La exhibición reconstruye una de las primeras muestras del país, catálogo que incluye la sombrilla del último virrey del Perú, un altar portátil de madera y el primer piano que habría llegado a Chile. Lo más sorprendente es la información sobre el zoológico humano con habitantes de Tierra del Fuego que se presentó en el cerro Santa Lucía como parte del mismo evento.

“Estamos frente a varios objetos que fueron exhibidos por Vicuña Mackenna y que fueron vistos por los santiaguinos en ese momento”, indica el curador e investigador Luis Alegría.

Benjamín Vicuña Mackenna fue un entusiasta hacedor. Como intendente y con su ideal de transformar a Santiago en el París de América, convirtió el árido cerro Santa Lucía en un paseo urbano y generó obras de alto impacto social, entre las que se cuentan la canalización del río Mapocho, la dotación de agua potable y la construcción del Camino de Cintura que marcaría el límite con los arrabales y su pobreza. En total 20 medidas, parte de un gigantesco plan modernizador.

Fue diputado, senador, escribió libros, ensayos y artículos de prensa y también ideó dos importantes exhibiciones: la Exposición Internacional de Santiago de 1872 y la Exposición Histórica del Coloniaje de 1873. La primera la hizo recién asumido intendente, al estilo de las muestras de Europa, para dar cuenta del progreso y prosperidad del país. De hecho, fue en este contexto en que se inauguró el nuevo edificio del Mercado Central.

La segunda, la del Coloniaje, tuvo como propósito según las palabras del propio Intendente: “agrupar esos tesoros mal conocidos, clasificar esos utensilios humildes pero significativos, reorganizar en una palabra la vida exterior del coloniaje con sus propios ropajes, i prestarle, mediante la investigación i el método, una vida pasajera para exhibirla a los ojos de un pueblo inteligente pero demasiado olvidadizo, hé aquí la mira filosófica de este propósito” (El Ferrocarril, marzo de 1873).

Precisamente una selección de las piezas exhibidas en esa muestra es lo que trae de regreso el Museo Histórico Nacional para celebrar sus 110 años  de trayectoria. «Arqueología de una Exhibición. La exposición del Coloniaje 1873” nos transporta a los objetos que mostró Vicuña Mackenna durante los festejos de las Fiestas Patrias de ese año en los salones del antiguo Palacio de los Gobernadores, ubicado justamente al costado poniente de la actual sede del MHN.

La muestra del MHN presenta algunos de los retratos exhibidos en la exposición de Vicuña Mackenna, entre los que se cuenta a conquistadores españoles, militares de la Colonia y héroes de la Independencia.

Las obras de arte, carruajes, muebles, tapicería, joyas, armas y objetos religiosos pertenecían al círculo familiar y social del intendente y de los miembros de la Comisión organizadora del evento. “Cada uno tiene su mérito propio. Está el primer piano que vino a Chile, un santuario traído desde Lima y el quitasol del último virrey del Perú que el general San Martín se apropió como trofeo de guerra y se lo regaló a su ayudante militar, el general O´Brien, quien a su vez lo abrió en la Plaza de Lima para celebrar con una botella de champagne la Independencia de Chile el 18 de septiembre de 1856”, relata Luis Alegría, investigador del museo y curador de la muestra sobre los objetos que identificaron como parte de la exhibición de 1873.

Muchas de las piezas pertenecen a la colección del Museo Histórico Nacional y por primera vez están reunidas como fue la exposición del Coloniaje. La de aquel entonces estuvo ambientada con cortinajes rojos y amarillos que caían desde en el techo, en donde se pintó el escudo español. Anaqueles, mesas y muros y ambientaciones de las escenas de la vida colonial se presentaron como legado cultural para contrastarlo con el progreso de la nueva época.

El montaje da cuenta también del círculo de influencia y relaciones sociales que tuvo la figura de Vicuña Mackenna como gestor patrimonial, según recalca Alegría: “Él reúne objetos, los cataloga, los documenta y los exhibe. A él le llegaban estas piezas y después las donaba al museo. El creó el Museo Histórico del Santa Lucía, hay un tema de gestión patrimonial de Vicuña Mackenna que es espectacular”.

La exposición del Museo Histórico que incluye el catálogo de la muestra de 1873 y también una serie de retratos entre los que se cuentan el que pintó Alejandro Ciccarelli a Manuel Vicuña Larraín –primer arzobispo de Santiago en 1840 y tío abuelo de Benjamín Vicuña- termina con una historia impensada en estos tiempos. Se trata del zoológico humano que acompañó la exhibición del Coloniaje y que por algunos días de ese 1873 se presentó en el cerro Santa Lucía. Tres o cuatro hombres, además de una mujer de Tierra del Fuego -capturados por el gobernador de Punta Arenas, Óscar Viel- fueron exhibidos ante el asombro y curiosidad de los santiaguinos y para dar cuenta del «salvajismo» de los habitantes del extremo sur de Chile.

«Siendo Intendente, Vicuña Mackenna se dio la tarea de transformar la ciudad, con todas las contradicciones que a veces significa copiar mucho el modelo europeo, como la muestra de indígenas vivos. Según la prensa de la época fueron exhibidos como el zoológico humano de París, pero era entre zoológico humano y circo, como un circo de variedades. Fue un fracaso, una fuente histórica indica que había una celda acá el lado en la municipalidad, que los hicieron combatir con un cuerpo de policía, pero igual fue un fracaso. Estas personas fueron secuestradas de su medio natural, se enfermaron, no querían hacer nada. Fue una experiencia bien temprana y al parecer la única en Santiago”, señala Alegría.

Es por esto, que la muestra termina con los videos testimoniales de descendientes indígenas y la reflexión que podemos tener hoy sobre los hechos del pasado, nuestra relación con la historia actual y su futuro.

Luis Alegría es investigador del Museo Histórico Nacional y autor de un proyecto Fondecyt que aborda prácticas patrimoniales en el Chile del siglo XIX, especialmente el caso de la colección de Benjamín Vicuña Mackenna.

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