En la galería sin nombre de Huérfanos 1373 una vitrina destaca entre todas las demás. Es la del local 25, que alberga a uno de los dos espacios de Galería Temporal, el proyecto de intervención artística que nace el 2013 para exhibir arte contemporáneo.
En un pasillo con salida a los Juzgados de Policía Local en calle Amunátegui, una foto en blanco y negro de grandes dimensiones se mezcla con los transeúntes que buscan dónde sacar fotocopias o tomarse un café. La imagen corresponde al trabajo del argentino Martín Weber en la que se puede observar a tres abogados que parecieran ser de comienzos del siglo pasado. Uno de ellos sostiene una pizarra en donde se lee Curar mis ojos. La cita (que da nombre a la obra) es lo que respondió el caballero de la foto ante la pregunta cuál es su sueño?
Precisamente desde este lugar, partió el recorrido de los gestores de Galería Temporal. El miércoles pasado, Angela Cura, Claudio Guerrero y Felipe Cura encabezaron una caminata entre esta vitrina y la que tienen en la Galería Alessandri, a algunas cuadras de distancia, en calle Huérfanos 1160.
En esta otra vidriera se muestra el trabajo de otros dos artistas argentinos. Cada cosa a su tiempo de Solana Finkelstein, una colección de pequeñas piezas de cerámica y bronce y Lejos de casa te irás de Eric Markowski, un grupo de pinturas sobre papel de afiche reciclado, huellas impresas en cemento, dibujos, fotos y objetos recolectados en la ciudad de La Plata, donde vive, como una suerte de arqueología urbana.
Las tres obras, con las que Galería Temporal parte el año, se agrupan bajo el nombre Equipaje de mano. Esto, porque fueron seleccionadas durante la feria ArteBa y luego traídas en avión cumpliendo las condiciones de peso y porte exigidas por la aerolínea. El recorrido tuvo dos paradas extra.
La primera, frente al edificio del Banco Estado, en la esquina de Morandé y Huérfanos. La obra del arquitecto Ricardo González Cortés corresponde al estilo art decó e incluye un arte decorativo aborigen: simbología mapuche y diaguita que asombran desde las paredes. La R de la firma del arquitecto es para sorpresa de los que no sabíamos, la que utilizaría después la Brigada Chacón.
La última parada fue en el caracol comercial que está frente a la Catedral, por calle Bandera. Aquí una chilensis Torre de Babel con picadas de comida peruana y colombiana, además de peluquerías con nigerianos y dominicanos, nos abre otro mundo lleno de colores y sabores. Sin duda volveremos a darnos otra vuelta.