Hace un siglo la primavera tenía fiesta, reina de belleza y carros alegóricos. La que partió en octubre del año 1915 como una celebración de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile se convirtió rápidamente en un festejo nacional que tuvo su época de oro en la década de los cincuenta.

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Crédito de foto: Desfile de disfraces, 1921 – Revista Zig Zag

Era una fecha que se esperada todo el año para hacer relucir el talento y humor de los alumnos de diversos planteles, colegios e institutos que contagiaban su alegría a oficinistas, empresarios y al propio Presidente de la República.

En las calles de Santiago se podía ver un desfile de disfraces que incluían diablos, payasos, pieles rojas, arlequines, magos del oriente, piratas e incluso a Federico Von Pilsener junto a su perro, personajes de la tira cómica de la revista Zig Zag.

Eduardo Balmaceda Valdés, en su libro de memorias Un mundo que se fue, recuerda que bellas muchachas de ese entonces se disfrazaban de brujas horribles para jugar a adivinar el futuro de quienes se les acercaban. “Charlatanes improvisados parloteaban encaramados en las sillas o en las mesas de los restaurantes céntricos. Las pandillas de disfrazados se apoderaban de las calles, donde se había suspendido el tránsito de vehículos. Perseguían a los conocidos haciéndoles toda clase de bromas. En esos días había una especie de general fraternidad entre todos los habitantes de Santiago» dice el memorialista en una nota de Darío Oses publicada en nuestro.cl.

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Crédito de foto: Disfraces Fiesta de la Primavera de Cauquenes 1921 – www.memoriasdelsigloxx.cl

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Crédito de foto: Desfile de disfraces, años 20 – Rescate por Santiago Nostálgico

La semana de “locuras y extravagancias de la muchachada” tenía también el “día de la chaya” con comparsas y carros alegóricos temáticos preparados con meses de anticipación por los estudiantes y en dónde hacían crédito de su ingenio para transformar autos y carruajes en pequeños escenarios con flores y sitiales para pasear a sus candidatas a reina. Este era sin duda el hito más competitivo de todo el carnaval.  Las aspirantes tenían un generalísimo, corte de acompañantes y una apretada agenda para visitar hospitales, asilos y barrios pobres. Las jóvenes eran agasajadas por los alumnos y también eran las musas inspiradoras de los concursos de poesía “Canto a la Reina”, que ganaron entre otros, los jóvenes Pablo Neruda (1921) y Nicanor Parra (1937).

El certamen de bellas más reñido ocurrió, según describe El Mercurio, en 1950 cuando se enfrentaron la estudiante Gloria Leguisos y la seleccionada de básquetbol Natacha Méndez, pelea que terminó con una batalla campal en las calles, la broma de un platillo volador en el cerro San Cristóbal y la elección de dos ganadoras: Gloria como la Reina de la Primavera y Natacha como la Reina Popular, coronada por la Federación de Estudiantes Industriales y Mineros.

El broche final se daba en el baile de la coronación, la llamada Velada Bufa en donde la noche se vestía de música, recitales de poesía y bailes con orquesta, glamour y fama que tuvieron como escenario al Teatro Municipal, el Club Hípico, el cerro Santa Lucía, la Quinta Normal, el Parque Cousiño y el Estadio Nacional.

Hermosos recuerdos de días más livianos, en donde había más tiempo para jugar y soñar.

Más info y fotos en las notas de El Mercurio:

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Crédito de foto: Fiesta de la Primavera de Chillán, 1937. En la imagen el antipoeta y ganador del concurso de poesías, Nicanor Parra – Revista Zig Zag

  

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Crédito de foto: Comparsa en Plaza de Armas 1924 – Revista Zig Zag

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