tienen la misma composición de la banda de Astor Piazzolla: contrabajo, violín, guitarra, bandoneón y piano. Y combinan sus presentaciones instrumentales con las voces de los ya clásicos Genaro Prieto y Hugo Cruz, y el baile de la pareja Paloma y Maximiliano, campeones mundiales de tango en Corea del Sur, año 2008.
Cada martes se juntan a ensayar, conversar y vivir la milonga. Rodrigo, como director musical, se encarga de los arreglos y las adaptaciones además del contrabajo. Su hermano Edgard también ve los arreglos y toca guitarra clásica y eléctrica. Rodolfo interpreta el bandoneón y Germán el piano. La única mujer y la más joven del grupo es Rocío, quien se unió en el 2013. Estudiante de licenciatura en música y violinista, ama el tango desde chica. “Yo empecé con el violín a los 15. En mi casa se escuchaba música clásica y por supuesto tango. Me gusta porque junto con involucrar la danza forma un ambiente. La idea del quinteto es precisamente traer este ambiente de las antiguas tanguerías en donde la gente iba a compartir” cuenta.
Y asegura que no sólo cautiva a personas mayores, sino que en los últimos años se ha abierto a un público joven que aprende, baila y escucha los clásicos Por una cabeza, Uno o Balada para un loco. Prueba de eso, es ella misma, quien hoy tiene 25 años.
Esta apertura de público se suma a la tendencia de este grupo, que no sólo se queda con las letras de decepciones amorosas e historias llenas de drama. “Nosotros tratamos de no caer sólo en la canción sufrida. En nuestro repertorio incluimos temas más novedosos y modernos, e incluso arreglos con temas de autores chilenos” rescata Rocío.
Cuando le pregunto sobre dónde ir a bailar y escuchar tango, recomienda el Golden Music de Irarrázaval (donde toca el grupo Calle Tango), el Bar Dulce Noche de Avenida Italia con Bilbao y el Mesón Nerudiano del Barrio Bellavista, en donde tocaron hace una semana.
“En Santiago hay harto movimiento musical, especialmente en la noche, cada vez salen más grupos emergentes” asegura y agrega que “siempre hay cosas por descubrir, no hay que tener vergüenza de acercarse a lo viejo”.
Porque las sorpresas nunca faltan. Mientras Rocío se queda con su pieza favorita, A Fuego Lento de Horacio Salgán, nosotros volvemos a Gardel y a Piazzolla. El primero con su gran El día que me quieras y el segundo con Llueve sobre Santiago, película homónima de Helvio Soto, ideal para estos días invernales.