Con la misma energía de un partido de fútbol, más de diez mil personas dieron la vuelta a la cicletada número 200, la misma que convoca el movimiento Furiosos Ciclistas desde 1995 los primeros martes de cada mes.
Fue una marea interminable de apasionados de las dos ruedas. En tricotas, ropa de calle, de taco alto, zapatillas, con cascos, sombreros de vaquero, pelucas o tocado de indio. Bicicletas deportivas, urbanas, de hace tres décadas y más.
Daba igual para el entusiasmo del grupo que partió en Plaza Italia, pasó por Costanera Center, llegó hasta Estación Central y regresó a la estatua de Baquedano. Fue un continuo de luces parpadeantes y timbres sonando en la calzada. Sonrisas y aplausos desde las veredas en una noche en que las calles se abrieron sólo para los ciclistas.
* Cortesía de transporte: Bullit Claudio Olivares 🙂