Descubrir Santiago a 250 metros de altura. Eso es lo que hace desde hace casi tres años Gonzalo Zúñiga (42), el creador de fotosaereas, la cuenta de Instagram que inició el boom de los drones y que nos muestra los mismos lugares que caminamos y fotografiamos desde una perspectiva distinta.

fotosaereas_amosantiago00De profesión periodista, especializado en registro audiovisual, cuenta con más de 16 mil seguidores en la red de la camarita. Invitado habitual de eventos masivos, reconoce que además de una buena captura, entrega información de cómo se está desarrollando una actividad, y mucho dato freak que el público agradece. “Fotosaereas me ha hecho más culto, he ido aprendiendo de arquitectura, esto te lleva a investigar y a compartir con otras plataformas colaborativas como En Terreno, Plataforma Arquitectura, Plataforma Urbana, Santiago Adicto y Amo Santiago, además de proyectos como Pasarelas Verdes… porque todos remamos para el mismo lado. Queremos hacer un archivo fotográfico, queremos difundir lugares, en Santiago pasan muchas cosas y la gente no sabe porque a veces hay flojera, no lee el diario, pero sí ve Instagram”, nos dice Gonzalo mientras compartimos un almuerzo en Lastarria.

Cuándo le pregunto cómo partió con la idea del dron, recuerda que se lo encargó a un amigo que viajaba a Estados Unidos. Ahí fue ensayo y error y mucho videos tutoriales, “era un juguete pero con miedo, volaba alto, andaba rápido… es bien amigable, pero se caen los aviones, no se van a caer los drones”. Y cuándo hablamos de cómo es mirar a control remoto la ciudad desde otra altura, lo define como ser un testigo de las transformaciones. “Lugares que los volví a buscar y que ya no están. Dónde había una casa, ahora hay un edificio, la ciudad ha cambiado aunque no siempre para mejor”, acota.

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Crédito de foto: fotosaereas

Lo que es permanente es que a todas partes que va, lleva su dron, “es parte de mi equipaje”, algo que le ha permitido obtener momentos irrepetibles, como el tejido que hizo la artista polaca Olek en el obelisco de Plaza Italia, el mall que se instaló en Chiloé y el proceso de restauración de la iglesia de San Pedro de Atacama (la vio pasar de blanco a su original color café).

Y aún tiene más material guardado. Advierte misterioso, que no publica todas las fotos que toma, “tengo varios registros guardados por ahí que son míos no más, o lugares que he ido que algún día se van a saber. Todo tiene su secreto”.

In crescendo

El éxito de su cuenta y el trabajo detrás de fotosaereas tiene a Gonzalo contento y orgulloso. Le ha permitido conocer lugares (trabajó en el registro de un proyecto de ProChile que le permitió capturar imágenes desde San Pedro hasta Coyhaique), crear redes (es snapper de Canady Dry, “ellos me buscaron, me pagan por hacer lo que me gusta”), sumarse a proyectos interesantes (es media partner de Hecho en Casa y 100 en 1 día Santiago) y  construir los propios. Esto último lo decimos, porque durante octubre estuvo abierta la que es su primera exposición de fotografías. La Municipalidad de Providencia dispuso el Castillito Sermini (en proceso de restauración) para mostrar 10 imágenes aéreas de la comuna, entre las que destacan el mismo recinto de la familia italiana, además del Teatro Oriente y la piscina Tupahue (La muestra se puede ver este viernes y sábado en El Sindicato, Santa Isabel 0399).

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Crédito de foto: fotosaereas

Lo que partió como un hobbie se ha convertido hoy en “una adicción saludable”, y en su trabajo a tiempo completo. Por cada imagen que sube a Instagram recibe cientos de me gusta y comentarios de seguidores, que incluyen a personas fuera de Chile. “Me piden recomendaciones sobre cuándo venir, cuáles son los mejores lugares. Esta red es un buen formato, se produce un diálogo automático, se invita a la gente”, asegura descartando por ahora ampliarse a un sitio web.

Disfruta especialmente compartir sus capturas, “cuando estaba recién saliendo Instagram, sentí que tenía que hacer algo. Había gente con dron pero no compartían sus fotos, yo quise usar la plataforma y hacer que la gente viaje conmigo. Se muestra un punto de vista que a veces no se tiene idea, como por ejemplo un atardecer, ver el Mapocho desde Providencia hasta el centro a esa altura… la gente alucina”.

Es así que desde al aire, se ha quedado impresionado con dos cosas: lo grande que es Santiago, “estamos en una ciudad que cada vez crece y las vistas aéreas nos da cuenta de la magnitud de la ciudad” y con la variedad de actividades que ocurren aquí. “Me gusta Santiago, soy un Santiago lover 100 por ciento. Vivo en las Torres Carlos Antúnez de Providencia y veo que es una ciudad que no duerme, podría ser Tokio o Manhattan. Santiago es una ciudad donde hay extranjeros, restoranes, donde puedes tomar un café o comer a cualquier hora, donde pasan cosas desde Pudahuel hasta  otras comunas. El otro día estaban dando El Botón de Nácar gratis en la calle y a dos cuadras había una charla de Jorge González. La gente se está dando cuenta de eso, de que todos los días están pasando cosas, es cosa de apagar un poco la tele y salir”.

De ahí la importancia de los registros de este tiempo, especialmente cuando vivimos la era de las imágenes en donde la mayoría tenemos acceso a cámaras o a teléfonos que toman fotos. “Sólo hay que estar en el lugar correcto, en el minuto correcto” remata.  Y claramente, él lleva la ventaja en eso.

  • Síguelo en Instagram/fotosareas
  • Visita la muestra con sus fotos este viernes 4 y sábado 5 de noviembre en El Sindicato desde las 18.00 horas (Santa Isabel 0399).
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