Quedan menos de dos meses, exactamente 51 días y contando, para que el amanecer del 8 de abril llene las calles del centro de la ciudad con la marea deportiva, esa de 30 mil corredores que participan en el Entel Maratón de Santiago. Y si bien nunca hemos corrido con ellos, los hemos seguido y visto desde el otro lado, cómo cambian sus caras, cómo se encuentran con su barra y cómo dicen con todo el cuerpo “lo logré”. Por eso este año quisimos colocarle nombre y apellido a esas historias y acompañarlos en su proceso previo. Porque si bien el gran momento cúlmine y excitante es cuando cruzan la meta, este no es posible sin la suma de esos días de entrenamiento, de levantarse temprano, de dejar de hacer otras cosas para correr, correr y volver a correr.

Les presentamos a Hernán, Marcelo, David y el grupo de amigos conformado por Katherine, Paulina, Jonathan, Aldo, Víctor Hugo y Jonathan. Todos ellos son nuestros protagonistas, diversos y unidos en su pasión vestida de zapatillas.

Hernán Castillo (71 años, profesor normalista de básica y educación física, hoy jubilado, padre de dos hijos y abuelo de un nieto) se animó a correr hace ocho años cuando un colega, hijo de otro profe amigo lo invitó a un entrenamiento en La Florida. Se puso sus zapatillas, le gustó y con ellos creó el club Florida Runners. Antes de eso nunca había corrido, aunque sí había hecho deporte como andinista y basquetbolista.

La del 8 de abril será su sexta maratón, y aunque reconoce es una prueba exigente, espera cruzar la meta en buenas condiciones y ojalá superar el séptimo lugar que logró el año pasado en su categoría.

Ha participado en maratones y medias maratones tanto en Chile como en Argentina y Brasil y cuando es la de Santiago, su señora lo espera a medio camino con una botella de agua. Asegura que uno mismo se va fijando las metas y que lo importante es ser muy sistemático, porque si se deja estar, se va perdiendo el estado físico.

“Uno corre para ganar, obviamente imposible correr al ritmo de los jóvenes, como un niño de 20, 40 o incluso de uno de 50 que podría ser mi hijo. Lo importante para mí es terminar y decir lo pasé bien, estuve bien, estuve cómodo, conocí mucha gente “.

David Flores (33 años, ingeniero informático y charlista motivacional) comenzó a practicar deporte hace cinco años para complementar su rehabilitación. Y es que en el 2009 el que parecía ser un simple dolor de cabeza, terminó siendo un tumor de cinco centímetros que lo tuvo en riesgo vital, y con un mal pronóstico que preveía dejarlo ciego, sin poder hablar, escuchar, ni menos caminar. La vida y su empuje hicieron que se recuperara en gran parte y que por sobre todo siguiera adelante.

A bordo de una bicicleta de manos, ha participado en una “montonera” de carreras cortas, en la triatlón San Juan de La Costa, que le “hincha el pecho” de orgullo cada vez que lo recuerda y en la última Maratón de Santiago.

Hace crossfit tres veces por semana, más que para prepararse para la carrera, para su propia vida. Porque la práctica le ha permitido vivir solo hace un año de forma independiente, tener la fuerza para ir a su trabajo, conocer amigos “y a gente maravillosa”. 

“Participar en la maratón es un tremendo desafío personal, hace 9 años no tenía fuerza ni siquiera para pestañear, así que ser capaz de terminarla tiene una carga emocional muy fuerte».

Marcelo Arellano (48 años, ingeniero eléctrico y civil industrial) corre desde sus tiempos universitarios, aunque ya en el colegio practicaba deporte siendo seleccionado de handball y de basketball. “De viejo comencé con distancias largas, hasta que finalmente decidí correr mi primer maratón, mis primeros 42K y que mejor que hacerlo cuando cumplí los 42 años” recuerda Marcelo sobre esos 42 con sus 42.

Hoy combina su trabajo como funcionario público en ChileCompra con sus entrenamientos en Santiago Runners, donde Isaac Baeza lo mantiene en forma con una rigurosa rutina cinco veces a la semana, porque según nos explica la motivación es vital para no decaer y seguir adelante. De ahí la importancia al respaldo que le da su pareja y familia y al entusiasmo que pone en cada carrera.

Perdió la cuenta de las corridas chicas, pero de los 42K lleva ya 12 carreras. Y para este año junto con la Maratón de Santiago espera participar en la competencia Punta del Este en Uruguay.

“Correr es una maravilla, es una forma distinta de conocerse, saber tus capacidades, definir desafíos, rigurosidad en los entrenamientos, pero lo más importante, es disfrutar los lugares donde corro”.

La liga de superhéroes: Team Super Runners 

Son amigos, tienen capa y “superpoderes”. Se autodenominan los Team Super Runners y desde hace dos años se unieron para alentar y colorear corridas y maratones.

Katherine Oyarzún (36 años, casada, mamá de dos niñas de 3 y 6 años) es la Mujer Maravilla. Viene de un 2017 movido, con 28 carreras a cuestas, y ahora se prepara corriendo cuatro veces por semana. Combina su entrenamiento con clases de crossfit y está feliz porque junto con despejar la mente, ha bajado 25 kilos logrando un giro completo en su vida, con un mejor estado físico, mental y anímico.

Este año, recuperándose de una lesión a la rodilla, quiere mejorar su resistencia y su apuesta por los 21K.

“Empecé a correr hace un año por estrés, el cambio de trabajar siempre a pasar a ser mamá y dueña de casa tiempo completo es brutal y empecé a ver que en la noche mucha gente trotaba… entonces empecé a hacer lo mismo y desde ahí nunca más lo abandoné. Es mi vía de escape”

Paulina Bergmann (34 años, profesora de inglés) American Dream enseña en el Duoc UC de San Joaquín, y junto con amar su trabajo, también ama correr. Partió hace apenas 7 meses y ya ha participado en 20 corridas, la última los 10K de la Maratón de Viña. Prepara sus playlist de música para motivarse y entrena en un gimnasio en La Reina, también en bicicleta y corriendo cuatro veces por semana para ir mejorando sus tiempos. Cambió la televisión, el trasnoche y el sedentarismo por las pistas, “puede ser que otros no comprendan por qué prefiero levantarme a las 6 am los domingos para ir a una corrida en vez ir a una fiesta la noche anterior” asegura contenta con los resultados que le han permitido tener mejor ánimo, confianza y concentración.

“Corro porque me hace sentir viva. Cuando comienzo a correr siento que desafío siempre mis capacidades y al terminar de correr respiro profundamente y siento que soy mejor persona y que soy capaz de lograr cualquier cosa que me proponga. Corro también por todos aquellos que se han sentido alguna vez como yo y con mi disfraz les doy ánimo y les muestro que aunque seamos seres humanos, todos tenemos súper poderes dentro de nosotros”.

Aldo Gallardo (26 años, desarrollador computacional de profesión) se viste de Deadpool. Partió su aventura el 2013 cuando un día estresado por sus estudios y el trabajo, se puso las zapatillas y salió a correr. De ahí no paró más, comenzó con 5K y fue adquiriendo más resistencia para avanzar a los 10 y 15K. Este año se estrena en los 42K de la maratón y su sueño es seguir hasta llegar a correr fuera de Chile. Si bien a veces extraña la comida chatarra, disfruta cada uno de sus cuatro entrenamientos a la semana en donde va midiendo velocidad, distancias largas y cambios de ritmos. Su máxima meta es cumplir la carrera del 8 de abril en su menor tiempo posible.

“El correr genera un momento de libertad y privacidad dónde cada persona es dueño de ese momento y te sientes con una alegría inmensa. Día a día me animo a superarme cada vez más. Lo entretenido es que he logrado motivar a mi familia y he logrado capturar su atención por el running aportando un granito de arena a dejar el sedentarismo”.

Víctor Hugo Silva (39 años, abogado, papá de Alessandra y viudo) Superman comenzó a correr hace un año cuando el médico le alertó sobre los altos índices de riesgo coronario por estar pesando 120 kilos. Venció el sedentarismo y con una diabetes a cuestas, corre como una forma para meditar y también para disfrutar de la naturaleza. En estos meses ha participado de 24 carreras y se prepara para la maratón con gimnasio, aero king boxing y corriendo 20K día por medio, aprovechando que está de vacaciones en Algarrobo. Este año su desafío es cumplir los 21K.

“Espero con ansias que se termine el día para sacarme mi traje de abogado y ponerme las zapatillas y salir a disfrutar de los paisajes que nos regala nuestro maravilloso mundo, cada corrida me enseña que los arboles tienen distintos colores, que el viento cada día canta una canción diferente, que las hojas bailan al compás del viento y eso te lo da el correr y conectarte contigo mismo con cada paso que das”.

Jonathan Rocha (25 años, informático) es el Capitán América. Comenzó a correr hace tres años, pero fue el 2015 cuando quiso fomentar el deporte en los niños y comenzó a juntar gente motivada que le gustara lo mismo. Así apareció Flash, el Bombero Maratonista y comenzaron a sumarse la Mujer Maravilla, la Mole y todos los demás. Como el resto, venció el sedentarismo y lleva ya más de 100 carreras en el cuerpo, siendo las más importantes las maratones de Viña del mar y Santiago. Hoy se prepara entrenando cuatro veces a la semana y está confiado en lograr un buen tiempo en los 42K del 8 de abril.

“Correr te da una mejor calidad de vida. Me animo a entrenar y a no decaer gracias al team que tenemos ,ya que cuando no hay muchas ganas, el team te motiva a que más que correr por nosotros, corremos por los niños y por fomentar el deporte, por una causa mayor. Eso es lo que me motiva”.

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