Estudiando conservación y restauración, Fernando Imas Brügmann (42) -bisnieto de uno de los primeros restauradores del país- y Mario Rojas Torrejón (28) -desde niño amante de la arquitectura, los palacios y los cités- se dieron cuenta de que había un gran vacío de información en las historias de las obras. Podían estar ahí las pinturas, las esculturas, las fotografías y la fachada de un edificio a recuperar, pero no necesariamente el detalle de su creación, su autor y su contexto histórico. Como dicen ellos “el currículum” de las piezas.

Con esa conciencia y compromiso con la memoria chilena, fundaron el año 2010 el Estudio Brügmann dedicado a la restauración, y también a la  investigación patrimonial con la que han reconstruido tanto objetos como archivos. Al tiempo que han redescubierto nuestra historia con estudios de barrios, cités y construcciones, lo que han llevado a diversas publicaciones y también a recorridos guiados por ellos mismos.

Una tarea llena de detalles, que requiere perseverancia, tiempo y definitivamente pasión.

Cité Salvador Sanfuentes. Crédito de foto: Brugmann.cl

Cuando pregunto por las obras restauradas que más lo han marcado hasta ahora, Mario responde seguro: el escudo nacional de madera del Hotel Arica y la gárgola del Palacio Elguín.

El primero corresponde a una objeto de arte con más de 200 años que había sufrido un ataque de termitas y que demoró seis meses en quedar “como nuevo”. Antes de ser propiedad del hotel, había pertenecido a una escuela rural de Los Andes, y según la investigación de Estudio Brügmann se habría hecho entre 1850 y 1870, pista dada por la forma del huemul que más se parece a un caballo. En esa época, las obras hechas a mano se pedían a artesanos de Europa en donde aún no se tenía conocimiento de nuestro animal emblema.

Crédito de foto: brugmann.cl

La segunda obra que recuerda Mario es una gárgola del Palacio Elguín, hermoso inmueble ubicado en Alameda con avenida Brasil y que fue construido en 1887 por el arquitecto Teodore Burchard (el mismo que diseñó la Basílica del Salvador), para Nazario Elguín, quien debió su fortuna al dar con el yacimiento La Descubridora y Los Bronces, hoy Disputada de Las Condes.

Aquí el trabajo fue particularmente desafiante porque la figura de la gárgola sólo conservaba un pata. “Tuvimos que revisar registros antiguos, investigar sobre quién la hizo, qué técnicas se usaban, resolver el tema del anclaje como se hacía antes. Más que la restauración material de la pieza es la restauración simbólica que uno lleva a cabo” detalla Mario, recordando que el trabajo también tuvo un impacto entre los vecinos. “Mientras trabajamos ahí, la gente empezó a preguntar, recuerdo una persona que nos dijo hace 40 años que vivo acá y primera vez que veo el edificio y estaba en la esquina de mi casa”.

Crédito de foto: brugmann.cl

Impacto que sienten también al restaurar las fotos de álbumes familiares que son celebradas por sus dueños, y cada vez que realizan profundas investigaciones de arquitectura en donde logran reconstruir después de meses de trabajo, la historia completa de un edificio: desde su arquitecto y contexto histórico, hasta sus planos, registros de molduras y materiales.

Ese fue el caso del Palacio Pereira, del cuál tienen un completo estudio con su historia y transformaciones y que es vital para su restauración: “hicimos una investigación patrimonial, histórica, reconstruimos el piso original, sus plantas, quiénes fueron sus propietarios, es una pega que no se ve, pero estamos trabajando continuamente con los arquitectos, es una investigación que va a servir el día de mañana para restaurar el edificio”. Inclusive confirmaron que el color original de sus paredes era de color amarillo tal como lo comprobaron en un antiguo grabado perteneciente al Museo Histórico Nacional.

Historias, miles de fotografías y archivos que podrían servir para centenares de publicaciones y que hasta ahora han dado vida a las guías de turismo patrimonial La Ruta del Cité; La Ruta de los Palacios y las Grandes Casas de Santiago, y a los libros Palacios al norte de la Alameda: el sueño del Paris Americano; Chile en 1000 fotos y Retratos de Hombre: 1840-1940. «Para mí esos libros son los favoritos, porque es una forma de entregarle a la gente una forma educativa y entretenida de redescubrir su patrimonio, además que son también un registro único de palacios y cités en Santiago, que nunca antes se habían reunido en una publicación», nos cuenta Mario.

Salón de Música Palacio Cousiño. Crédito de foto: Brugmann.cl

Esto sumado a la información que Estudio Brügmann va compartiendo en su sitio web porque es “mucho material, de qué nos sirve tenerlo sólo a nosotros, es totalmente relevante ponerlo a disposición de la gente para contribuir a la difusión del patrimonio”.

Este año están inmersos en dos grandes proyectos: investigando el Pucará de Chena (cuya información servirá para su restauración) y la vida del arquitecto francés Paul Lathoud, autor del Palacio Cousiño, el Museo Nacional de Historia Natural y el Cementerio Católico, que tiene a la dupla Imas y Rojas, totalmente fascinados.

“Lathoud es un arquitecto recurrente en todas las páginas antiguas, vino a reformar la arquitectura en el siglo XIX, pero nadie sabe cuando llegó, cuándo se fue y que hizo después cuando volvió a Francia”, afirma Mario sobre la información que han recopilado y que esperan dar forma a través de un libro, charlas y exposiciones.

Reconstrucciones que parecen rompecabezas de un gran puzzle, “emocionante y entusiasta, que uno no termina nunca y que quieres seguir siempre investigando”.

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Cité Recreo. Crédito de foto: Brugmann.cl

Crédito de foto: Palacio Cousiño 1880 colección particular publicado en Brugmann.cl

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