Los agitados años de principios del siglo XX en Chile, tuvieron consecuencias más allá de la política. Rivalidades que en otro momento hubiesen sido un chascarrillo, en la actualidad se tornaron en una pelea similar a Colo-Colo versus Universidad de Chile. Hablamos de los sándwiches conocidos como Barros Luco y Barros Jarpa, que tienen sutiles diferencias pero que parecen tener fanáticos irreconciliables en todo el país.
Todo comenzó en el popular bar del barrio 18 de Santiago, que nació en plena Guerra del Pacífico, la famosa Confitería Torres. Es que el ex Presidente Ramón Barros Luco solía frecuentarla, así como muchos de los ministros y distintas partes importantes de su gobierno. En esos intensos debates políticos que solían darse en esa suerte de foro romano que era la confitería, nacieron dos de los sándwiches más famosos de Chile.
Barros Luco
Conocido como el “sándwich presidencial”, es una preparación bastante simple pero muy sabrosa. Se tuestan dos panes y se los rellena con carne fácil de comer como puede ser lomo o roast beef, cocida a la plancha. El secreto es ponerle un queso como mozzarella en lonjas o algo de parmesano, para que se derrita bien encima de la carne, que suele saltearse bien condimentada con sal y pimienta. Algunos le ponen algún condimento tipo ketchup o mayonesa, pero la verdad es que debe comerse como lo solía hacer “Don Ramón”, con la mano y sin nada más que el queso y la carne entre los panes.
Poco tiempo después de su invención, el ex Presidente pasaba todas sus mañanas en la confitería, y siempre, pero siempre, pedía el mismo sándwich. Fue tanto el éxito entre los visitantes de ese famoso establecimiento gastronómico, que poco tiempo después gran parte del país conocía el sándwich preferido del entonces mandatario. Su facilidad de preparación lo hizo muy popular, ya que no hacía falta demasiado para poder incluirlo en el menú.
Barros Jarpa
Un ministro posterior a su mandato, Ernesto Barros Jarpa (pese a la similitud de su apellido no estaban emparentados), bautizó su propio sándwich con su apellido en el Club de la Unión de Santiago. Es que, para Ernesto, el Barros Luco le resultaba muy difícil de comer porque según decía siempre le servían la carne más dura. Entonces reemplazó ese producto por el jamón cocido algo salteado o caliente como mínimo, cubierto de queso derretido.
Fue otro snack que cobró mucha popularidad a lo largo del país y se tornó en una rivalidad irreconciliable, debido a que, en la mayoría de las preparaciones, sea que hablemos de empanadas de carne con o sin pasas de uva, a la gente le gusta tomar partido y generalmente es muy difícil que cambien de parecer.
La firma PedidosYa, que incluso tienen su propia categoría de sándwiches, realizó una encuesta para tratar de destrabar la eterna rivalidad. Lamentablemente para los fanáticos del Barros Jarpa, el Luco fue el galardonado entre los dos, con un 78% de los votos, según los datos recopilados durante el mes de mayo de este año.