El torrente que corre todos los días de cordillera a mar, cruzando nuestro Santiago, despertó esta mañana acompañado de ciclistas, caminantes, ciudadanos y turistas. Fueron 5.057 personas -según el conteo realizado por la empresa Tecnología Sustentable– las que bajaron a la ribera a participar del evento #YovivoMap8, la idea que surge desde el proyecto Mapocho Pedaleable y que busca a su vez que 7 kilómetros del lecho del río sean una ruta de tránsito permanente.
La iniciativa, que se realiza por segundo año consecutivo, es convocada por el colectivo de ciclistas metropolitano Muévete Stgo, la organización Pedaleable y las municipalidades de Providencia y Santiago.
Del total de participantes, 72% correspondieron a ciclistas y el 28% a peatones, siendo la cifra total de este año superior en 16% a la de la primera versión en 2013 cuando bajaron al Mapocho 4.359 personas.
Ni el frío matutino ni la llovizna impidieron que los asistentes se compenetraran con la experiencia de vivir el río. Acompañarlo en 2,5 kilómetros entre los puentes Huelén de Providencia y Abastos, de la comuna de Santiago.
Se abrieron las ramplas y ahí estuvimos conversando, tomando fotos, ideando.
En el trayecto nos topamos con nuestros amigos de Nación Pedal, Bicimensajeros, el susurro del cuentacuentos Pablo Abarca de la fundación Mustakis, acrobacias en el aire y una feria sustentable.
Además de la campaña de firmas del Quinto Poder por un cerro #SanCristóbalsinautos los fines de semana, la tocata de Fernando Milagros y un árbol de Ideas de Ciudad Emergente, en donde quien quisiera podía escribir sus deseos y proyectos para el futuro del río.
La mayoría de ellos pedían un Mapocho pedaleable, sustentable, caminable. Pero el que resumía mejor mis propios anhelos, era uno en papel naranjo en que se leía simplemente: «Mapocho abierto todo el año».
