Fue tal el impacto del resultado de estos cursos de grabado, que la Corfo ilustró con ellos su calendario del año 1973. Tanto las matrices, como el calendario y las fotografías de la experiencia, son parte de la muestra que hasta fines de enero se puede visitar en el Centro Cultural La Moneda.

Con elementos tan simples como cajas de zapatos y lápices Bic, el artista Eduardo Vilches llevó el mundo del grabado a los niños de las poblaciones Nueva Palena y Víctor Domingo Silva. En plena Unidad Popular, entre 1971 y 1973, el profesor enseñó a un grupo de infantes a confeccionar matrices, en el marco de un programa de la Universidad Católica que buscaba conectar a los creadores con la realidad nacional, haciéndolos salir de la academia.

Los niños de 6 a 10 años aprendieron así a marcar las líneas de sus dibujos sobre el cartón, pudiendo expresar por primera vez en imágenes visuales, su entorno y sus deseos.

Niños en taller de Eduardo Vilches. Fotografía: Ricardo Cruz.

La experiencia documentada por el fotógrafo Ricardo Cruz sale a la luz después de casi 50 años, ocupando el espacio central de la exposición Grabado: Hecho en Chile, que hasta fines de enero de 2022 puede ser vista en el Centro Cultural La Moneda. 

“Dentro de la propuesta curatorial de Justo Pastor Mellado, se aborda al artista, no como Premio Nacional de Arte o gran académico de la Universidad Católica, sino una experiencia en particular de Eduardo Vilches, cuando en el contexto de la reforma universitaria, desarrolla talleres de grabado en dos poblaciones de la periferia” nos explica Gabriel Hoecker, encargado de metodologías educativas del CCLM.

El resultado fue una serie de matrices y grabados que pueden verse en la muestra, y que en 1973 ilustraron un calendario de la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo. En las escenas queda manifestada la “inocencia de niños pobres, de mucha vulnerabilidad, donde no expresan sus insatisfacciones, sino más bien sus deseos de felicidad y eventos como las fiestas patrias, la navidad, lugares en donde está la felicidad, gesto muy bonito que habla del lugar que tiene que tener la infancia en la sociedad” reflexiona Gabriel sobre la oportunidad que vio Vilches, recordando que cualquier persona puede explorar la creatividad.

Calendario de la Corfo, año 1973.

El propio artista rememora la experiencia: “Ésa fue una cosa muy interesante, porque yo ahí fue la primera vez que conocí lo que era la vida en una población marginal. Uno siempre oye, y lee en las publicaciones, que la gente pobre no tiene agua, que no tiene luz eléctrica, qué sé yo, pero cuando usted está en el lugar, es la única forma de realmente saber de qué se trata.  Y me parece que era una manera muy interesante de acercar a los estudiantes a esa realidad, es decir, entender que el mundo no es solamente el sitio donde uno vive, sino que hay mucha gente que vive también de otra manera que es muy diferente, y que hay que conocerla” señaló Eduardo Vilches a Radio Beethoven en septiembre pasado.

Niños en taller de Eduardo Vilches. Fotografía: Ricardo Cruz.

El potencial social y comunitario que pueden tener las artes quedó evidenciado en los trabajos de los niños, dando cuenta que el grabado puede ser no sólo una disciplina para ver, sino que también para hacer. En ese sentido, la exposición viene acompañada de talleres en donde los asistentes son invitados a crear sus propios grabados, los cuáles pasan a formar parte de la muestra.

Niños en taller de Eduardo Vilches. Fotografía: Ricardo Cruz.

Grabado: Hecho en Chile
La exposición, que tiene la curatoría de Justo Pastor Mellado, es el resultado de una rigurosa investigación que reúne en total 203 obras, entre figuras de greda, portadas de libros, xilografías e ilustraciones. Las creaciones van desde los orígenes de las artes gráficas en nuestro país, con los grabados de la Lira Popular (1866-1930) resguardados por la Biblioteca Nacional, y que corresponden a la primera manifestación de imágenes seriadas que buscaban informar sobre asuntos importantes a la comunidad.

La muestra comparte también el trabajo del xilógrafo Carlos Hermosilla (Valparaíso, 1905 – Viña del Mar, 1991) entre los años treinta y cincuenta, especialmente sus colaboraciones con poetas como Pablo de Rokha, que involucran al libro como soporte de difusión de obras gráficas. Además de las obras de Virginia Errázuriz (Santiago, 1941); Virginia Vizcaíno (Los Andes, 1945); Lorena Villablanca (Chillán, 1969); Beatriz Leyton (Punta Arenas, 1950) y Daniel Lagos Ramírez (Castro, 1976), quienes han trabajado el grabado desde los años ochenta.

Grabados del artista Carlos Hermosilla.

«Esta exposición tiene que ver con la invención de la escritura, apunta a los orígenes del trazo en Chile, pero sobre todo al comienzo de la lucha del trazo con la mancha, esta es la exposición más universal que haya habido en el arte chileno en el último tiempo, es la gran exposición sobre la línea y la mancha» enfatiza Justo Pastor Mellado.

 

  • Dónde: Sala Andes | Nivel -3 Centro Cultural La Moneda, Plaza de la Ciudadanía 26, Metro estación Moneda.
  • Cuándo: Martes a domingo de 10.00 a 18.30 horas, del 20 de julio de 2021 al 30 de enero de 2022.
  • Cuánto: Entrada liberada | Aforo limitado
    PASE DE MOVILIDAD | Los asistentes mayores de 15 años deberán presentar su pase de movilidad en el ingreso al centro cultural, de acuerdo a la normativa sanitaria vigente. Personas sin pase de movilidad solo podrán asistir los días martes entre las 10:00 y 12:00 horas y los jueves entre las 16:00 y 18:30 horas. Todo lo anterior conforme a lo señalado por la autoridad sanitaria en el marco del plan Paso a Paso.
  • Revisa el cuaderno con actividades de la exposición

Grabado de la artista Beatriz Leyton.

Grabado de la artista Virginia Errázuriz.

Grabado de la artista Virginia Vizcaíno.

Grabado de la artista Lorena Villablanca.

Grabado de gran formato del artista Daniel Lagos.

X