¿Hombres con palillos y lana haciendo bufandas? Sí, así tal cual. Claudio Castillo (27) se preguntó y por qué no cuando vio a un grupo de amigas tejiendo mientras estudiaba pedagogía en inglés hace seis años. Aprendió primero los puntos a crochet y luego agarró confianza con los palillos.

“El tejido para mí es una oportunidad para echar a volar la creatividad, es relajación, meditación activa, te concentras tanto que te olvidas del resto de las cosas, primero lo hice en solitario, pero ahora he descubierto que tejer en grupo es súper interesante porque te da otro tipo de especialización”, nos cuenta el también bailarín e iniciador del club que conforma Hombres Tejedores.

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Crédito de foto: Felipe Ponce

Todo partió en enero pasado cuando creó un evento en Facebook convocando a otros que sintieran curiosidad por aprender o que ya supieran de la técnica. Se juntaron, se hicieron amigos y una vez al mes se reúnen para compartir picadas de dónde encontrar la mejor lana y tips sobre nuevos puntos.

Guillermo Hernández, un nutricionista de Calama que se integró  en mayo, asegura que en el grupo “cada uno teje lo que le gusta.  Hay un tipo que le gusta mucho el crochet, mezcla colores en la técnica entrelac y hace accesorios. Otros se van más por el lado de los palillos tejiendo cuellos, bufandas que son más simples pero que te ayudan a soltar la técnica, David lleva más tiempo y es un bala, puede estar hablándote y tejiendo, es rapidísimo, como que las manos ni se le ven cuando teje; y otros hacen muñecos. Todos tejemos pero no todos tejemos lo mismo”.

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Crédito de foto: Hombres Tejedores

Para Luis Velásquez ha sido un completo aprendizaje. “Siempre tenía el recelo que estuviera ligado sólo a las mujeres, nadie tenía interés en enseñarme  hasta que que di con este taller. Al principio me costó mucho porque hay un tema con la tensión del tejido, yo tejía tan duro que no me cabía el palillo, pero después descubrí la lana gruesa, los palillos de número alto, y ya era más fácil y amigable tomar la lana y el palillo” detalla el diseñador, que ahora sabe de puntos correteados y tunecinos.

Así, el grupo, en donde también se cuentan un periodista, un diseñador, un químico farmacéutico y un sicólogo, tomó fuerza y dejó atrás las experiencias de haberse sentido censurados por sus propias mamás o abuelas.

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Crédito de foto: Felipe Ponce

Tuvieron varias apariciones en la prensa, incluidas las de BBC Mundo y de medios argentinos, hicieron eventos en el espacio público y hoy ya superan los 73 mil fans en la red creada por Mark Zuckerberg

La explicación del impacto es simple. Están transitando por una actividad que siempre ha estado ligada a las mujeres y eso para ellos es algo totalmente intencional. “Me parecía interesante que otros hombres se animaran y no se sintieran cohibidos. El trasfondo es derribar los estereotipos de género a los que histórica y socialmente estamos acostumbrados. Hemos tenido una muy buena recepción, que tiene relación con lo que la sociedad está buscando hace un rato, que es no ser tan rígido sobre lo que significa ser hombre y ser mujer”, explica Claudio.

Para  Guillermo y Luis es igual, por una parte les resulta interesante instalar esta discusión y también tomarse la calle para tejer en público. “A nosotros nos gusta hacer una actividad que es típicamente femenina pero la hacemos porque nos gusta y queremos que otros hombres tengan libertad de hacerla» afirma Guillermo que orgulloso lleva en su mochila un estuche que tejió a crochet cuando tenía 10 años.

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Crédito de foto: José Sanabria

El 98% de los comentarios han sido positivos, y la minoría de voces en contra han revelado concepciones rígidas y machistas que vienen tanto de hombres como de mujeres que los miran como una suerte de “bicho raro”, según Claudio, “algunas se han sentido invadidas en su espacio, pero lo que hacemos es lo mismo que cuando las mujeres ha incursionado en ámbitos que han sido súper masculinos”.

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Crédito de foto: Felipe Ponce

Con todo, Hombres Tejedores tiene historia para rato. Después de cuatro convocatorias en lugares públicos (Parque Forestal, Café Triciclo en Barrio Italia, Valparaíso y el patio central  del GAM) terminan el año con más talleres, una  participación en la Expo Materia Prima, un encuentro con bordadoras en Talca y siendo parte de las cien acciones urbanas de 100 en 1 día Santiago que llega este 19 de noviembre a los barrios Lastarria, Bellas Artes y San Borja. O sea, mucha lana para tejer de aquí en adelante.

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Crédito de foto: Felipe Ponce

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