*Por Paulina Cabrera C.
Enmascarados, experimentadores y creadores desafiantes en movimiento. Lo de Complejo Conejo partió como un juego. Se hicieron presentes en una marcha estudiantil en 2011 y de ahí no pararon más. Los entonces estudiantes de actuación Raúl Riquelme y Josefina Cerda, y de diseño teatral John Alvarez, Andrea Bustos, Daniela Leiva (hoy productora) y Pedro Gramegna fueron parte de las movilizaciones de sus compañeros de la Facultad de Artes en la Universidad de Chile. Al principio generaron acciones dentro de las mismas marchas, pero al poco andar de esos ocho meses de paro se dieron cuenta que había algo más.
“Si se te ocurre salir a la calle con un cartel con un signo de interrogación, va a aparecer un paco, es inevitable que eso suceda. Y eso era más fuerte el 2011. Había una necesidad de conectarse con el espacio público, con el derecho ciudadano de manifestarse y empoderarse como ciudadano que habita en esta ciudad”, nos cuenta Pedro sobre el momento en que se dieron cuenta que querían hacer algo más que pintar un lienzo o “adornar” las marchas.
Fue así que hicieron su primera intervención: un picnic en la Plaza de la Constitución. Frente a La Moneda sacaron canasto, mantel y máscaras de conejo provocando la extrañeza de los carabineros del entorno y la sorpresa de los transeúntes. Obviamente sin pedir permiso, porque aseguran que el uso de la calle es un derecho ciudadano.
El colectivo distingue dos etapas. Los inicios entre 2011 y 2014 con acciones más espontáneas y ligadas a la contingencia, como la acción que hicieron con bolsas matuteras en el Metro de Santiago cuando se prohibió la entrada de bultos, y la performance Exterminados como ratones, en donde con cabezas de cartón de ratón se juntan a leer el cruel titular del diario La Segunda con el que se “informa” sobre la muerte de 59 miristas chilenos en un operativo militar en Argentina durante la dictadura.
Al salir de sus carreras el 2015, comenzaron una nueva etapa con proyectos con bases conceptuales y experimentación más sólida: aquí nació su Proyecto Selkman que crearon para la Prague Quadrennial of Performance Design and Space, un encuentro de diseñadores escénicos que se realiza cada cuatro años en República Checa. Y después vino la obra Transandinos que trabajaron entre 2015 y 2017 y que contó con su estreno en el festival capitalino 100 en 1 Santiago y una gira por El Cairo.
Ahora tienen en mente la idea de su nuevo trabajo: Conexiones Blandas, que según Pedro marcará una tercera etapa. Sin embargo lo que los tienen movilizado estos días es el estreno en Chile de su obra Peces Caminando que podremos ver este sábado 10 de agosto en los alrededores del Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM.
¿De dónde viene el nombre del colectivo?
De una acción que hicimos para una fiesta que organizaba Hija de Perra con Irina La Loca y que se llamaba Fiesta Conejo. Se hizo para Semana Santa en un sucucho under en Santa Rosa y podías entrar gratis si ibas caracterizado de conejo. Con nuestro profe de maquillaje Camilo Saavedra descubrimos la veta de caracterización y performances y él justo ese día tenía que probar una línea de ropa, así que fuimos sus modelos y en la noche fuimos a la fiesta como conejos. Partió como un juego pero surgió esta necesidad de comunicar algo en los espacios públicos.
Las máscaras te dan ese anonimato para actuar
Esto de los conejos comenzó a volverse una ficción recurrente y nos permitió presentar una especie de alter ego, de darnos permiso para hacer cosas que el ciudadano de a pie no puede hacer, como ponerse en un lugar límite, una acción que está un poco en el aire que es performática y también política.
¿Cómo fue la experiencia en las marchas estudiantiles?
Fue de mucha experimentación libre en torno a habitar el espacio público. En las marchas tienes una masa de estudiantes que se ven todos iguales, con pancartas haciendo lo mismo y de repente te aparecen te aparecen seis conejos y eso parece que es muy peligroso, incluso más que los que estaban expuestos o los encapuchados. Después nos dimos cuenta que no tenía sentido salir a marchar sino proteger a los estudiantes entonces nos convertimos en los Paconejos, con armaduras y tanques de cartón. Los pacos no podían entender qué estaba pasando, entendían la sátira pero no este lugar de espejeo.
¿Han pedido permiso para sus acciones en la calle?
Nunca hemos pedido permiso, lo que hacemos lo hacemos para que la gente vuelva a entender que es dueña del espacio público, de la ciudad que habita. La marcha nos dio ese lugar, de hacer lo que queremos en la calle porque somos ciudadanos y dar cuenta de que la calle es más que para caminar de la casa al trabajo.
En el teatro se acostumbra a trabajar siempre desde lo colectivo, para ustedes ¿también es así?
Sí, yo oficio como director artístico trabajando desde lo que nace del colectivo. Todo parte desde el capricho, de la primera idea que alguien propone, el resto la complementa, la conversa y la probamos, entonces yo tomo todo eso y lo conceptualizo, y se comparte para que se proponga un diseño y el resto dice sí o no.
Así lo hicieron también para la obra que estrenan en Santiago esta semana: Peces Caminando
Para esta performance nos ganamos un Fondart lo que nos dio más libertad de desarrollo de material y establecer un proceso más claro. Yo hice los bosquejos de este híbrido de peces que tienen ojos de cabras, peces ficcionados que se pasaron a moldes y vaciados para finalmente darle forma con un material plástico termo moldeable. Como somos los mismos usuarios de aquello que creamos, siempre hay una etapa final de personalización del personaje, en donde el performista toma lo que hizo el diseñador y le agrega algo, lo termina de crear. Como por ejemplo en el caso de los Peces las zapatillas de un personaje tenía animales de juguete cosidas a mano. Es una creación muy colectiva.
¿Qué es lo que veremos el sábado?
Este sábado estrenaremos en Santiago este trayecto pensado para hacer en tránsito y que busca intervenir las calles altamente transitadas con gente diversa. Partiremos en el GAM, para luego cruzar al Parque San Borja, entrar por Lastarria y volver al GAM.
Esta perfomance no es contemplativa, buscamos interacción con el público y hacemos un juego de imitación con la gente que está habitando la ciudad, así que esperamos que la gente llegue con ánimo de participar.
En estos ocho años ha cambiado mucho Santiago, ¿crees que ha habido una evolución en el uso del espacio público?
Sí definitivamente. Siempre ha habido tradición de teatro en la calle, es cosa de recordar La Negra Ester y Santiago a Mil, pero cuando partimos el 2011 tengo la impresión de que había un clima de presión que generaba rechazo a todo lo que saliera de la normalidad. A raíz de eso mismo, salieron grupos nuevos e iniciativas que están intentando recuperar el espacio público. Que Bandera sea peatonal es un logro. Hace un par de años no teníamos Plazas de Bolsillo y ahora es permanente; lo que pasa con los bailes en el GAM; los nuevos locales en la Plaza de Armas. Hay una recuperación más allá de las artes escénicas. De a poco, muy de a poco el chileno está intentado volcarse a la calle, avanzado a una cosa más comunitaria y colaborativa, que valora la apertura y en esto tiene que ver la llegada de los inmigrantes, especialmente los caribeños que tienen una vida que es pública y eso ha obligado a cambiar algunos espacios. El chileno está más consciente que la calle nunca has ido sólo para caminar.
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- Y anda a ver a Peces Caminando: Sábado 10 de agosto a las 17.00 horas, punto de partida GAM.
