Se trata de un conjunto de 1.368 negativos y 19 carpetas con tiras de prueba de registros realizados por el destacado autor, quien capturó a Chile con una visión centrada en lo social y político y también abordó temáticas tales como la industrialización, arte y arquitectura nacional. Las fotografías corresponden al periodo entre las décadas del 1930 al 1970.
Antonio Quintana (1904-1972) fue profesor de química y física, activo militante comunista, cuya exoneración del Magisterio por motivos políticos durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, hizo que se acercara a la fotografía de manera autodidacta desde los años treinta. Comenzó a colaborar con revistas de arte y arquitectura y rápidamente su talento quedó de manifiesto al retratar tanto a construcciones, como realidades sociales. A través de sus imágenes se puede visualizar el proceso de industrialización de Chile y la vida cotidiana de los chilenos durante décadas.
Es considerado uno de los que iniciadores de la fotografía como documento social, cariz que quedó aún más relevado durante la exposición El Rostro de Chile, que gestionó como una de las actividades con las que se conmemoró los 150 años de la Independencia y en donde también participaron Roberto Montandón, Domingo Ulloa, Mario Guillard y Fernando Ballet.
De ahí la importancia de la digitalización que realizó la Biblioteca Nacional de la colección comprada en el año 2003 traducida en 1.368 negativos y 19 carpetas con tiras de prueba de registros y que tuvo un minucioso y lento proceso de catalogación, que tomó cerca de 330 horas distribuidas en siete meses de trabajo.
Una segunda etapa de esta digitalización se realizó el año 2019, lo que permitió llevar a la pantalla los álbumes como si fueran libros, esto es, capturar página completas, de manera que se pudiera conservar la disposición de cada imagen sobre la hoja, las anotaciones de contexto y la relación entre cada objeto. En tanto, los negativos de 6 x 6 cm, 9 x 12 cm y de 35 mm, todos en soporte flexible con emulsión de gelatina, fueron digitalizados y luego editados para pasar de las imágenes monocromas o blanco y negro a la estética que Quintana usaba y así mejorar su visualización.
La colección que ahora conserva el Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional, se suma a las de la obra de Quintana que tiene el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile y el Archivo Patrimonial USACH. Todas ellas un importantísimo aporte para nuestra memoria y también para futuras generaciones de fotógrafos.