Este 6 de mayo, la monarquía más famosa del mundo realizará su primera ceremonia de coronación en 70 años. Carlos III, el nuevo monarca, tendrá encima a los ojos del mundo entero, y nuestro país no es la excepción.
Desde antes de su Independencia, Chile ha cultivado importantes lazos con el Reino Unido, no en vano nos creemos “los ingleses de Sudamérica”. Si bien Valparaíso suele ser mencionado como la ciudad con mayor presencia británica, lo cierto es que en Santiago también se aprecian distintas huellas de los súbditos de His Majesty (al resto de los miembros de la familia real, hay que referirse como His/Her Royal Highness, porsiacaso). Y no nos referimos solo a los colegios con nombre inglés.
Lo primero que hay que decir, es que no es lo mismo inglés que británico, dos palabras que suelen confundirse. Sucede que Reino Unido es un país plurinacional compuesto por cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte (las tres primeras dentro de la isla de Gran Bretaña). A pesar de que estas naciones comparten una monarquía y un gobierno central, cada una tiene su propio sistema de gobierno descentralizado y sus propias instituciones, como la Asamblea Nacional de Gales y el Parlamento Escocés. Además, cada una de estas naciones tiene su propia cultura, idioma, tradiciones y características distintivas. De ahí la importancia de la familia real: unifica todo este diverso y complejo país.
Y si miramos con atención, encontraremos a súbditos de cada una de estas naciones en nuestra capital.
George Canning (inglés)
Medio escondido en el bandejón central de la Alameda, casi llegando a avenida Brasil, encontramos una estatua de cuerpo completo de un personaje desconocido por la mayoría de los chilenos: George Canning ¿de quién se trata? Nacido en Londres, Canning, político conservador, se desempeñó como Secretario de Relaciones Exteriores, y luego como Primer Ministro durante la década de 1820, siendo un firme impulsor de la independencia de las naciones latinoamericanas.
Aunque graffiteada, quienes se acerquen a la placa en el pedestal podrán leer lo siguiente: “Estadista británico. Amigo de la independencia hispanoamericana (1770 – 1827). El monumento, obra del escultor chileno Guillermo Córdova, fue erigido en 1938 siendo Presidente don Arturo Alessandri Palma. El príncipe de Gales, Futuro Rey, Eduardo VIII, puso la primera piedra de este monumento el 8 de septiembre de 1925, cuando visitó el país”.
El Príncipe Eduardo llegó a Chile a bordo del acorazado Almirante Latorre, desembarcando en Valparaíso, en septiembre de 1925. Su reinado, de menos de un año de duración, fue uno de los más cortos en la historia de Reino Unido, ni siquiera alcanzó a ser coronado, lo que lo vuelve, junto con Eduardo V (asesinado por su tío Ricardo III en 1483), uno de los dos monarcas en toda la historia británica que no pasaron por esta ceremonia. ¿La razón? Abdicó al trono para casarse con una celebridad norteamericana (estos Windsor se las traen…). En su reemplazo, asumió al trono en 1936 su hermano Jorge VI, padre de la actual reina Isabel II.
Del monumento, no podemos dejar de mencionar el pilar con el escudo británico. Allí se aprecia al clásico león con el unicornio, junto con un fondo formado por cuatro cuartos: cuatro subescudos. El primero y el cuarto corresponden al escudo inglés, el segundo al de Escocia y el tercer escudo al de Irlanda del Norte.
En torno al escudo, se lee la frase Dieu Et Mon Droit: “Dios y mi derecho” (está en francés porque, durante gran parte de la Edad Media, ésta fue la lengua materna de la aristocracia inglesa), pronunciada por primera vez por el rey Ricardo Corazón de León (1189-1199) como arenga de batalla. Y si nos fijamos más detalladamente, dentro del escudo, rodeando los cuatro cuarteles, se aprecia otra frase en francés antiguo: Honi soit qui mal y pense, o sea “Vergüenza para el malpensado”. ¿Qué significa esto? Según la leyenda, esta frase fue pronunciada por el rey Eduardo III (1327-1377), cuando estaba bailando con la condesa de Salisbury. En medio del baile, a la condesa se le cayó la liga o la jarretera, la cual se deslizó hasta el tobillo. Para humillación de la noble, aquellos que la rodeaban sonrieron, pensando que la liga se cayó debido a los manoseos del rey aprovechando la danza. En un acto de caballerosidad, Eduardo recogió la liga del suelo, se la colocó alrededor de su pierna, y exclamó “Honi soit qui mal y pense”. La frase posteriormente se convirtió en el lema de la Orden de la Jarretera, la orden de caballería más importante y antigua del Reino Unido, fundada por el mismo rey Eduardo, e inspirada en los caballeros de la mesa redonda.
Lord Thomas Cochrane (escocés)
El X conde de Dundonald, Marqués de Maranhão, mejor conocido como Lord Cochrane (1775-1860), fue un político, oficial naval e inventor británico. Llegó a ser considerado uno de los capitanes británicos más audaces y exitosos de las guerras revolucionarias francesas, lo que llevó a los franceses a apodarlo Le loup des mers (“el lobo de los mares”). Después de ser dado de baja de la Marina Real británica, sirvió en las marinas de Chile, Brasil y Grecia. En diciembre de 1818 adquirió la ciudadanía chilena a petición del Director Supremo Bernardo O’Higgins, y sirvió como comandante en jefe de la Armada, siendo el primer Vicealmirante de Chile y uno de los fundadores de la Marina Nacional.
Muy cerca de Canning, el monumento a Lord Cochrane se ubica en Alameda con Ejército y es obra del escultor Arturo Hevia Salazar (el mismo detrás de los monumentos a Salvador Allende y el Almirante Merino, entre otros). Fue instalado en 2017, en el pedestal que solía ocupar José Miguel Carrera, estatua que fue reubicada frente a La Moneda con motivo del Bicentenario.
El mismo Hevia reclamó en su minuto que el pedestal no era el más adecuado: “Les hice ver las inconveniencias de ese emplazamiento. De hecho hice un dibujo de cómo debía ir, sugerí sacar una torreja del pedestal, partirlo por la mitad y dejarlo como respaldo. Como está Balmaceda con el obelisco atrás, porque ésta estatua no se ve. Es una hormiga arriba de ese enorme pedestal. Pero aparentemente hubo un problema de costos”, señaló el artista a El Mostrador el año 2018.
Cochrane finalmente fue ubicado allí, en un pedestal excesivamente grande, donde todavía se puede leer el nombre de José Miguel Carrera, y las batallas que peleó este último…
Juan Mackenna (irlandés)
También en el bandejón central de la Alameda, entre San Martín y Amunátegui, encontramos un discreto monolito con el rostro y nombre de Juan Mackenna O´Reilly (1771-1814).
Nacido como John Mackenna en inglés o Seán Mac Cionath en su lengua madre, Mackenna fue un ingeniero militar y general del ejército chileno durante la Guerra de Independencia. Se le considera el creador del Cuerpo de Ingenieros Militares del Ejército de Chile. Fue también el abuelo de Benjamín Vicuña Mackenna.
En Buenos Aires, en 1814, en plena Reconquista, Mackenna coincidió con Luis Carrera, hermano de José Miguel. Dado que el primero era o´higginista, ambos terminaron batiéndose en un duelo, donde Mackenna perdió la vida. En consecuencia, su descendiente, el historiador Vicuña Mackenna, terminó escribiendo una historia de Chile con un claro sesgo ohigginista. Y bueno, los O´Higgins no podían faltar en esta ruta…
Ambrosio O´Higgins (irlandés)
Padre del Libertador Bernardo O´Higgins, y por tanto el Abuelo de la Patria. Ambrosio Bernardo O’Higgins y O’Higgins (en irlandés Ambrós Brían hUiginn, y en inglés Ambrose Bernard O’Higgins), barón de Vallenary y marqués de Osorno, nació en 1720 en Irlanda y murió en 1801 en Perú. Junto con ser uno de los mejores gobernadores que tuvo la Capitanía General de Chile, también fue uno de los virreyes más sobresalientes del Perú.
Durante su administración en Chile, destacó por la construcción de obras públicas. Una de ellas, el camino a Valparaíso en 1795. Vía que todavía hoy existe, y que en su época comenzaba en la actual calle San Pablo, lugar donde se ubica el monolito que homenajea al primer O´Higgins en Chile (frente a la Universidad Arturo Prat).
Isabel II (inglesa)
Cuarenta años después de la visita de su tío Eduardo a Chile, fue el turno de Isabel. La reina fue recibida por el Presidente Eduardo Frei Montalva en 1968, en una inolvidable visita que estuvo llena de anécdotas para el recuerdo.
El viaje se produjo solo tres años después de la visita del mandatario chileno a Reino Unido. Agradecido por la cálida acogida de los británicos, Frei invitó devuelta a la monarca para que conociera nuestro país, siendo Chile uno de los cuatro países de América Latina de la gira real.
Saliéndose del protocolo, Frei la invitó a comer a su casa en calle Hindemburg. Actualmente, allí funciona la Casa Museo del Presidente Frei. De hecho, el comedor está ordenado de la misa forma en que fue recibida Isabel. Si bien es muy conocido el comedor en Providencia, pocos saben que en Maipú también encontramos recuerdos de la monarca. En el Museo del Carmen de Maipú, se expone la carroza de origen francés donde la reina se paseó por las calles de Santiago junto al Presidente Frei. Se trata de un carruaje presidencial de gala, inaugurado por el Presidente Balmaceda a fines de su gobierno en 1890.
Isabel II se hospedó en el Hotel Carrera frente a La Moneda (originalmente iba a ser en el Palacio Cousiño, pero un incendio de último minuto obligó el cambio de planes), y desde allí el carruaje la llevó hasta el Monumento a Bernardo O’Higgins, donde la inglesa depositó una ofrenda floral. Posteriormente, en su último día en Chile paseó por la Alameda y la avenida Ejército hasta el Club Hípico en el mismo transporte.
Fue uno de los últimos viajes que realizó dicha carroza. Dos años después, el Presidente Salvador Allende puso fin a los carruajes presidenciales, argumentando que era una práctica aristocrática, y en su reemplazo se empezó a usar famoso automóvil Ford Galaxie 500 XL de 1966, donado por la misma Isabel II en su visita. El automóvil de la reina aún es utilizado por los mandatarios chilenos en las ceremonias de cambio de mando.
La reina, cuyo nombre completo era Elizabeth Alexandra Mary, de la casa de Windsor, se mantuvo en el trono entre 1952 y 2022, siendo la monarca que más tiempo estuvo en el cargo en la historia de Reino Unido (en Europa solo la supera el francés Luis XIV, el “Rey Sol”). Dentro de su reinado, debió afrontar tanto la Guerra Fría como el fin del imperio británico. No obstante, a pesar de perder docenas de colonias, logró mantener a 52 países dentro de la Mancomunidad de Naciones, la famosa Commonwealth. De ahí que oficialmente su título en el Reino Unido fue: “Isabel Segunda, por la Gracia de Dios, reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y de sus otros Reinos y Territorios, jefa de la Mancomunidad de Naciones, defensora de la Fe”.
Ahora que Reino Unido tiene nuevo rey, desde este pequeño rincón del mundo cabe hacerse la pregunta ¿vendrá Carlos III a visitar Chile? ¿su visita tendrá el mismo impacto que tuvo la de su madre? Solo el tiempo lo dirá.