El Museo Histórico Nacional cumplió nuestro sueño de “teletransportarnos”. Sí, así tal como lo lees. A través de un viaje de seis minutos, la máquina del tiempo nos lleva a conocer cómo era la Plaza de Armas y su entorno en los años 1808, 1846 y 1920. Se trata de un paseo con realidad virtual en 360°, que a través de unos lentes especiales (Gear VR de Samsung) y audífonos, nos instala primero (a modo de introducción) en un terreno despejado, con algunas construcciones en piedra y vegetación, que nos habla de la existencia del centro administrativo inka anterior a la llegada de los españoles.
Aquí el relato nos explica que desde este lugar salían los caminos a distintas direcciones del Tawantinsuyo y que los conquistadores aprovecharon la infraestructura para fundar la ciudad, al tiempo que en las imágenes vemos como hermosas nubes blancas se mueven por el cielo.
La gran diferencia con otras experiencias de realidad virtual, es que esta te da la sensación de estar en medio de la escena, como les decíamos, sentir como si estuviéramos ahí, en el pasado.
La primera parada de la cápsula es 1808 en donde vemos una carreta ingresar al edificio del Museo Histórico Nacional, en esa época sede de la Real Audiencia, el máximo tribunal de justicia. Aquí vemos y escuchamos en la plaza, a un tradicional vendedor de mote, nos admiramos de una Catedral sin sus actuales torres y nos sorprendemos con un chancho caminando en medio de la gente que nos recuerda que en la época de la Colonia estaba el mercado central.
«Todos los elementos que vemos y oímos tienen relación con las piezas y objetos que exhibe el museo», nos explica Sofía Ortigosa Encargada de Prensa & Comunicaciones.
La segunda estación nos lleva a 1846 en donde incluso escuchamos al Presidente Manuel Bulnes Prieto anunciar el traslado de la sede del gobierno al edificio de la antigua Real Casa de Moneda, y en donde vemos a un arzobispo codearse con algunas señoras de sociedad en la Plaza de Armas.
La última parada es 1920 en donde vemos la calle, ahora con adoquines, con un auto, un canillita vendiendo a gritos los diarios y una fabulosa plaza llena de verdor y bancas en donde la vida transcurría lenta, con tiempos para conversar, y con un despeje de construcciones que permitían ver la cordillera en todo su esplendor.
«Gracias a la tecnología y al apoyo de Samsung, podemos lograr que el museo y sus objetos cobren vida. Así las personas puedan revivir momentos del pasado, que sucedieron en este edificio y su entorno», recalca el director del museo, Pablo Andrade. A su vez que Germán Sáenz, Gerente Ciudadanía Corporativa y Asuntos Públicos de Samsung, señala que con esta colaboración esperan «acercar la historia de Chile a la gente, de una forma entretenida y original, que les permita sentir que estuvieron en ese momento de la historia».
Un viaje recomendado cien por ciento, abierto para mayores de 12 años, y que promete otros tres periplos a otros periodos de la historia en lo que queda del año. A estar atentos.
- Dónde: En el domo instalado al interior del Museo Histórico Nacional, Plaza de Armas 951
- Cuándo: Miércoles, jueves, sábado y domingo de 10.30 a 13.00 horas y de 15.00 a 17.30 horas. Los viernes cierra a las 17.00 horas.
- Cuánto: Gratis
- Dato extra: Los cupos del domo son para ocho personas
- Revisa el trailer de la experiencia aquí