Había pasado casi seis años viviendo en Buenos Aires, trabajando freelance como redactora. Nunca tuve problemas en conseguir trabajos y tenía mucho clientes que quedaron conmigo por muchos años. Pero en un momento se puso difícil. Perdí varios trabajos regulares y no lograba reemplazarlos. Apareció un aviso por un trabajo en un diario en Santiago. Siempre quise trabajar para una sola publicación y también buscaba un tiempo fuera del mundo freelance con un sueldo seguro. Postulé. Me entrevistaron por skype y me ofrecieron el trabajo. De repente me di cuenta que… tenía que mudarme! Yyyyyy….. decidí…. ¿por qué no? Y aquí estoy, dos años y medio después con la visa de residencia permanente, dos gatos y un trabajo (no el que tenía al principio) que me gusta y que me desafía. Pretendo quedarme por unos años más por lo menos.