Informado de la actualidad, tal cual buen periodista, crítico del sistema y autodeclarado mal dibujante, Guillermo Galindo Kuscevic, se toma el humor muy en serio.

Desde el año 2007, el creador de Mala Imagen ha llevado a sus viñetas, el morbo de los medios, la farándula, la religión, el fútbol y especialmente la contingencia política. Siempre con ironía y con un mensaje que va más allá del chiste.

Ha hecho festín de nuestras vergüenzas nacionales, del consumismo y la mala clase de dirigentes, en donde no se ha salvado ningún partido.

Su inconfunfible trazo en blanco y negro, que saltó a la fama en redes sociales por sus parodias al programa Tolerancia Cero, están hoy en el The Clinic y se aprestan a llenar las páginas de su nuevo libro que será lanzado en septiembre, esta vez centrado en los últimos casos de corrupción.

Estamos dentro de sus seguidores: más de 152 mil en Facebook, otros 46 mil en twitter y casi 16 mil en Instagram. Y quisimos conversar con él, para saber sobre sus inicios, sus rutinas y su opinión de Santiago.

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Diseñador de profesión, dibuja desde que tiene memoria. A los 11 años ya hacía historietas, parodias y relatos de detectives y animales.

De la generación de Condorito y Barrabases, tuvo entre sus referentes Hanna Barbera –con Don Gato y Los Picapiedras- y toda la saga de monos animados de Pipiripao con su Festival de Robots y Capitán Futuro. Ya más de grande agregó a su ideario Las Tortujas Ninja y Los Simpson. “Me inventaba historias no solamente por lo que veía en la revistas sino que también por lo que veía en la tele. Si me gustaba Indiana Jones hacía una historieta con eso” recuerda.

Al llegar a estudiar a la Utem, la carrera le aportó conocimientos de composición pero poco de cómic. De hecho reconoce que le cuesta ilustrar algo que no sepa de memoria, «me llama mucho la atención los libros de Quino, el tipo sabe dibujar todo. Si dibuja un tren, lo dibuja con todos los engranajes, visagras, era muy convincente, con mucho detalle. Yo no sé dibujar un auto por ejemplo, cuando tengo que hacerlo me complico y lo trato de simplificar lo más que puedo».

De ahí se alejó de los dibujos unos años, volviendo a los trazos con la creación de su afamado blogspot.

¿Qué dibujaste cuando retomaste el camino del lápiz y papel?

Fue el año 2007 cuando empecé a publicar en internet y creé Mala Imagen. Eran bocetos bien absurdos, sin ninguna pretensión estética, ni que tuvieran mayor sentido. Los primeros eran cualquier cosa, como un pan que habla, eran bien libres y por pasarlo bien yo.

Y el humor político ¿cómo nace?

Cuando comienzo a trabajar con contingencia, a meter actualidad en las viñetas, que no necesariamente eran de política sino que del acontecer nancional, podría ser el fútbol, cosas que pasaban en Chile. Dibujé unas viñetas para las elecciones y después para el gobierno de Piñera salieron muchas tallas porque el mismo Piñera era harto material humorístico y me empecé a meter ahí en humor político. Después cuando empiezo a hacer las parodias del programa Tolerancia Cero voy de cabeza a ese tema y he estado ahí 100 por ciento hasta ahora en el tema de la política.

En tus personajes logras con pequeñas diferencias en los trazos, captar la emocionalidad y el carácter de quién dibujas. ¿Cómo trabajas en eso?

Tengo que sacarles la esencia aparte de lo físico que obviamente tengo que dibujarlo, también las muletillas, el carácter y la personalidad, hay que estudiarlo como estudia cualquier caricaturista o gente que hace algún retrato. Mis dibujos tiene pocos trazos, son bastante simples y tienen que lograr con pocas líneas que el personaje no se confunda con otro y ahí está la mayor dificultad. Cuando no hay rasgos fuertes como barbas o bigotes, se puede jugar poniéndole una ropa que lo distinga o que hable de una forma determinada.

Me imagino que es algo recurrente que tu entorno te pida dibujarlos

Me piden… he dibujado amigos para tarjetas de cumpleaños o cuando estoy firmando libros me piden que los dibuje a ellos y ahí es como una pega bien kamikaze, sin bocetos, de que me quede bien a alguien que estoy viendo en ese momento. Ahora no siempre quedan tan parecidos pero es a riesgo de cada uno. No trabajo haciendo retratos, en la Plaza de Armas hay unos tipos que dibujan increíble, que hacen retratos que quedan iguales, yo no sé hacer esa pega.

Y junto con el dibujo está todo el tema de la historia en sí, inventar la secuencia, algo que se va aprendiendo

Es la pega del dibujante que hace la pega de guionista. Hay dibujantes que trabajan con guionistas y se van separando esas pegas, en mi caso yo hago las dos cosas. Y los tiempos y la forma de mantener una tensión en la historia o que haya un clímax o desenlace, lo he ido aprendiendo, no hice ningún curso ni mucho menos. En la medida que pienso como debe ser la pausa, con el tiempo uno va encontrando las fórmulas, pero eso da con la práctica.

¿Cuál es tu personaje favorito, el que disfrutas dibujando o que se tehace más fácil de dibujar?

He ido cambiando mis favoritos, hubo una época en que era Piñera, lo dibujaba mucho y era muy entretenido dibujarlo.

¿Alguna vez tuviste algún comentario o un contacto con él?

Es raro tener contacto con un Presidente. En general no tengo contacto con la gente que dibujo, si sé que mucha gente que ha sido dibujada conoce mis dibujos, pero no me imagino a Piñera mandándome un mail. Tampoco la Bachelet, pero sí me imagino que sus asesores le compran el The Clinic y algunos les gustará y a otros no. Pero ese no es mi problema, yo no hago una pega para ellos.

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También te has metido en el tema religioso, incluso dibujando a Dios y a Jesús

Antes hacía hartos dibujos bíblicos. El humor gráfico tiene esa posibilidad, el poner entre comillas, de desacralizar cosas. Por eso uno puede convertir un Presidente o un personaje intocable o con mucho poder, en un pelagato igual que uno, que es chistoso y que dice tonteras. Y en ese sentido dibujar a Dios también va por ese lado. Hacer chistes con religión no es algo nuevo, siempre se ha hecho. Generalmente en Semana Santa subo hartos chistes de Jesús que seguramente a alguna gente le ofende, pero yo hago el humor con bastante seriedad, no hago humor para ofender. Si hago a Dios no es para burlarme de los creyentes de Dios, es para hacer un chiste con el personaje que era el más adecuado para el chiste.

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Y está además lo que has hecho con el mismo Santiago. Revisando el video de Ana Tijoux, Todo lo Sólido se Desvanece en el Aire, en donde se animaron tus dibujos, muestras nuestro entorno, ¿qué importancia le das al territorio en tus historieras?

Trato de dibujar personajes, no dibujo muchos fondos, lo más santiaguino que hecho fue eso, el video de Ana Tijoux, porque aparece una micro del Transantiago, una escalera de un mall, están los pacos llevándose a unos músicos callejeros, están los edificios, los oficinistas. Ese video es bien santiaguino porque me inspiré en esa cosa de la rutina laboral y la vorágine diaria, Santiago como gran capital, con mucha gente, donde está la mayor gente que trabaja. En las otras viñetas me centro en el personaje en sí, más que en su entorno, ahora si dibujo un tipo pidiendo en la calle probablemente es porque vi a un tipo pidiendo plata en la calle y por eso lo sé dibujar. Al final yo dibujo como imagino a la gente, como la recuerdo, por eso si quiero dibujar un tipo en la cárcel, uno lo dibuja como estereotipo con tatuaje.

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En este video también vemos tu postura crítica al sistema, especialmente en el tema de las inmobiliarias

Yo parto diciendo que a mí me encanta Santiago, no soy una persona que odie Santiago. Me gusta la ciudad y ese ritmo rápido y un poco saturado que tienen las ciudades grandes. Si creo y lo que no me gusta es ese paso voraz del progreso que le dicen, que al final es hacer plata como sea, botar bosques, construir edificios donde se pueda, cobrar caro por un departamento, jugar con los derechos básicos de la gente, techo, salud, etcétera. Eso es lo que apunta ese video, del capitalismo, el avasallador paso de un sistema económico que está destruyendo todo a su paso, y sólo es hacer, hacer y hacer plata. Entonces lo que yo veo en las ciudades es que está esa cosa frenética del progreso, de la plata, de esa lucha de pisotear al otro, hay formas de funcionar que son más saludables para todos y muchas veces no le ponemos atención.

¿Cómo cuáles?

Como la cooperación en vez de la competencia, como el apoyo mutuo en vez de querer trepar por sobre otros, ver al que está al lado no como un enemigo sino que como un igual, como una persona que tiene mucho que entregar y a la cual uno le puede entregar, es eso. Entendernos como seres humanos, una misma especie, un mismo tipo de ser vivo. No porque uno tenga más plata, uno sea negro, o más pobre, nada de eso debería tener sentido al final.

Se diría que tienes una mirada pesimista o ¿crees que es posible un cambio social?

Sí, tengo una mirada totalmente pesimista, no se ven muchas salidas. La sociedad está muy mal, sí creo que hay salidas y espero que no nos matemos todos contra todos, pero no veo el panorama muy alentador. No veo que hayan muchas luces de esperanza.

malaimagenamosantiago4¿Eso también es lo tratas de transmitir en tus textos?

Cuando dibujo trato de poner énfasis en los temas que a mí me interesan, y tocar de cada tema, la vista que yo creo es la más importante. El trabajo del dibujante también es saber qué se va hablar, cómo y para qué, pero no tengo la solución a los problemas del mundo, no estoy planteando un camino a seguir, tengo una mirada sobre una situación y la convierto en una viñeta. No soy tan pretencioso de pensar que con un dibujito vaya a cambiar las cosas que estén mal.

Pero entregas un mensaje masivo, quizás con mayor llegada de lo que pueda tener una noticia o una editorial

Creo que las columnas en los diarios las leen más personas de lo que ven un dibujo mío, un diario puede sacar 100 mil ejemplares en un día y no sé si 100 mil seguidores ven mis dibujos en un día. Lo que ocupamos internet pensamos que todos ocupan internet y si tienes hartos me gusta en Facebook lo proyectas a que ahí afuera cuando sales a la calle, todo el mundo está hablando de tu dibujo y eso no es así. La mayoría de la gente se sigue informando a través de la tele y sigue comprando muchos diarios, entonces que yo me haya hecho conocido o masivo a través de redes sociales no significa que todo el mundo me cache.

¿Hay límites en el humor?

Los límites los pone cada uno, según la línea editorial y ética de cada autor. A mí no me gusta bromear con temas que creo no corresponde bromear. Se pueden hacer viñetas con el tema de suicidio, con la depresión, con la muerte, con los accidentes, pero si esa viñeta va a hacer para reírme de una tragedia en sí creo que no corresponde, no lo hago. Sí lo veo diariamente en memes o en el trabajo de otros autores, pero ahí es el autor mismo el que pone los límites. Si por actualidad, el tema más importante es una tragedia, lo abordo desde donde yo quiero apuntar. Por ejemplo cuando se cayó el avión en Juan Fernández, con Camiroaga y otras 22 personas, no iba a hacer un dibujo riéndome de eso, pero sí se puede atacar por ejemplo el morbo de la prensa, por poner un ejemplo.

Se pueden tocar todos los temas, pero uno sabe o uno decide cómo lo va a tratar, porque muchas veces el humor es a costa de algo o de alguien. Y ahí no hay que ocupar a la víctima como motivo de burla.

Te lo tomas bien en serio

Uno tiene que ser reponsable con lo que publica. Parte de eso es analizar bien las situaciones y tratar de no meter las patas y si uno mete la patas, como ya lo he hecho, uno aperra no más. Me ha tocado darme cuenta que un dibujo quedó mal hecho o que no se entendió la idea o que simplemente me desubiqué y le rebotó erróneamente a quien yo quería que no le rebotara. Uno tiene que saber que el humor tiene que ir con todo, no puede ser tan medido, entonces cuando uno tira el elástico, se puede equivocar, sobrepasar, desmedir, entonces cuando pasa eso hay que aperrar no más y verlo como parte de la experiencia.

¿Hay una metida de pata que nos puedas contar?

Me acuerdo cuando dibujé a Longueira en un manicomio después de que renunció a ser candidato presidencial y mucha gente me criticó duramente de que me estaba riendo de la gente con depresión, y claro nunca pretendí eso, estaba apuntando de que el tipo se había vuelto loco por la candidatura y la UDI lo había tirado al choque siendo que no era un tipo estable emocionalmente. Esa fue la crítica que yo quise hacer, pero la hice de una forma errada, no se entendió y pasé a llevar a mucha otra gente. Entonces sé que con el humor gráfico siempre alguien se va a molestar, por eso si uno va hacer un mensaje tiene que estar bien dirigido. La pega de un dibujante es hacer un mensaje claro, la síntesis de una situación y transformarlo en una viñeta.

Me dijiste que está por salir tu nuevo libro, ¿qué te gustaría hacer más adelante?

Me gustaría inventar personajes propios, no dibujar gente, me gustaría tener mi propia Mafalda, mi Snoopy, pero no he tenido tiempo y cuando he tenido tiempo no se me ha ocurrido, entonces es una pega que tengo pendiente, salirme un poco de la contingencia y tener un personaje que yo pueda dibujar sin estar preocupado de las nocitias, que es agotador y a veces se pierde mucho tiempo en eso y para mí dibujar es algo que me relaja entonces me gusta estar dibujando y a veces estoy como una especie de periodista buscando la noticia y eso es algo que exige mi tipo dehumor pero no siempre es positivo. Para otros dfibujantes que tienen su mundo ficticio, no es necesario ni tener que prender la tele y podrían estar todo el día dibujando. A mí me gustaría eso, estar todo el día dibujando.

 

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