Un homenaje multitudinario, una obra bordada que vuelve a su lugar, un libro con la historia del GAM y un recorrido en 360º que nos muestra de forma virtual el exterior e interior del edificio de la UNCTAD III. Con estos emocionantes hitos se celebraron este domingo los 50 años de la inauguración del emblemático inmueble que hoy acoge al Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral.

Fue un sábado de marzo del año 1971, cuando el arquitecto Miguel Lawner se enteró del anuncio del Presidente Salvador Allende de que Chile sería sede de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y de Desarrollo (UNCTAD III). Sentado en su casa viendo el discurso por televisión, le oyó decir que se esperaba la asistencia de unos tres mil delegados de todo el mundo para los cuáles no había edificio alguno que los recibiera en Santiago. No sabía en ese momento que unos días después lo llamarían de La Moneda para que asumiera el liderazgo de la titánica obra, en su calidad de director ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu). 

“Después del anuncio se creó una comisión que se llamó UNCTAD III y que tras diversas opciones donde alojar el edificio decidieron esta ubicación, en la acera norte de la Alameda, por la razón de que nosotros en Cormu estábamos realizando el proyecto de Remodelación San Borja y ya teníamos adquirido la mayor parte de los terrenos de este sector. El acuerdo fue que el edificio se construyera en este terreno y en consecuencia la Cormu asumió la obra. No había tiempo para convocar un concurso, por lo que designamos a cinco arquitectos de las oficinas más distinguidas del momento, de esos cinco hay solo uno sobreviviente Hugo Gaggero”, relató el propio Lawner señalando a su colega. Ambos arquitectos, junto a Irma Cáceres, única directora del Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral y Eduardo Martínez Bonati, curador de las obras de arte que se instalaron en el edificio, compartieron los recuerdos de la odisea en un simbólico homenaje en el GAM.

Hugo Gaggero señaló que fue un “verdadero milagro terminar el edificio en nueve meses” considerando las técnicas de la época y que una obra de esa envergadura hoy tomaría entre dos a tres años. “Fue una epopeya de artistas, artesanos, arquitectos y empresas constructoras, en donde se integró arte y arquitectura” rememoró.

Este domingo 3 de abril, al cumplirse 50 años desde la inauguración del edificio, se rindió homenaje a las 1.700 personas que participaron de su diseño y construcción. Subieron al escenario a recibir un reconocimiento -además de los ya protagonistas mencionados- Marco Silva, obrero que con 17 años participó de la obra y las diseñadoras de la señalética Pepa Foncea y Jessi Cintolesi. A ellos se sumaron los artistas visuales vivos: Eduardo Vilches, Francisco Brugnoli, Paulina Brugnoli, Lucy Rosas, Mario Toral, Patricia Velasco, Federico Assler, Ramón López y las cuatro bordadoras de Isla Negra que son Tránsito Díaz, Rosa Inés Ibarra, Purísima Ibarra y Rosa Santander. No pudieron asistir Guillemo Nuñez, Luis Mandiola, Ricardo Yrarrázaval.

Fue una ovación generalizada, llena de emociones, especialmente por el reencuentro de los protagonistas de la hazaña.

“También homenajeamos a los artistas fallecidos a través de sus parientes. Fue una ceremonia necesaria para recordar un trabajo colaborativo titánico que hoy es habitado como centro cultural nuevamente”, comentó Felipe Mella, director ejecutivo de GAM. Y agregó: “Las celebraciones de este año renuevan nuestro compromiso con la memoria de este edificio. Hemos trabajado más de 8 años en recuperar su colección artística que nos recuerda el sueño de una generación y nos proyecta como sociedad”.

Sentados de izquierda a derecha, Federico Assler y Eduardo Vilches. De pie, Miguel Lawner, Hugo Gaggero y Eduardo Martínez Bonati.

Restitución del bordado de Isla Negra
Uno de los momentos más esperados fue la restitución del Bordado colectivo, del grupo bordadoras de Isla Negra, obra emblemática de la colección patrimonial de GAM desaparecida hace 49 años.

En 2021, la obra fue devuelta por Guido Girardi, quien la había adquirido en los años 80 en el Persa Bío Bío sin conocer su historia, hasta que su hija vio el documental Escapes de Gas y la reconoció. Inmediatamente Giradi hizo las gestiones para restituirla al Estado de Chile. Fue limpiada y restaurada durante tres meses por profesionales del Museo de Arte Popular Tomás Lago de la Universidad de Chile, en colaboración con la Fundación Eladio Sobrino.

El mural de 7 metros de largo por 2.20 de alto, formó parte de las obras integradas funcionalmente al edificio en 1972. Sus autoras son: Rosa Santander, Edulia Pérez, Adelaida Díaz, Purísima Ibarra, Adela Ayala, Rosa Inés Ibarra, Inés Díaz, Tránsito Díaz y Elsa Araya.

Era una de las piezas más recordadas y admiradas de la colección UNCTAD. Las nueve bordadoras retrataron elementos habituales de su localidad y de sus propias historias personales. Con motivos del Chile de mar a cordillera, el bordado de gran color muestra la vida de trabajadores y trabajadoras del campo, la ciudad, la costa y la minería con personajes reales y reconocibles de Isla Negra, incluyendo a un Pablo Neruda cazando mariposas.

Desde este domingo, el gran bordado se puede apreciar gratuitamente en una vitrina climatizada del nivel -1 del edificio B de GAM, piso dedicado a las artes visuales.

Los arquitectos del edificio fueron Hugo Gaggero (único vivo), José Medina Rivaud, Juan Echeñique y José Covacevic, coordinados por Sergio González.

Tecnología para la memoria
Otro hito de las celebraciones fue el lanzamiento del proyecto UNCTAD 360º, una reconstrucción virtual del edificio original, que permite vivir una experiencia inmersiva en el inmueble, recorrer sus pasillos y encontrarse con las obras de arte perdidas. El desarrollador del proyecto, David Molina con la asesoría de investigación de David Maulén, indagó por más de 12 años el diseño del edificio y reconstruyó piso por piso, sala por sala, lo que fue la UNCTAD en 1972. Este modelado 3D patrimonial se encuentra disponible gratuitamente en gam.cl/Unctad360

Como parte de las celebraciones, también se pusieron a disposición de todo el público las audio-guías diseñadas en una aplicación interactiva de celular para conectar a la ciudadanía con la historia de GAM. Están en diversos idiomas, narradas por Claudia di Girolamo y Tere Hales. Habrá apoyo en videos con interpretación en lengua de señas y una versión especialmente pensada para niñas y niños que fue trabajada con la compañía Teatro de Ocasión.

Libro histórico y programación contemporánea
Por último se realizó el lanzamiento de del libro GAM 10 años de transformación cultural que hace un recorrido histórico y urbano de la construcción que se hizo en 275 días para albergar a la Unctad III. La historia le dio otras vidas: fue el Centro Metropolitano Gabriela Mistral en 1971; el Diego Portales en 1973 como sede de la Junta Militar, y centro de eventos en democracia. En 2010 pasó a ser el Centro cultural Gabriela Mistral, hito de los festejos del bicentenario.

El libro editado por GAM con más de 200 páginas, recoge datos anecdóticos, historias, fotografías y entrevistas a arquitectos, artistas, comunidades y público desde 1970 a 2020 y está en formato digital e impreso.

GAM continuará con la celebración del medio siglo del edificio durante todo el año con novedosas acciones artísticas y programación en sala. Se estrenará la obra “Cómo se recuerda un crimen”, una conmemoración de los 50 años del edificio con un proyecto de residencia.  En mayo, se reestrenará en esta línea “Bru o el Exilio de la Memoria”, teatro documental de Amalá Saint-Pierre y Francisco Paco López sobre la vida y obra de la artista Roser Bru y el textil que hiciera para el edificio UNCTAD III. Y en digital, la exposición “Testigo involuntario”, del artista Arturo Cariceo, mostrará en junio un docu-reality que recorre la mirada de una persona común y corriente, cuya vida se cruza con la historia del edificio desde su construcción, hasta el presente como GAM.

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