Bajo la dirección de Pedro-Pablo Prudencio, la orquesta rinde homenaje a los fallecidos por la pandemia con el Concierto 1 “Trascender”, cuyo programa abarca la obertura La fuerza del destino, de G. Verdi; La muerte y la doncella D.810, de F. Schubert; la Pavana para una infanta difunta, de M. Ravel; y la Danza macabra Op.40, de C. Saint-Säens. El concierto emitido este viernes 26 de marzo, estará disponible por dos semanas y fue grabado especialmente para este ciclo antes de la cuarentena en la comuna de Santiago.

Tras una prolongada ausencia a causa de las medidas sanitarias tomadas en el marco de la pandemia, los artistas del Teatro Municipal de Santiago volvieron entre diciembre pasado y marzo de este año al escenario para grabar lo que será la programación para el período marzo-junio 2021 del Municipal, justo antes de que la comuna de Santiago entrara nuevamente en cuarentena.

Esta vez, la propuesta artística tiene como objetivo entregar un poderoso mensaje de esperanza en tiempos difíciles, con un programa completamente digital que será difundido de forma gratuita y con donación voluntaria a través de la plataforma Municipal Delivery.

Orquesta Filarmónica de Santiago.

La temporada digital comenzó este viernes 26 de marzo con el estreno del Concierto 1 “Trascender”, interpretado por la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la batuta de su director residente, Pedro-Pablo Prudencio. El programa contempla la obertura La fuerza del destino, de Giuseppe Verdi; La muerte y la doncella D.810, de Franz Schubert; la Pavana para una infanta difunta, de Maurice Ravel; y la Danza macabra Op.40, de Camille Saint-Saëns.

Se trata de obras románticas que sugieren una reflexión sobre la muerte como un acontecimiento que conecta con lo más íntimo de la sensibilidad humana, además de una suerte de rito de paso que ofrece la posibilidad de distanciarse de lo terrenal para trascender. Esto se refleja en la ópera de G. Verdi, en la que Álvaro y Leonora, una pareja que se ve trágicamente separada por la muerte de ella, encuentra la paz y la rendición.

La muerte y la doncella de F. Schubert, que cuenta con un arreglo de cuerdas de Pedro-Pablo Prudencio, también sigue este concepto. Para el director “es una obra que comienza muy dramática, con la muerte golpeando a la puerta de la habitación, pero después se produce una conversación con ella. No tiene un sentido trágico, sino que tiene un tratamiento de la esperanza que termina reflejando luz y brillo. Da cuenta de que la vida más allá es mejor”.

Por su parte, la Pavana para una infanta difunta de M. Ravel invita a pensar en el pasado y en su recuperación; mientras que la Danza macabra propone un baile en el que participan todos los muertos. “Es un poema sinfónico que busca mostrar que todos somos iguales ante la muerte. Se compone de música jocosa y burlesca, con colores especiales”, agrega Prudencio.

Pedro Pablo-Prudencio. Fotografía de Patricio Melo.

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