Cuatro mil imágenes archivadas y otras dos mil en proceso de saber a qué año corresponden y en qué lugar exacto fueron tomadas. Nicolás Fernández y Felipe Bengoa están atentos a cualquier fotografía que pase por sus manos. Antigua, nueva, publicada en libros, en sitios web o álbumes familiares y siempre correspondientes a territorio nacional. Son verdaderos cazadores de patrimonio visual, que recopilan, clasifican y luego publican en las redes sociales asociadas a su proyecto En Terreno Chile.
“Hace dos años comencé a juntar imágenes antiguas, algunas postales que pertenecieron a mi bisabuelo y otras simplemente sacadas de internet y en la escuela de arquitectura un compañero tenía el mismo interés, pero con lugares exóticos a dónde quería viajar, así que dijimos y por qué no hacemos una cuenta” revela Felipe sobre los inicios de la marca en twitter creada en mayo de 2012, que hoy tiene más de 9 mil tweets seguidos por 23 mil usuarios.
Cuando le pregunto sobre el nombre, este arquitecto, en proceso de titularse, asegura que obedece al ánimo de estar ahí, precisamente “en terreno”, poniendo atención a panorámicas, archivos o a escenas que junto a Nicolás inmortalizan en salidas y recorridos.
Su amor por las imágenes antiguas y la arquitectura partió desde niño. A los 12, en un viaje familiar, memorizó monumentos y edificios para conocer con anterioridad a todo lo que vería en Italia. “Llevé un cuaderno para hacer anotaciones” recuerda sobre la impresión que le provocó el paseo por la península itálica. A lo que se sumó después un álbum de postales de su bisabuelo Cesareo Rojas, con valiosas imágenes del sur del país y Viña del Mar de la década de los treinta. “Cuando en la casa encontraron este álbum sabían que a mí me iba a interesar” afirma Felipe.
Ya como estudiante en la Universidad del Desarrollo forma dupla con Nicolás y a seis de meses de crear la cuenta en la red del pajarito, saltan a Facebook donde suman 9 mil fans y el año 2013 a Instagram, donde los siguen 8 mil personas.
“Nosotros levantamos una necesidad interna, pero en el camino hemos visto como el patrimonio está llegando a gente que no necesariamente sabe de arquitectura” opina Felipe sobre el creciente interés por valorar construcciones de décadas pasadas o paisajes que ya no existen.
Y es que la cobertura de En Terreno Chile no sólo se aboca al archivo producto de la investigación de esta pareja de amigos, si no que también se alimenta de la colaboración de los seguidores que envían sus instantáneas o que ayudan con las primeras pistas para dar con la fuente y la fecha de escenas encontradas sin datos.
“Hemos aprendido, y también nos equivocamos. Nos gusta recibir comentarios de la gente, cuándo ligan las imágenes a sus recuerdos, porque finalmente cada fotografía es una ventana visual a estar en un lugar” recalca convencido Felipe.
Así, entre las miles de imágenes publicadas por las redes de En Terreno, se pueden encontrar verdaderos tesoros como la vista de la Alameda en el año 1860, y en donde en primer plano se ve el obelisco que conmemoraba la Primera Junta de Gobierno, hoy desaparecido. O la foto del avión Lockheed 10 Electra de LAN sobrevolando Santiago en la década de los cuarenta, coloreada por Maui Gacitúa. También hay postales contemporáneas como Lo Barnechea cubierto por la nieve o el clásico de la capital después de la lluvia, además de centenares de fotografías asombrosas de paisajes del norte y sur de Chile.
“Al principio quisimos ser anónimos, para borrar posibles prejuicios por nuestra edad o por no haber terminado aún la carrera” revela Felipe de 23 años, quien junto a Nicolás tuvieron la visión de un rápido crecimiento, siguiendo a conocedores y líderes de opinión del tema. Uno de ellos fue su profesor Pablo Allard, quien sin saber que En Terreno Chile les pertenecía, preguntó sobre una imagen de avenida Américo Vespucio del año 1964. “Nos habló por twitter y le dijimos que éramos nosotros” recuerda Felipe sobre la sorpresa de Allard. De ahí en adelante han afianzado el interés patrimonial de la universidad recibiendo un apoyo constante de parte de la casa de estudios.
A la hora de preguntarle cómo se definen, Felipe se inclina por decir que son una red, una organización colaborativa de difusión del patrimonio arquitectónico y natural. “No sólo nos interesan las construcciones, sino cómo ha cambiado el patrimonio local y los paisajes, y por supuesto su gente, porque así se logra que un chilote se identifique con lo que hace una persona que vive en Magallanes o en el norte de Chile”.
Sobre sus imágenes favoritas, se queda pensando y asegura que son varias, algunas de las cuáles espera ampliar y colgar en las paredes de su casa. Sin embargo, hay una en especial. Una panorámica de Santiago de 1930, en donde la ciudad vive y respira entre construcciones afrancesadas y neoclásicas. Una belleza que da para suspirar.
Las redes de En Terreno Chile: