Es agosto pero parece septiembre. Al cruzar la puerta de la casona roja de Av. Matta 483, todo lo que hay habla de Fiestas Patrias. Desde las banderas chilenas y guirnaldas tricolores que cuelgan del techo hasta los platos que se sirven en la mesa y la música que sale por los parlantes.

Es la Casa de la Cueca, el hogar de la pareja de folcloristas Pepe Fuentes y María Esther Zamora que de jueves a sábado se abre para enseñar el baile nacional y que cada primer domingo del mes se transforma en peña y restaurante con guitarreo, vino y zapateo que dura hasta tarde.

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Para aprender a bailar cueca, no hay ningún requisito. Las clases son con o sin pañuelo, con o sin pareja. Sólo se tiene que llegar. “Lo que importa es la actitud, pero acá más que enseñar la cueca, te enseñamos a que te guste” recalca Héctor Arapio, profesor de cueca, colaborador, músico y amigo del afamado matrimonio.

Lo de los domingo es sinónimo de fonda permanente. “No importa que sea enero o febrero. En los almuerzos, la casa se llena. Tenemos un show estable y una banda invitada y la gente termina bailando entre las mesas” detalla Héctor.

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Y así tal cual es. Este último fin de semana no cabía nadie más en la casa. Pepe Fuentes cantaba y tocaba la guitarra, mientras el centenar de comensales disfrutaba de una palta reina, arrollado con arroz y botellas de tinto y borgoña. Platos contundentes y bien regados.

La casa, conocida por el boca a boca hace 25 años, literalmente se repleta y hasta los dormitorios son transformados en espacio para recibir a las visitas. El bar del living es la “Zona del Copete” y el salón donde se enseña a bailar, la “Zona de Cuecas”.

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En las paredes se lee la historia folclórica que ha acompañado a Pepe y María Esther. Hay una con imágenes de ídolos cuequeros como Los Rumberos del 900, Margot Loyola y Los Chileneros, otra con diplomas y reconocimientos y unas más con decenas de fotos de visitantes “famosos” entre los que se cuentan los músicos amigos Alvaro Henríquez, Jorge González y los integrantes de Los Búnkers, los Jaivas y Cafeta Cuba, hasta los actores Tamara Acosta, Patty López, Mandolino, Daniel Muñoz, Nicolás Poblete y el tenista Fernando González. La amistad y admiración del vocalista de Los Tres se ha traducido en la constante participación de la pareja en la Yein Fonda, lo mismo con Marcelo Cicalli, dueño del Liguria, en donde Pepe y María Esther tocan con frecuencia.

También se ven en las murallas otro tipo de recuerdos. Como un tigre de espejos que les dieron de regalo, el colorido mural pintado por el “amigo Luchito” y el histórico manuscrito de la cueca Adiós Santiago Querido de Segundo Zamora, padre de María Esther.

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María Esther conoció a Pepe desde niña. Pepe se había venido desde Carahue (Araucanía) y ya desde muy joven tenía éxito en las peñas de Valparaíso y Santiago, entre ellas la quinta de recreo del afamado “guatón” Zamora, ídolo de ídolos en los años 50, récord de ventas, con giras dentro y fuera del país.

Tenían 16 años de diferencia, así que el romance fue a la antigua: se escribían cartas y se tomaban de la mano. Cuando María Ester tenía 13, Pepe partió de gira, dijo que se demoraría 2 meses pero se fue por 22 años. Al volver, se reencontraron, se casaron y comenzaron su vida juntos, que los ha llevado a componer, cantar y a ser anfitriones del espacio que rinde culto a la cueca todos los días del año.

“Con ellos se mantienen vivas las tradiciones, son músicos reales”concluye Héctor.

  • Dónde: Av. Matta 483, Santiago
    Cuándo / Cuánto: Las clases miércoles y viernes a $3.000. Para los almuerzos (Incluye entrada, plato de fondo, postre y media botella de vino) pide los detalles en zonadecuecas@gmail.com

 

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