Hindenburg 683. Aquí vivió por más de 40 años el ex Presidente Eduardo Frei Montalva. En una casa de dos pisos, con antejardín, prototipo de la arquitectura residencial urbana de la década del cuarenta, que hace cinco años fue convertida en museo.
En el lugar se encuentra una colección de más de 350 objetos patrimoniales e históricos del ex Mandatario, su biblioteca personal, vestuario de los años ‘60, numismática, condecoraciones europeas y latinoamericanas, e incluso fragmentos de piedra lunar traídos de regalo por los astronautas que pisaron el suelo de nuestro único satélite natural en 1969.
Para celebrar su quinto aniversario, la casa museo convocó a los actuales y ex residentes del vecindario a recolectar fotografías tomadas entre las décadas del 40 y 90. El resultado es la exposición Todo un Barrio: Mirada Vecinal que rescata la vida de ese entonces, con su tranquilidad y tiempo para todo. Entre las imágenes, hay varias aportadas por Guido Jara, quien recuerda a Frei Montalva paseándose por las calles sin más seguridad que un guardaespaldas. «Era un hombre sencillo, que nos saludaba cuando salíamos a juntarnos con los amigos en la esquina» recuerda Don Guido quien hoy tiene 86 años.
Dónde: Casa Museo Frei Montalva, Hindenburg 683
Cuándo: Hasta el 30 de junio, de martes a domingo entre 10:00 y 18:00 horas.
Cuánto: Gratis!
en esta chacra localizada en la intersección de las comunas de Providencia y Ñuñoa, se inició, a fines de 1894, se inició la construcción de un “moderno manicomio” para asilar más de 600 enfermos de ambos sexos, el cual contaría con varios pabellones aislados de 2 o 3 pisos, diseminados en medio de frondosos jardines, con diversos talleres (carpintería, zapatería, sastrería, colchonería, etc.), anfiteatro, salones de estar, y otras múltiples dependencias, rodeadas todas ellas de paisajes hermosos y una vista inmejorable a la cordillera de los Andes. El arquitecto chileno Carlos Barroilhet Budge estuvo a cargo de confeccionar los planos para el nuevo edificio. El Presidente de la República, don Jorge Montt asistió a la ceremonia en que se puso la primera piedra del nuevo y ansiado edificio. Muy pronto, sin embargo, el anhelo del impulsor doctor Zilleruelo, fue rápidamente destruido por un hecho totalmente inesperado. El 14 de marzo de 1898 el administrador informó a la Junta del
nuevo establecimiento lo siguiente: “El estado mayor general ha ocupado los edificios recién concluidos del Manicomio Nacional para acuartelar la Guardia Nacional”. El gobierno oficializó esta situación en 1902, instalándose definitivamente allí, desde 1904, el Regimiento Cazadores y otras unidades del ejército. Despues de algunos años pasaría a ser la Escuela de Carabineros.