Dos amigos inseparables. Luis Ormazábal y Eduardo Lalo Lobos se conocen desde el 2008, tiempo en que estudiaban publicidad en la Universidad Diego Portales. Desde el primer año supieron que tenían potencial de trabajo juntos y así fue. En el 2010 realizan su primer mural, se declaran Vagabundo e inician su periplo profesional como ilustradores.

Cada uno partió desde niño, por su lado. Luis en San Antonio y Lalo en Antofagasta, dibujaron desde que tienen uso de razón. Fueron seguidores de los cómics, los monos animados y el manga. Y al momento de conocerse se potenciaron. Eligieron la técnica de la ilustración contemporánea y optaron por el blanco y negro, decisión que no tiene nada de casual. «El ojo humano ve todo a color, entonces el contraste de imágenes en blanco y negro es poderoso, te llama la atención y marcamos un código» cuenta Luis.

Su método es compartido, uno toma el lápiz, el otro el pincel y así van completando lo que hace el otro, intercambiando y combinando trazos, creando de a dos figuras, rostros, seres de este mundo y del más allá.

Su primer mural fue Twist and Shout, su psicodélica versión del éxito de los Beatles. «Ese fue un mural que hicimos en el departamento de mi hermano, nuestro primer mecenas porque puso todos los materiales» recuerda Lalo sobre el muro de músicos, edificios y árboles que quedaron plasmados en 4 por 1.80 metros. Luego vino Freedom, una ilustración de 3 por 2.10 metros en la casa de una amiga y el tercero fue en Espacio Radicales, que con sus 7.5 por 2.20 metros demoró 10 meses en quedar listo. Aquí ilustraron a los dueños y habitué del bar The Clinic y a los personajes del concurrido Barrio Bellas Artes.

El trabajo fue la antesala del que ha sido hasta ahora su creación más gigantesca: 100 caras, 1 país. El enorme muro ubicado en la vereda norte de Providencia esquina Lyon, en el que reunieron a rostros y paisajes chilenos y que comenzaron en octubre de 2013 para el carnaval 100 en 1 día Santiago.

«Trabajamos casi todos los días, entre las 5 de la tarde y las 2 de la mañana. Ocupamos ese horario básicamente para concentrarnos y avanzar, nunca pensamos que iba a ser tan largo, pero aquí estamos, nos quedan al menos cuatro meses más» cuenta la dupla de Vagabundo, que espera inaugurar el muro de 18 metros de largo por 2 metros de alto en octubre próximo, durante la segunda versión del festival de intervenciones urbanas.

Cada día avanzan un poco más. Para ellos no hay feriados ni fines de semana. «De hecho me vine a dar una vuelta en Navidad» cuenta Lalo.

Con audífonos y reproductor de música que los transporta a canciones de Spinetta, Los Jaivas y a la banda Almendra, toman lápices y pinceles para sacar los trazos que tienen en la mente y traspasarlos a la pared. Largas sesiones que combinan con su tienda virtual Vagabundo Boutique, donde venden poleras, pósters y grabados, y a la que esperan sumar en el corto plazo carcazas para celulares y libretas. En el tiempo que les queda aprovechan de estar en ferias y ya este año participaron del concurso del afiche para Lollapalooza y crearon el logo para 100 en 1 día Santiago 2014.

Una vida bastante activa para este colectivo que no tiene nada de vago. «Jugamos un poco a eso, a romper el esquema, porque la palabra vagabundo se asocia con el que no hace nada, pero nosotros trabajamos caleta» dicen los creadores.

El trabajo ha sido arduo. Para las más de 100 caras que componen la ilustración que reúne a los ídolos y próceres chilenos, investigaron, estudiaron, bocetearon y pasaron en limpio. Con decenas de plumones (marca Posca de Mitsubishi), pincel y acrílicos han transformado la pared que demarca  el perímetro de un departamento residencial. Con paciencia han dibujado miles de rayas y puntos, dando profundidad, texturas y vida a los personajes que van desde el Chino Ríos a Vicente Huidobro y algunos guiños a sus conocidos y a sí mismos (hay dos autorretratos ocultos).

En el lado que representa el norte del país, se puede ver a una llama altiplánica, un músico con zampoña, el llamado «chico de las conchas» (popular personaje de Antofagasta que hace música con ellas), Arturo Prat, Gabriela Mistral y Alexis Sánchez. En la zona que representa al centro se asoma La Moneda, un bus de Transantiago con una ola de flores, la Virgen del San Cristóbal, el Padre Hurtado, una temporera, Condorito, Pablo Neruda, Bernardo O’Higgins y Nicanor y Violeta Parra. Y ya en el sur, un ona, pingüinos, paisajes frondosos, extraterrestres y ciervos, se mezclan con el trauco, el caleuche, Galvarino, Lautaro y los palafitos de Chiloé.

Sobre sus favoritos, afirman que es difícil escoger. Pero después de mirarlos de nuevo, Lalo se queda con la ilustración de Torres del Paine y Luis con el ceño y el traje de húsar de la muerte de Manuel Rodríguez.

Tal es la magnitud y el detalle de los dibujos, que no pasa transeúnte sin preguntar, felicitar y aplaudir su dedicación. «Conocemos a todos los personajes de Providencia, incluidos los 5 a 6 vagabundos que viven en el sector» dice Lalo. Entre los habituales está Ralph, un alemán de 46 años que vive en la calle, que los acompaña con frecuencia y que también cuida y valora el mural.

Y no es para menos, meses de trabajo que hacen meritoria una galería al aire libre. «De la Municipalidad de Providencia no hemos sabido nada, pese a que intentamos acercamos. Y nos preocupa, porque queremos que esto se valore y se cuide. Que se puedan poner unas bancas para que la gente lo aprecie, y luces para verlo a todas horas» cuentan los artistas.

La recta final aún se ve lejos. «Siempre hay detalles y queda bastante por hacer» dicen. Cuando les pregunto si hasta sueñan con rayas y puntos negros sobre la pared en blanco, me responden: «con lo que soñamos es con el momento final. El día en que por fin terminemos y pongamos nuestra firma» afirman.

Revisa más fotos en nuestro Facebook