Pocas veces se tiene la oportunidad de escuchar bandas chilenas en plena cordillera. La primera versión del festival Bellastock en Santiago convocó a grupos como The Ganjas, Denver, Condor Yet y Matorral en Farellones, todos con la idea de una ciudad de fondo, construida nada más y nada menos que con botellas plásticas recicladas. El fin: crear conciencia sobre el cuidado del medioambiente y la reutilización de materiales desechables.
Si bien no fue la ciudad que muchos esperábamos, si no más bien estructuras aisladas, el caminar y dormir en la montaña siempre es un regalo. Sentarse sobre una roca mientras se escucha música a lo lejos y corre el viento helado, mirar las estrellas y esperar el amanecer en medio del descampado no es algo de lo que podamos disfrutar todos los días.
Sin embargo, no sé hasta que punto el movilizar tanta cosa en pro de la reflexión se conecta con el cuidar el medioambiente y el ser ecológico en el sistema. Alguien me dijo que estábamos sobre el hogar de los cururos, unos roedores tipo topos de color negro que se mueven por conductos subterráneos. Seguro no les gustó nada que estuviéramos ahí… pero mirando el vaso lleno, lo bueno fue precisamente la discusión de varios de los que estuvimos ahí. Eso no es poco.