Declaratoria de Monumento Nacional en el 2009, un proyecto con financiamiento desde el 2013 e intentos varios. Ninguno de los caminos emprendidos para recuperar el invernadero del Parque Quinta Normal ha sido tan efectivo como el de un grupo de vecinos del barrio Yungay.
Cansados de esperar, tomaron la iniciativa el pasado 16 de abril e ingresaron a la hermosa y abandonada estructura en un acto simbólico y poderoso. Ese día, hicieron lo que nadie más había hecho en los últimos 20 años: limpiaron, removieron la tierra y lanzaron semillas sobre una tierra fértil que ya está mostrando sus primeros brotes.
“Varias veces pedimos autorización a la municipalidad para empezar a trabajar, cultivar y darle vida a este espacio, que históricamente ha sido un lugar que ha albergado vida. Hicimos esta toma simbólica para lanzar ´bombas´ de semillas”, nos cuenta Isabel Cayul, de la agrupación Ecobarrio Patrimonial Yungay, responsable de la iniciativa que busca crear un huerto urbano comunitario.
La fórmula está dando resultados. Desde hace unas semanas trabajan en colaboración con la Subdirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Santiago, que les entrega compost y almácigos, y llevan ya cuatro jornadas interviniendo el recinto, incluida la realizada durante el Día del Patrimonio.
“Esto es producto de un trabajo voluntario y espontáneo y nuestra idea es que participe todo el quiera y sueñe con ver este espacio nuevamente verde, porque lo otro, que es recuperar la arquitectura, escapa de nuestras capacidades”, asegura Isabel quien trabaja en equipo junto a Marcel Constantinescu, Mireya Muñoz y la Presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, Rosario Carvajal.
Para la restauración de la estructura de fierro fundido existe un proyecto que nace de un convenio entre el Gobierno Regional (Gore), la Ile-de France (intendencia parisina) y el propio municipio santiaguino (a cargo de la administración del recinto), y que contempla una inversión de más de 280 millones de pesos. Hace unas semanas el Consejo de Monumentos Nacionales dio su visto bueno a las correcciones realizadas a la iniciativa que tiene una primera etapa de limpieza, aplicación de pintura antioxidante y el reemplazo de los elementos dañados. Y una segunda, que pretende construir un subterráneo para salas de exposición y una cafetería.
Los vecinos abogan para que el proyecto siga adelante siempre que responda al rol histórico que ha tenido el invernadero, y que es albergar plantas, sean exóticas, medicinales e incluso las ornamentales que dieron forma al arbolado urbano de muchos de nuestros parques.
“Acá se pueden plantar especies que no necesariamente crecen en la ciudad, por ejemplo plantas tropicales. Esto puede convertirse en un verdadero museo de las plantas” dice Marcel a la veintenta de voluntarios que con palas y azadones limpian, aran la tierra y siembran legumbres, caléndulas y un hermoso amaranto.
Valor patrimonial
La arquitectura de más de 500 metros cuadrados es el único vestigio de la Quinta Meiggs, la lujosa propiedad que el empresario Henry Meiggs tenía en los terrenos que hoy ocupa el Conjunto Virginia Opazo en Barrio República. Según distintos informes, incluido el de Monumentos Nacionales, Meiggs mandó a construir la estructura (probablemente) en 1866.
Aspecto interior del antiguo Invernadero o Jardín de Invierno, en la «Breve reseña sobre la Quinta Normal de Agricultura» de René E. Le Feuvre, para la Exposición Panamericana de Buffalo (USA) de 1901. Crédito de foto: Urbatorium.blogspot.cl
Similar a los invernaderos del Parque des Chateau de Ravelet en Cherbourg y el del jardín de Massey en Tarbes (ambos en Francia) debió ser una belleza despampanante con sus vidrios transparentes y de colores. El Estado de Chile compró la estructura desarmable y la trasladó en 1890 a la Quinta Normal de Agricultura, donde es instalada sobre un zócalo de piedra para funcionar como observatorio de especies del Jardín Botánico. Su luminosidad y especial aclimatación permitió albergar colecciones de flora de Juan Fernández, orquídeas, helechos, ninfeáceas y varias especies nativas. Quien lidera el lugar en la época es el director del Jardín Botánico Friedrich Philippi, quien es testigo de la belleza del recinto que en ese entonces cuenta con una fuente de agua y especies de gran tamaño que se encuentran en el espacio central de doble altura.
Sin embargo, desde 1922, el invernadero comienza un paulatino y progresivo deterioro. Sólo entre 1989 y 1995 tuvo un breve despertar cuando fue rehabilitado como Conservatorio de Plantas Medicinales, con fondos de Caritas Chile que financió el cultivo y la plantación de especies, algunas de las cuáles, hoy son parte de las áreas verdes de la comuna de Ñuñoa.
Desde entonces el abandono dio lugar a personas en situación de calle, otros que lo han usado de baño público y unos cuántos más que no han dudado en ocuparlo para tomar, fumar y carretear.
De las piezas de acrícilo y policarbonato que reemplazaron los vidrios, prácticamente no queda nada. Sólo unas pocas, que presentan roturas y rayados. Lo mismo mismo sucede con las paredes interiores, que han sido lienzo para graffitis y dibujos. Paradójicamente, uno de los problemas ha sido su declaratoria de Monumento Nacional, lo que ha impedido que sea entregado a concesión y lo que demora toda intervención. De ahí, la importancia de lo que están haciendo los vecinos, que demostraron que lo más simple era partir con ponerse manos a la obra.
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- Si quieres participar la próxima jornada de recuperación es el sábado 25 de junio entre 11.00 y 14.00 horas
Felicito al conjunto de personas que voluntariamente están tratando de recuperar un pulmón para la ciudad de Santiago. Que pena que en Chile nada conservamos, eso es en general. Y con eso vamos perdiendo la identidad. Que diferencia con los vecinos mas próximos, Perú. Que decir de los países Europeos. Atentamente Ana María
Estimados les felicito! Siempre cuando niña dábamos nuestros paseos familiares con mi abuelita, al Florero Gigante como le llamábamos, hoy con mucha nostalgia y emoción, viviendo hace 15 años en la ciudad de Talca, les agradezco mucho el esfuerzo por recuperar patrimonio, historia y emociones para nuestros hijos.
Aún destruido y abandonado, el lugar es de una belleza y estructura impresionante. Hicimos algunas fotos para mi matrimonio ahí. Sueño con verlo restaurado, y se que muchísimas personas comparten ese sueño. Gracias a los vecinos por dar los primeros pasos, esta noticia me alegró el día!!
EXCELENTE LA IDEA SI EL GOBIERNO NO LO HACE ESTE GRUPO DE VECINOS LO HAGA ,BUENISIMO Y ASI PUEDEN POSTULAR A DIFERENTES PROYECTOS QUE HAY EN ESTE MOMENTO .EL CULTIVAR LA TIERRA TRAE MUCHOS BENEFICIOS TANTO MENTALES COMO CORPORALES ,MEJORAN CALIDAD DE VIDA ,OBTIENEN VERDURAS FRESCAS ETC .SE LOS DICE UNA PROF. QUE HACE CLASES DE HUERTOS ORGANICOS E HIDROPONIA .
Feliz con esta noticia!
Buenos dias ,
Me agrada mucho que este lindo lugar sea reabilitado en su funsión de origen, viví en Santiago 25 años y aprecié este lugar. Guardo lindos recuerdos de los años 70 a 80. Ojalá este projecto resulte, les deseo mucha suerte.
Cordialmente Pablo Alarcón.
Que felicidad escuchar sus comentarios. Saludos a todos
los dos invernaderos de la Quinta Normal de pronto se nos confunden, la foto en sepia nos muestra el pabellón original de la Exposición Internacional de Santiago de 1875. Este era uno de los pabellones dedicados al acero en el que se presentaban Francia y Bélgica. Originalmente ubicado detrás del Palacio de la Exposición (Actual Museo de Historia Natural) fue la construcción temporal de mayor envergadura y que corría de manera paralela a la actual Avenida Portales. Era una estructura recta sin curvas. Luego de que este edificio fuera desmontado se instaló el actual invernadero proveniente de la Quinta Meiggs, el que tanta gente trata de salvar. Muchos saludos a amosantiago.