Quienes hayan ido en auto hasta el mall del centro, se habrán percatado en un curioso detalle en el estacionamiento. Hablamos de un auténtico túnel del tiempo que conecta por unos instantes a los automovilistas con el pasado colonial.
Esta estructura es de aproximadamente el año 1800, y es posible visitarlo en la salida del estacionamiento que da a calle Rosas. Se recomienda ir a pie para recorrer la estrecha calzada, la otra opción es ir en auto y, desde dentro del vehículo, tomar una fotografía para los más curiosos. Quienes lo hagan, podrán apreciar todos los detalles de la arquitectura colonial.
“Véase la base y los laterales de piedra canteada, eso es una canalización, esa piedra era para que el agua que corría por su interior no carcomiera la estructura, los canales el Carmen y San Carlos tienen esos mismos materiales en todo su extensión. La diferencia es que éste estaba abovedado, por eso el centro de Santiago no se inunda cuando llueve mucho. Un túnel similar salió a la luz en la calle Erasmo Escala, el cual seguía la toma de agua en la actual Plaza Italia, y recorría de oriente a poniente”, explica Juan Carlos Arellano, investigador y autor de los libros “Historias perdidas del valle del Mapocho y otros relatos” y de “Historias perdidas de la zona norte de Santiago”.
¿Pero hacia dónde va este túnel? ¿por qué construyeron esto? Al respecto, Catalina Schopf, fundadora de Rincón Patrimonial Chileno, asegura que “hace unos 10 años atrás un padre dominico nos hizo un tour exclusivo por las entrañas de la iglesia de Santo Domingo y lo último fue salir por una puerta secreta directo al mall para llevarnos al estacionamiento y mostrarnos lo que quedo como testimonio público de los antiguos túneles”.
¿Qué fue lo que pudiste apreciar durante tu investigación en ese túnel?
La base es piedra del Cerro Blanco y el abovedado de ladrillo es con cal y canto. El túnel pasaba bajo el convento de las beatas de las rosas, y aunque no lo aseguró el padre historiador, llegaría hasta la Recoleta Dominica. Si es así estaríamos corroborando la información del pie de página del libro de Ramón Pacheco «El subterráneo de los jesuitas» primera edición (en las siguientes no sale esa información al pie de página).
¿Por qué crees que generan tanta fascinación los túneles secretos de Santiago, y los no tan secretos, como el de este mall, también?
Porque nunca se han expuesto públicamente lo que genera especulación sobre su historia y su arquitectura, además estos comunicaban con catacumbas de templos, salidas alternativas por casas de «fundadores» (en el caso jesuita, fundador es el que dona toda su fortuna a la orden), etc.
Los túneles se prestan también para mitos y leyendas sobre aparecidos y tesoros, cámaras secretas y demás… Sirvieron para la fuga de los jesuitas en épocas de su expulsión y usados durante la independencia por personajes como Manuel Rodríguez.
Entonces te imaginarás que la imaginación popular da para mucho y eso genera curiosidad. Santiago es como un hormiguero…. Está lleno de cámaras subterráneas y túneles. Y de distintas épocas. Lamentablemente están casi todas esas vías interrumpidas por derrumbes, estacionamientos subterráneos, el Metro, y edificios que taparon los conductos por seguridad. Pero es otro mundo, otra ciudad lo que hay debajo”.
No podemos dejar de mencionar que el mall en sí es toda una rareza. Súmenle los arcos de ladrillo en su interior, y en el exterior la fachada estilo Art Decó. El conjunto es ideal para darse una vuelta con la cámara y tomar tremendas fotografías (se recomienda ir temprano), y a la vuelta, una visita al patio de comida. Mientras almuerzan, podrán disfrutar de las postales del 1800 y de la década de 1930.