*Fotos: Claudio Olivares Medina
En estos tiempos de crisis, de reinvención y adaptabilidad, también cabe reflexionar sobre el papel que tienen las ciudades en la calidad de vida de quienes las habitamos. De ahí, que también quisimos hacer tres preguntas a Claudio Olivares, director de Bicivilízate, un estudio y laboratorio que tiene como lema buscar una mejor experiencia urbana para todos los ciudadanos.
¿Cómo explicas la destrucción de infraestructura urbana y daño a la arquitectura? ¿Se justifica?
No estoy de acuerdo con el daño al espacio público, no me gusta… Pero reconozco que es eco de una violencia más profunda, con un sentimiento de injusticia derivado de un modelo de desarrollo que ha establecido brechas muy grandes. Estas brechas y estas injusticias, como la «no-planificación urbana» gracias a entregar la ciudad a los privados y la industria inmobiliaria, lo que termina alejando a las personas unas de otras (además del acceso a las oportunidades de salud, educación, etc.) se manifiestan en contra de la infraestructura urbana.
Como sociedad, no la sentimos nuestra, es representación del abuso. Entonces esta violencia no es por que sí, tiene una razón detrás. Si no queremos violencia, pues toca partir desde el fondo, y en el caso de las ciudades, es realmente planificarlas como una manera de acercar a las personas, en justicia, al polo de desarrollo que deben ser. Este desarrollo debe entenderse de manera holística y no sólo económico monetario, si no que un desarrollo fundado en las bases de un intercambio intelectual. Creativo, de generosidad, con un universo muy diverso de diferentes economías.
Estamos viviendo una crisis, que sorprende a unos y era esperable para otros, ¿Cuánta desigualdad ves en la ciudad de Santiago en el tema de transporte?
El problema no es necesariamente el transporte. Es la planificación urbana y como la movilidad responde, como instrumento a una adecuada o errada distribución del suelo urbano.
Santiago está enfermo, tiene síndrome de hipermovilidad. Hay que desplazarse para casi todo. La ciudad se expandió, cortesía del uso del auto, y el uso del auto aumentó, cortesía de la expansión urbana. Se alejaron las cosas. El automóvil privado es eco de las políticas económicas capitalistas, privatizar el transporte a escala familiar, al no haber respuesta desde lo público a 1.- acercar las cosas (planificación urbana) y 2. entregar las opciones de transporte y movilidad necesarias, teniendo en cuenta primero la facilidad de acceso, luego, las diferentes opciones de transporte. El mono uso de suelo nos aleja, del dormitorio a las oficinas, de las oficinas al dormitorio. Nos perdemos gran parte de la vida desplazándonos.
Nuevamente, las políticas de desarrollo urbano, son un componente clave en una vida más justa para los chilenos, donde casi el 90% de los habitantes de Chile viven en ciudades. El rol de estas es fundamental.
¿Cuál es tu postura para superar esta crisis? ¿Qué es lo mejor que podemos hacer desde la cultura, el arte y quienes defienden la ciudad?
Creo que es esencial recuperar la participación social, ciudadana, en la planificación de nuestras ciudades, de nuestros barrios. Los niños, adultos mayores, mujeres y organizaciones comunitarias deben tomar el protagonismo. La depredación del suelo por parte del mercado, donde lo único que se busca es la maximización de ganancias, tiene que terminar. El Estado también debe recuperar el protagonismo desde arriba, integrando las demandas de las bases ciudadanas. Cuál sería el rol del privado, acatar esos mandatos. Postular buenos proyectos, integradores socialmente, y claro, pagar lo que corresponde cuando el estado, con algún tipo de intervención pública como lo serían nuevas líneas del Metro, aumenta la plusvalía del terreno, donde luego el privado hará sus inversiones. Eso no puede ser gratis ni ganancia redonda. El privado debería pagar, postular un buen proyecto, y de ganarlo (porque está acorde a lo que se requiere con base a las demandas ciudadanas y la planificación estatal de la ciudad) desarrolla.
Transporte y desarrollo urbano van de la mano, no son dos cosas diferentes. Y tampoco es el huevo o la gallina, van trabajando en conjunto. Este desarrollo, debe estar orientado a tener mejor transporte, limpio, que privilegie el caminar, el uso de modos de transporte activo, el transporte público… Sólo así nuestras ciudades comenzarán un camino al desarrollo sostenible.