Un edificio moderno y angosto, que destaca por su impecable fachada de vidrio, brilla en calle Agustinas a pasos del Teatro Municipal o al «lado de la ópera» como dicen sus fundadores. Se trata del nuevo hotel de lujo que apuesta por la recuperación del centro santiaguino, en el mismo sector de lugares icónicos como el cerro Santa Lucía, la Biblioteca Nacional y a minutos del barrio cívico.

Claude François Brunet-Debaines (1799-1855) no fue solo un arquitecto pionero, sino también un visionario que dio forma al paisaje de Santiago del siglo XIX. Nacido en una familia de arquitectos y artistas franceses de Bretaña, Brunet-Debaines trajo su talento y educación de la École des Beaux-Arts y la famosa Manufacture de Sèvres a Sudamérica en 1848, cuando fue designado por el Presidente Manuel Bulnes para servir al gobierno de Chile.

Fundó la Escuela de Arquitectura, al alero de la Universidad de Chile, el 17 de noviembre de 1849, materializando la idea de desarrollar una escuela que pudiera satisfacer la creciente necesidad de obras públicas en la nación. Entre sus proyectos se cuenta el Teatro Municipal, el Congreso Nacional y el Palacio Arzobispal, además de la fachada frontal de la Universidad de Chile, los Pasajes Mac Clure y Bulnes y la Iglesia de la Vera Cruz (esta última terminada por su discípulo Fermín Vivaceta).

El 10 de diciembre de 2024 abrió en la capital el Hotel De Baines que se inspira precisamente en el legado de este arquitecto. “Nuestro objetivo es ofrecer a los huéspedes no solo una estadía de lujo, sino también una ventana al significado histórico y cultural del patrimonio arquitectónico de Santiago. Al crear este espacio, buscamos más que brindar alojamiento; nos esforzamos por celebrar la belleza neoclásica que Brunet-Debaines trajo a la vida. Nuestro diseño refleja un compromiso con la elegancia y la atención al detalle, rasgos que reflejan la precisión y el arte de nuestro homónimo”, indica el hotel en su sitio web.

El inmueble de 10 pisos se construyó en un terreno de 12 x 64 metros, que fue propiedad de la Sociedad Nacional de Arquitectura y que desde el terremoto de 1960 funcionaba como estacionamiento para los funcionarios del gremio agrícola. Esto, hasta que Fernando Gruenberg y Christian Fiederer, dos ejecutivos del rubro hotelero con amplias carreras internacionales, compraron el sitio eriazo y comenzaron su sueño en el año 2019. Contrataron al arquitecto Juan Sabbagh, Premio Nacional de Arquitectura en 2002 y a Paula Gutiérrez, responsable del interiorismo de otros hoteles de lujo como Casa Higuera en Valparaíso y Awasi.

Hall de entrada del hotel. Crédito de fotografía: Amo Santiago.

Cada rincón de Hotel De Baines conecta con la “elegancia atemporal que continúa definiendo el corazón de Santiago”. Al tiempo que también está actualizado a las nuevas tecnologías. Su funcionamiento está libre de combustibles fósiles, posee ventanas de piso a techo equipadas con aislamiento térmico y de radiación, a lo que se suma que casi todos los muebles y la decoración de interiores están hechos a mano por artesanos locales.

En el primer piso se ubica el Gran Café donde es posible ver en las paredes, fotografías a gran escala del Municipal y de algunos de sus artistas. Estas rodean el salón, cuyo protagonista es una barra que hace recordar la del hotel que aparece en la película El Resplandor. ¿Recomendados? las tostadas francesas y los huevos benedictinos. De lunes a viernes tienen menú de almuerzo.

Sofisticado, atención de primer nivel y a pasos de uno de los teatros más importantes del país. Sin duda, un nuevo imperdible de Santiago.

  • Dónde: Agustinas 720, Santiago. Se ubica junto al edificio que contiene el característico muro de @_millo_
  • Sigue al hotel en su cuenta de Instagram @debainessantiago

Archivo año 2018 cuando aún es posible ver el sitio eriazo. Crédito de fotografía: Rodrigo Fernández vía Wikipedia.

El Gran Café está abierto a todo público. Crédito de fotografía: Amo Santiago.

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